El Ejército de Israel justifica su política genocida de destrucción de la infraestructura médica palestina diciendo que «en combate» lograron haber «eliminado y detenido a cientos de combatientes armados». Lo cierto es que simplemente ocuparon Al Shifa, el principal hospital de la Franja de Gaza, y lo redujeron a escombros.

No se conoce el número exacto de personas que murieron debido al asedio y destrucción impuesto sobre el hospital por los tanques israelíes.

«No he dejado de llorar desde que llegué aquí, la ocupación cometió masacres horribles», dijo Samir Basel, de 43 años, a la agencia Reuters.

Y añadió: «El lugar está destruido, los edificios han sido quemados y destruidos. Este lugar necesita ser reconstruido, ya no existe el hospital Al-Shifa».

Tras la destrucción de Al Shifa, el sistema sanitario de la Franja está completamente en jaque. Se encuentra completamente paralizado por la destrucción, por la falta de electricidad, combustibles e insumos de todo tipo.

Ya el año pasado, la organización de refugiados de la ONU (UNRWA) declaró que dejaría de prestar servicios en Gaza debido a la falta absoluta de suministros. Los médicos palestinos relatan escenas de terror absoluto en los hospitales destruidos, en los que se realizan cirujías sin anestesia y se apilan cadáveres en descomposición en los pasillos.

La situación humanitaria en Gaza hace rato que traspasó la línea de la catástrofe. La continuidad del ataque israelí sólo demuestra la voluntad genocida de Netanyahu y de todo el Estado de Israel.