Qween Jane, activista trans y referente del movimiento Black Lives Matter, voceaba consignas sobre el derecho a ser personas. Unos minutos después llegó un patrullero del que se bajaron miembros del Grupo de Respuesta Estratégica, una unidad antiterrorista, que se llevó detenida a Qween Jane por ¡usar megáfono sin permiso! No es una imagen del pasado, no es una foto de 1969, esto ocurrió el 31 mayo de 2023.

El 26 de junio se cumplió un año de que la Corte Suprema tirara abajo el fallo Roe vs. Wade que garantizaba el acceso al aborto en todo el país. Mike Pence, ex vicepresidente de Trump se dio el lujo de hacer un acto de “festejo” frente al Capitolio, asegurando que van por una ley para prohibir el aborto en todos los estados de Estados Unidos. Los gobiernos conservadores estatales, entre los que se destaca el gobernador de Florida Ron de Santis, de costa a costa están impulsando leyes represivas, prohibiendo libros que según ellos “propagandizan la homosexualidad” y criminalizando a la gente, sobre todo prohíben que la gente use ropa “contraria a su sexo” (!!).

Las organizaciones de derechos humanos declararon la emergencia para las personas lgttbi+: en lo que va de 2023 ya se presentaron arriba de 100 proyectos de ley, más del doble que todo el año pasado. La crisis sobre todo afecta la salud y la seguridad de las personas lgtb+, especialmente a la juventud, por el ataque al acceso a las terapias necesarias para el cambio de género y por la prohibición de la educación sexual inclusiva en las escuelas y universidades.

La ofensiva reaccionaria contra la libertad de elegir sobre la maternidad, sobre el cuerpo y sobre la identidad viene de arriba y envalentona los actos de odio.

En diciembre de 2022 una comunidad de Ohio suspendió una actividad llamada “Holi-Drag Storytime” por un mensaje de los Proud Boys, que amenazaron con atacar el evento. Los Proud Boys son conocidos por sus vínculos con la policía, en actos de ataque a personas trans y especialmente personas negras trans. Sus actividades incluyen campañas en las redes calificando a les drags de pedófilos. Los Proud Boys ya habían festejado en sus redes el ataque en Colorado al Q Bar, que había dejado cinco muertes y más de 19 herides. En ese ataque fueron otros clientes del bar los que lograron frenar el ataque de odio en ese punto, mientras la policía se tomaba su tiempo para llegar al lugar.

En abril de este año, Banko Brown, activista trans negro de 24 años, fue asesinado por un guardia de seguridad de un supermercado. El guardia fue liberado de todo cargo, la fiscalía aseguró que el guardia actuó en defensa propia. Sin embargo, las cámaras de video muestran que Brown estaba desarmado y ya se estaba retirando del lugar cuando el guardia le disparó a quemarropa.

Ese es el clima que están tratando de imponer en el país de la “libertad”. A pesar de los ataques de odio, de la represión y de los proyectos de ley anti drag y anti lgttbi+, el domingo 25 de junio millones de personas salieron en Nueva  York, San Francisco y todas las ciudades importantes a declarar que la identidad no se puede prohibir y que, con el arco iris como bandera, el orgullo de luchar está presente.

Este último 29 de mayo, el presidente de Uganda promulgó una ley aprobada por el Congreso de ese país, que no prohíbe “ser” homosexual… pero sí castiga con la cárcel las relaciones entre personas del mismo sexo, establece condenas de hasta 20 años de prisión por “promover” la homosexualidad y castiga con la pena de muerte a las personas homosexuales que se contagien de HIV. Activistas ugandeses han tomado las calles y denuncian que lo que se está criminalizando es la identidad, real o supuesta, porque una simple denuncia alcanza para perder el trabajo o que se rescinda el contrato de alquiler.

En Italia, desde 2016 estaban vigentes las uniones civiles. Las administraciones locales, aprovechando el vacío legal, aprobaban uniones entre personas del mismo sexo. El gobierno de Georgia Meloni, miembro de los Hermanos Italianos, ha activado medidas anti lgttbi+. Estan obligando a las alcaldías a anular las uniones civiles y dejar de registrar a los hijos de las parejas del mismo sexo. La nueva normativa establece que une hije solo puede anotarse como descendiente según su filiación biológica, con lo cual la madre que no fue gestante, quedaría fuera de todo vínculo que su propia hija/hijo/hije. Esto significa, entre otras cosas, no poder decidir sobre tratamientos médicos y que le niñe quede a disposición de los servicios sociales en caso de muerte de la progenitora biológica. La medida es retroactiva, ya hay familias que tienen que presentarse ante la fiscalía el próximo noviembre para notificarse de la resolución de disolución del vínculo. Ni bien se conoció la noticia, se organizaron movilizaciones en Milán, Padua y otras ciudades para enfrentar el ataque.

Este miércoles 28 de junio se cumplen 54 años de Stonewall. Sylvia Rivera, activista travesti, que militó contra la guerra de Vietnam y con experiencia en el movimiento de mujeres, fue una de las líderes de la revuelta y así la recuerda: “Stonewall fue el primer lugar que atacó con su nuevo trabajo [el inspector Pine]. Él pensaba que iba a tratarse de unos arrestos rutinarios. Por eso solo fue con unos pocos hombres. Pero para su sorpresa, nos defendimos. Como él mismo dice: ´Esa gente  nunca nos había dado demasiados problemas porque tenían las de perder´. Así que esa noche fue diferente. Fue el inicio de nuestra respuesta, de hablar más fuerte y por nosotras mismas.”

En 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dictaminó que la homosexualidad ya no era considerada una enfermedad. Y en 2018 dejó de considerar que la transexualidad era un trastorno mental. Sin embargo, en este mismo momento varios Estados europeos están en debate para prohibir las terapias de conversión.

Hace pocos días, en el centro de Madrid, apareció una gigantografía de propaganda del partido protofascista VOX; se ve una mano tirando a la basura diversos símbolos, entre ellos la hoz y el martillo comunistas, el símbolo del feminismo y la bandera del orgullo lgttbi+. El cartel de VOX nos recuerda que la retórica no es solo eso. Los discursos de odio no son solo palabras. Si los que levantan esos discursos de odio avanzan y llegan a los gobiernos: 1. Cumplen sus amenazas de recortar derechos y dejar de garantizar accesos igualitarios a los derechos civiles. Ya lo había dicho Simone de Beauvoir, nuestras conquistas son fácilmente reversibles; y 2. Crean el ambiente propicio para que aumenten y se efectivicen los ataques y crímenes de odio. Las amenazas de los antiderechos, de los dinosaurios que aman la libertad de mercado, de las finanzas, de la libre empresa pero detestan que la gente sea feliz con su cuerpo y con su sexualidad; se vuelven reales en cuanto tienen medio gramo de poder.

Las millones de personas que marcharon en París, en Nueva York, en Berlín y en todas partes del mundo este junio del orgullo, son el antídoto organizado contra el odio y la discriminación. Los crímenes de odio y los ataques, la desaparición de Tehuel y el travestidicido de Sofi Fernández, son parte de nuestras banderas, las que llevamos bien altas.  A la derecha se la enfrenta con el arcoíris de todas las identidades y con el orgullo de la lucha, en las calles, independientes de todo gobierno patronal y al servicio de lograr vivir libremente nuestra sexualidad y nuestras identidades. Porque no vamos a dejar que nos quiten lo que ya conquistamos, pero también luchamos por vivir una vida libre de toda opresión y explotación.