San Pablo: huelga contra las privatizaciones en la ciudad más grande de Sudamérica

El rechazo contra el plan de privatizaciones en San Pablo del bolsonarista Tarcisio de Freitas es masivo. Trabajadores ferroviarios, del subterráneo, de la empresa de agua paulista y docentes paralizaron la ciudad más grande de Sudamérica el último martes.

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El rechazo contra el plan de privatizaciones en San Pablo del bolsonarista Tarcisio de Freitas es masivo. El gobernador paulista Freitas es un hombre del riñón bolsonarista y referente de lo más podrido del arco político brasileño. Su principal aliado social es la Iglesia Evangélica Universal y se lo postula como el más probable candidato presidencial de la ultraderecha para 2026 ante la inhabilitación judicial del propio Jair Bolsonaro.

En estos días está intentando pasar a través del Senado un plan neoliberal de privatizaciones en San Pablo que podría llevar a la mayor urbe de Sudamérica décadas hacia el pasado.

Pretende privatizar el servicio de subterráneos y trenes en la ciudad más poblada de América Latina, con más de 22 millones de habitantes. El resultado sería (como en cada privatización del transporte durante las últimas décadas) un encarecimiento y empeoramiento de la calidad del transporte que millones de personas utilizan todos los días para asistir a sus trabajos. Pero esto redundaría además, en última instancia, en un empeoramiento general de las condiciones de infraestructura productiva de la principal urbe brasileña.

También quiere privatizar la empresa estatal Sabesp (Saneamiento del estado de Sao Paulo). Se trata de la mayor empresa estatal de agua y cloacas de Latinoamérica y abastece a más de 25 millones de domicilios en todo Brasil. Se la considera una «joya» de la estructura productiva brasileña. En el caso del agua y las cloacas, las consecuencias sobre las condiciones de vida de millones de trabajadores brasileños serían inmediatas.

Freitas ya fue marcado como un enemigo por millones de trabajadores paulistas. La masiva huelga del transporte del último martes fue la tercera realizada por los trabajadores ferroviarios y la segunda por los empleados del subterráneo. Sucede que, además de empeorar la calidad de los servicios, las privatizaciones podrían traer consigo miles de despidos para «abaratar costos» y maximizar ganancias.

Los resultados tendrían las privatizaciones en San Pablo son conocidos, ya se demostraron nefastos en más de una ocasión. En octubre pasado, dos millones de personas fueron afectadas por un apagón en las instalaciones de la privatizada eléctrica ENEL. La misma está en manos de una empresa multinacional italiana desde 1998, acumulando dos décadas y media de desinversión absoluta.

Freitas hizo oídos sordos al reclamo de millones de personas y calificó como «ilegal» la huelga del transporte, en una muestra de persecución contra los trabajadores organizados. El gobernador bolsonarista es un exponente más de los planes que tiene la extrema derecha en Latinoamérica: privatizaciones, ajuste neoliberal extremo y destrucción de las condiciones de vida de millones de personas. Hace pocos días, el propio Bolsonaro lo invitó a acompañarlo a la investidura del presidente electo argentino, Javier Milei.

A pesar de las amenazas de Freitas, la huelga del último martes fue masiva y promete no ser la última. Además de los trabajadores ferroviarios, subterráneos y del agua, participaron miles de docentes secundarios. Estos últimos denuncian un plan de fuerte recortes al presupuesto educativo en su área.

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