• Se que una escalada de casos pueda desbordar el sistema de salud, gravemente desfinanciado desde hace años.

Por Cristian de la Torre

Al momento de escribir esta nota, República Dominicana (según informo el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, en el boletín #20) ha confirmado 2111 casos positivos, mientras que el número de muertos escaló a 108. Aunque los números todavía no son catastróficos, las condiciones estructurales del sistema de salud del país son un indicador de preocupación para el desarrollo inmediato.

Con estos números República Dominicana se convierte en el país caribeño más afectado por la pandemia y el gobierno de Danilo Medina comienza a sufrir presiones por parte de los trabajadores y los sectores mas carenciados de la isla.

Hay problemas que preocupan a la sociedad, y uno de ellos está relacionado con el deficiente sistema sanitario que ya se encuentra colapsado, crisis que se profundiza con el avance de la pandemia y que genera bastante temor.

Las políticas de desinversión y la desigualdad social hacen que los sectores populares estén desprotegidos y a la deriva. Este modelo sanitario deficiente es el modelo del gobierno de Medina y que afecta de sobremanera a los más desposeídos.

Otro problema es el relacionado con las medidas tomadas por el estado para enfrentar el virus. La primera queja que se escucha es que las medidas llegaron tarde y que son ineficientes. La primer medida fue el toque de queda el 17:00 hs hasta las 06:00 hs, que fue declarado del 20 de marzo hasta el 17 de abril.

Esta medida es cuestionada por varios motivos, uno de ellos es que es nocturno, cosa que permite que el empresariado obligue a muchos a presentarse a trabajar por la mañana, aunque no sean servicios esenciales. Hecho por el cual vemos los enormes conglomerados de gente a la mañana y que hacen que el virus se siga transmitiendo.

Otro motivo de cuestionamiento al toque de queda es la enorme cifra de detenidos que se está produciendo y el fortalecimiento del aparato represivo. Lo que nos lleva al siguiente problema de la sociedad dominicana: el hambre que se asoma de a poco.

El aparato represivo se esta preparando para lo inevitable, que la gente que tiene hambre tenga que salir de sus casas. Este es un problema que está a la vuelta de la esquina por la cantidad de gente que vive el día a día, la cantidad de trabajo informal en el país es sorprendente.

En 2019 el país cerró con una participación en la informalidad laboral total equivalente al 54.8% de la fuerza de trabajo. Esto significa que más de 2.6 millones de dominicanos se ganan la vida en actividades informales, que no cuenta con seguro de salud, con un salario fijo, con prestaciones laborales.

A esto se le suma el sector de trabajadores formales, ¿y por qué ?, simple, el ataque que sufren es descomunal. El intento de las patronales por que la crisis la paguen los de abajo se ve reflejado en la creciente ola de despidos. O en la ola de suspensiones, que ya trepo a los 655.000.