Diferentes análisis señalan que este 2 de agosto se consumieron la totalidad de los recursos naturales que el planeta tiene disponibles para todo el año. De esta forma, se estima que el ritmo de consumo actual equivale a 1,75 planetas anuales y cada año la cifra es mayor. Nos encontramos en una situación en la que se están consumiendo y utilizando los recursos naturales de la Tierra a un ritmo más rápido de lo que el planeta puede regenerarlos o soportarlos.

Debido a esto se ha establecido esta fecha como el Día de la Deuda Ecológica de la Tierra o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra con la intención de llamar la atención sobre el desastre ecológico que el sistema capitalista esta provocando en el planeta.

Al respecto, señalamos algunos de los motivos fundamentales de esta situación:

1. Capitalismo devorador: El sistema económico capitalista se basa en una lógica de crecimiento económico continuo por la explotación de la naturaleza y la mano de obra trabajadora, impulsado por la búsqueda de ganancias y la acumulación de riqueza. Este enfoque promueve un consumo desenfrenado y una expansión constante de la producción, lo que ejerce una presión insostenible sobre los recursos naturales y los ecosistemas. La maximización de los beneficios económicos tiene prioridad sobre la conservación del medio ambiente y el bienestar humano a largo plazo.
2. Explotación de las y los trabajadores y desigualdad socioeconómica: En el sistema capitalista se explota a los sectores trabajadores y a la naturaleza para maximizar los beneficios. La explotación laboral y las condiciones de trabajo precarias son la tónica empresarial, lo que lleva a la sobreexplotación de los trabajadores y a la degradación del medio ambiente. Además, la desigualdad socioeconómica generada por el capitalismo contribuye a un consumo desigual de los recursos, ya que una minoría acumula la mayor parte de la riqueza y los recursos mientras que la mayoría sufre escasez.
3. Consumismo y obsolescencia programada: El capitalismo fomenta el consumismo, donde se alienta a comprar constantemente productos nuevos y a desechar los antiguos. Esta mentalidad de “usar y tirar” tiene un impacto significativo en el agotamiento de los recursos naturales y la generación de residuos. Además, la obsolescencia programada, que es la fabricación de productos con una vida útil limitada, impulsa aún más este ciclo de consumo insostenible.
4. Agricultura industrial y agroindustria: La producción de alimentos a gran escala ha sido transformada por la agricultura industrial y la agroindustria, que priorizan la maximización de la producción y los beneficios económicos a expensas de la sostenibilidad ambiental y la salud humana. El uso intensivo de pesticidas, fertilizantes químicos y la cría intensiva de animales en condiciones inhumanas contribuyen a la degradación del suelo, la contaminación del agua y la deforestación.
5. Explotación de los recursos naturales: En busca de ganancias económicas, las empresas capitalistas explotan de manera descontrolada los recursos naturales, como los combustibles fósiles, los minerales y los bosques. La extracción excesiva y no sostenible de estos recursos causa daños irreparables a los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.

Ante esta situación, la dinámica de la realidad pone en el centro de la discusión el sistema de producción capitalista, modelo económico que además de estar en una crisis económica histórica, expolia la naturaleza y destruye la vida humana. En ese marco, no hay lugar para medias tintas, el capitalismo no va más.

Para poner en pie cualquier proceso de transición de la matriz productiva, que contenga las necesidades de los trabajadores y las mayorías, así como criterios ecológicos, es necesario salir a las calles, con movilizaciones, poner el cuerpo, organizarnos desde abajo para cuestionar y dar vuelta este sistema capitalista, que se basa en la explotación del hombre por el hombre y en la destrucción de la naturaleza para enriquecer a unos pocos.