Rudolph Giuliani: el trumpista «mano dura» que sirve como modelo a Milei y a Massa

Un curioso momento se vivió en el debate presidencial del último domingo cuando en el eje temático relacionado a seguridad Javier Milei y Sergio Massa coincidieron en la reivindicación de la figura de Rudolph Giuliani.

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El momento, como tantos otros del debate, terminó dejando mejor parado a Massa: Milei indicó que su modelo de seguridad era el que había aplicado Giuliani, que fue alcalde de Nueva York entre 1993 y 2001. Massa manifestó su «alegría» por haber traído a dicho personaje a colación, ya que Giuliani prologó y presentó el libro que Massa publicó sobre su política de seguridad como intendente de Tigre.

Pero, ¿quién es Rudolph Giuliani, reivindicado por ambos candidatos a la presidencia? Se trata de un personaje extremadamente polémico ligado a las políticas de «mano dura» contra el delito, más recientemente ligado estrechamente con la figura de Donald Trump.

«Rudy» fue primero fiscal del distrito de Nueva York desde donde llegó impulsado a la alcaldía de esa misma ciudad en 1993, y luego reelecto en 1997.

Su mayo «éxito» político lo logró en relación a las políticas de seguridad, donde estableció un régimen de «tolerancia cero», según sus propias palabras, contra el delito. En realidad, detrás de este slogan marketinero no hubo más que un régimen policial de abuso de violencia apoyándose en el racismo y la persecución a la juventud y los inmigrantes.

Giuliani atestó la ciudad de policías, a quienes les dio la orden de «parar y registrar» ciudadanos al azar y sin motivo aparente, que por supuesto no tenían nada de «azaroso» sino que casualmente siempre solían ser jóvenes, afroamericanos o latinos, de barrios marginados. Ser negro en la Nueva York de los ’90 era prácticamente una garantía de sufrir detenciones arbitrarias por parte de la policía.

Como sucedía y todavía sucede en Estados Unidos, la policía es una institución infestada hasta la médula de racismo, y estas «detenciones arbitrarias» muchas veces terminaban en muertes a manos de la policía, que argumentaban su «derecho a la defensa» y salían impunes de estos asesinatos. Es la misma tradición de racismo y violencia policial que hizo estallar al país en 2018 detrás de la bandera Black Lives Matter.

Giuliani, además, aplicó una política de «limpieza» de la imagen de la ciudad. Se conoció como la doctrina de la ventana rota: para que la ciudad sea ordenada tiene que verse ordenada. En la práctica esto implicaba, por un lado, la detención de cientos de personas por el «delito» de estar durmiendo en las calle por no tener techo, o por hechos menores como pintar un grafitti o ingerir una bebida alcohólica. Esta persecución a los «pequeños delitos» y de «limpieza social» aberrante intentaron dar la imagen de una ciudad «ordenada» y disciplinada.

Lo mismo ocurrió con el narcotráfico: Giuliani ordenó olvidarse de los grandes narcos e ir a atacar precisamente a los últimos eslabones de la cadena en la venta y la distribución de droga, los «perejiles», y por supuesto también los simples consumidores. Esto desplegó una voraz política represiva en los barrios más carenciados, en su mayoría de negros y latinos.

Toda esta brutal política represiva contra las minorías y los sectores más postergados de la sociedad le valió el «prestigio» frente a la derecha norteamericana y finalmente internacional. No así frente a numerosos organismos de DD.HH. locales e internacionales que denunciaron una y otra vez sus políticas represivas.

Luego de su etapa como alcalde, Giuliani fue asesor de George Bush hijo, y fue uno de los principales impulsores de la «guerra contra el terrorismo» que EE.UU. lanzó luego de los atentados del 11 de septiembre, que sirvieron de excusa para las criminales y desastrosas invasiones de Irak y Afganistán.

Unos años más adelante, con la irrupción de Donald Trump en el Partido Republicano, Giuliani se sumó como abogado al equipo del magnate. Actualmente enfrenta cargos penales federales en la causa que investiga los intentos de manipular el resultado de las elecciones presidenciales de 2020, donde triunfó Joe Biden pero Trump y sus secuaces denunciaron un supuesto fraude. Giuliani, además, enfrenta denuncias por agresión sexual.

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