Después del inédito ataque del grupo palestino Hamás a localidades israelíes cerca de la frontera con la Franja de Gaza, el gobierno de Israel decidió redoblar aun más el bloqueo territorial sobre la franja, ensayando un castigo colectivo contra el pueblo palestino que constituye un crimen de guerra.
Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel racista y de extrema derecha, anunció: «he dado una orden: Gaza estará bajo un cierre total. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia» y adelantó que «No habrá electricidad, alimentos ni combustible«.
La franja es extremadamente dependiente de los suministros básicos que puedan llegar desde Israel, ya que ese país mantiene desde el año 2007 un brutal bloqueo territorial, marítimo y aéreo que convierte a la zona en una cárcel a cielo abierto: los dos millones de palestinos que viven allí no tienen adonde ir, mucho menos tienen posibilidad de comerciar.
En medio de una situación humanitaria gravísima, Israel redobla los cerrojos mientras bombardea a mansalva el lugar, una política genocida brutal, con la venia del imperialismo estadounidense y europeo.
De hecho, la Comisión Europea decidió este lunes cortar las líneas de ayuda hacia la población palestina en Gaza, que se calculan en 691 millones de Euros. Este programa estaba destinado para el suministro de alimentos, medicamentos y otros insumos básicos a la región, por lo que nada tiene que ver con un supuesto castigo al grupo Hamas, sino a la población palestina como tal. EE.UU., por su parte, envió ayuda militar a Israel de inmediato, además de brindarle un apoyo político total a sus represalias por los ataques del último sábado.
Bombardeos y masacre
Detrás del eufemismo del «derecho a defenderse», Israel está aplicando políticas de castigo colectivo y genocidio contra la población palestina en Gaza, evitando que lleguen al lugar suministros básicos, al mismo tiempo que bombardea edificios con cientos de víctimas civiles. Esta situación está siendo denunciada por los principales organismos de DD.HH. a nivel mundial, como Amnistía y Human Rights Watch, pero tiene el visto bueno del imperialismo.
Para evitar todo escape y ayuda humanitaria, la Fuerza Aérea Israelí bombardeó el cruce fronterizo de Rafah, que une la Franja de Gaza con Egipto, provocando que se anuncie su cierre y que varios camiones con ayuda humanitaria procedentes de Egipto hayan dado la vuelta. La política de Israel es lisa y llanamente de exterminio.
También se registraron bombardeos en los campos de refugiados de Al-Shati y Jabalia, dejando decenas de muertos y heridos.
A todo esto hay que sumarle las denuncias por violentas represalias por parte de grupos de colonos judíos contra población palestina en Cisjordania, donde se registraron violentos ataques a personas y hogares, en línea con las violentas redadas de junio de este año en localidades palestinas como Turmus Ayya, cerca de Jerusalén Este.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado hoy que «esto es sólo el principio» y auguró más medidas contra el pueblo palestino. Como siempre, detrás de la excusa de luchar contra el «terrorismo», Israel aprovecha para expandir sus políticas de apartheid y genocidio contra los palestinos.
