• Un informe registra 227 personas asesinadas en 2020 por defender el medio ambiente y Costa Rica aparece por el asesinato de Jherry Rivera.

Johan Madriz

La ONG Global Witness publicó el informe “Ultima línea de defensa: las industrias que causan la crisis climática y los ataques contra personas defensoras de la tierra y el medioambiente” que recaba los ataques y asesinatos de “las personas que defienden sus hogares, tierra y medios de vida, así como los ecosistemas que son vitales para la biodiversidad y clima”.

El informe registra 227 personas asesinadas en 2020 por estas causas, siendo el año mas mortífero para las personas defensoras del ambiente desde que llevan el registro. En promedio 4 personas fueron asesinadas cada semana. América se configura como la zona mas peligrosa ya que 3 de cada 4 ataques ocurrieron ahí. Estas cifras están impulsadas por Colombia con 65 muertes, México con 30 y Brasil con 20. Por su parte, Nicaragua con 12 asesinatos es el país per cápita más fatal.

El mismo organismo reconoce que las cifras reales de ataques son aún mayores. “Nuestros datos sobre asesinatos no reflejan la verdadera dimensión del problema. En algunos países la situación a la que se enfrentan las personas defensoras es difícil de medir. Las restricciones a la libertad de prensa así como la ausencia de registros independientes de ataques contra las personas defensoras pueden dar lugar a un subregistro”.

Una mayoría de estos asesinatos estaría causado por la defensa de las comunidades de sus recursos naturales, siendo que un tercio de las muertes se debió a ataques relacionados con la explotación forestal, la minería, las represas hidroeléctricas y la agroindustria a gran escala. Sobresale una desproporcionada cantidad de ataques a pueblos indígenas que representan un 5% de la población mundial pero un tercio de las muertes.

Esta situación va en sintonía con el informe elaborado por la Coordinadora de Lucha Sur Sur que detalla 83 amenazas y agresiones el año pasado contra los pueblos originarios de la zona sur del país, específicamente los Bribris de Salitre e Iríria Bribri Sá Ká (Cabagra), Broran de Térraba y Cabécar de China Kichá. Justamente en esta línea es que el informe de Global Witness menciona a Costa Rica, específicamente por el asesinato de Jherry Rivera.

La responsabilidad de empresarios o terratenientes es evidente, las y los defensores “enfrentan riesgos porque viven en un lugar, o en los alrededores de algo que alguna empresa está deseando. Esa demanda, la de la posibilidad del mayor beneficio en el plazo más corto mediante la operación más barata, parece traducirse, eventualmente, en el entendimiento de que la persona ‘problemática’ es la que debe irse”.

Estas empresas no solo acometen contra las comunidades en su afán de obtener ganancias a cualquier precio, sino que, también, arrasan con la naturaleza siendo los principales responsables de la crisis climática. “Desde 1988, solo 100 empresas han producido el 71% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Por su parte los gobiernos son cómplices de estas muertes y de la destrucción ambiental. “Los gobiernos se han dedicado en forma abrumadora a evadir e incumplir su mandato fundamental para la defensa y protección de los derechos humanos. No protegen a las personas defensoras y en muchos casos ejecutan directamente la violencia contra ellas mientras que en otros, posiblemente, son cómplices de las empresas”. En el caso de Costa Rica la posición del Estado al tomar acciones en favor de los empresarios y usurpadores de territorios indígenas y la omisión en resguardar y proteger a las personas luchadoras es incuestionable y pavorosamente grave.

El gobierno de Costa Rica mantiene en la impunidad los asesinatos de Sergio Rojas y Jherry Rivera, mientras que se reúsa a firmar el Acuerdo de Escazú que pretende crear un marco para la protección del ambiente y las personas que lo defienden. Hay que exigir un alto a las agresiones hacia los pueblos indígenas que están recuperando sus tierras y el juicio y castigo contra los asesinos de Sergio y Jherry.