“Hace apenas tres meses, después de la gran devaluación del peso, la misma canasta de bienes costaba el 60% del costo en dólares en Estados Unidos” dice un economista citado por La Nación (8/4). Durante el primer trimestre la inflación fue del 50% y el dólar oficial se devaluó algo menos del 7% (sumado a la devaluación brutal de Caputo).

El proceso de conjunto es el de un encarecimiento no sólo en pesos sino también en dólares. De hecho, muchos rubros de la economía registran precios en dólares más altos que los estadounidenses.

Es el caso de los electrodomésticos, que en el país se venden hasta un 80% más caros que en el exterior. Lo mismo sucede con la electrónica, que registra una brecha del 80% respecto a los precios estadounidenses. Los combustibles, por otro lado, registran precios similares al norteamericano tras el brutal aumento del 100% convalidado por Caputo y Milei.

Salarios pulverizados

Todos los datos del comportamiento del IPC en estos últimos meses dan cuenta de la brutalidad del ajuste de Milei. En líneas generales, el desplome de los salarios argentinos no tiene precedentes en las últimas dos décadas. Se trata del único precio que no subió. Medido en dólares, el salario promedio del país es el más bajo de Sudamérica y se instala en niveles que algunos llaman asiáticos.

De hecho, el país con salarios más similares es Egipto, en torno a los 200 dólares mensuales. Dicho país tiene un PBI per cápita 3 veces más bajo que el argentino (USD 4000 vs USD 13.000 en la Argentina).

Recesión

Pero las medidas de Milei y Caputo también denotan una falta casi absoluta de un proyecto económico real, lo cual le imprime una premisa de caos a las variables económicas del próximo período.

En todo caso, lo cierto es que, lejos de “pulverizar la inflación” (como prometía Milei en un discurso de traspaso que parece haber quedado lejos) las medidas del gobierno la hicieron escalar posiciones exponencialmente. Hasta algunos fieles amigos del gobierno comienzan a advertir que la situación podría complicarse.

Domingo Cavallo (nombre maldito para millones de argentinos) advirtió en una nota aparecida en las últimas horas que la inflación sigue estando más alta de lo deseable. “Si no se acelera el ritmo del crawling peg, los costos de producción tenderían a aumentar hacia niveles que desalentarían las actividades de exportación y a las sustitutivas de importaciones, poniendo en peligro el superávit comercial luego de que se agoten las divisas generadas por la cosecha gruesa y los stocks de insumos importados” (La Nación, 9/4).

En criollo, Cavallo le pronostica una fuerte recesión para los próximos meses a un gobierno que le debe mucho en términos ideológicos. Significativamente, a Cavallo no le preocupan los miles de despidos que eso podría significar, o un aumento sideral de la pobreza, sino que se ponga “en peligro el superávit comercial”.