Argentina: Perpetua a los genocidas de la Noche de los Lápices

10 condenas perpetuas a los genocidas y la lucha por memoria, verdad y justicia.

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El martes 26 de Marzo, dos días después de la histórica jornada del 24 de Marzo, y del 23 en la ciudad de La Plata, y luego de tres años y medios de debate se leyó el veredicto contra 12 de los 18 genocidas -miembros de la Policía Bonaerense- que se encontraban imputados en la causa “Brigadas” por crímenes durante la última dictadura cívico militar. Los 6 restantes genocidas fueron beneficiados con la impunidad biológica de haber fallecido sin haber pagado por los crímenes cometidos. Entre ellos está el mismísimo Etchecolatz.

Desde el Nuevo MAS nos hicimos presentes con una delegación junto a estudiantes y compañeros militantes de los años 70 como Eduardo Castellano testigo en la causa contra los represores.

Es importante contextualizar en qué condiciones se logró la condena a los genocidas. El gobierno de Milei no solo niega el carácter genocida que tuvo la dictadura, sino que es abiertamente apologista de la misma, algo sin precedentes desde la vuelta a la democracia. Para eso no hace falta más que mencionar que mientras sucedía la masiva movilización en Plaza de Mayo el gobierno publicó un vídeo desde la cuenta de Casa Rosada hablando de la “memoria completa”.

En si esta línea argumentativa no es nueva entre quienes buscan exonerar a los genocidas de los crímenes cometidos durante la última dictadura, lo que es una novedad es que sea el mismo gobierno retome dicha retórica en un carácter netamente provocador. No hay que olvidar que en las horas previas a la movilización del 24 hicieron correr el rumor de un posible indulto a los represores. No vamos a entrar en el mamarracho inconstitucional que significa planteo, pero es necesario dejarlo anotado como una declaración de parte por parte del gobierno de Milei.

Los alegatos

El día 8 de Mayo, en la antesala de otra movilización que resulto masiva-en este caso del movimiento de mujeres- se llevaron adelante los alegatos de la querella particular de Justicia Ya, colectivo de abogados de izquierda, que retrató de cuerpo entero el accionar de la última dictadura como un crimen contra la clase trabajadora y el conjunto de activistas y militantes, entre los cuales también se encontraban estudiantes universitarios y secundarios como fue el caso de la infame noche de los lápices.

Esta querella hizo hincapié en que tras la figura difusa de “subversivos” se llevó adelante un plan sistemático d represión y exterminio a un sector de la población al considerarlo un “cuerpo social extraño al ser nacional”. Con esas palabras se edificó un plan buscaba doblegar a la clase trabajadora, que desde el Cordobazo y la caída de la dictadura de Lanusse, venía en una conflictividad y radicalización ascendente, y que resultaba un escollo para implementar un nuevo ciclo de acumulación capitalista buscado por la burguesía criolla, con desregulación del mercado, contrarreformas laborales y también educativas, como lo fue el establecimiento de cupos por carrera, y la intervención de los claustros con la Ley Orgánica de 1981.

El argumento principal fue enmarcar el accionar de la dictadura y sus represores bajo la figura de “genocidio” haciendo uso de los diferentes tratados y normativas internacionales a las cuales ha adherido nuestro país. Esto es importante resaltarlo ya que son pocos los casos en los cuales se ha logrado imputar estos crímenes bajo la figura de genocidio, y no bajo la figura genérica de “lesa humanidad”.

El veredicto

Alrededor de las 13hs éramos cientos quienes nos encontrábamos en el Tribunal Oral Federal n°1 de La Plata. Dentro la sala estallaba, y entre sus asistentes estaban hijos y nietos recuperados, victimas del terrorismo de Estado, y figuras de los DDHH.

Durante la lectura del veredicto, donde se pormenorizaron los cargos, crímenes y victimas de cada uno de los represores fue posible ver a muchos de ellos en sus casas utilizando el teléfono mientras se dictaba su condena, apagando la cámara o lisa y llanamente provocando, como fue el caso de Jorge Di Pasquale–único represor que se encuentra encarcelado en la Unidad 34 de Campo de Mayo- quién activó el micrófono para calificar de “circo” el juicio que se estaba llevando adelante. Estos son los beneficios con los que cuentan los genocidas, quienes desde la pandemia “asisten” a los juicios a través de videollamadas desde la comodidad de sus hogares.

Luego de 7hs de lectura el resultado fue diez cadenas perpetuas, una condena a 25 años y una absolución. Enrique Augusto Barré fue el represor absuelto, quien tenía en su defensa a Augusto Garrido, abogado que trabaja en el estudio jurídico del actual Ministro de Justicia de Javier Milei, Mariano Cúneo Libarona. Habrá que esperar los fundamentos del Tribunal para entender tan extraña casualidad.

Garrido en la defensa de Barré esgrimió la obediencia debida, ya que según él su defendido que actuaba en la división de Banfield, se encontró desafortunadamente envuelto en los crímenes de los cuales “no formó parte”-afirmó el abogado- y que si había personas detenidas allí era solo porque “las órdenes las daba Videla”. Una lucha que aún tenemos por delante es que sea condenado junto al resto de las “brigadas”.

Un testimonio militante

Dentro de los más 500 testimonios que se dieron durante el transcurso del debate para retratar la persecución y el plan sistemático de exterminio que significó la última dictadura queremos destacar el de nuestro compañero Eduardo Castellano.

Eduardo fue detenido-desaparecido en Enero de 1976, en la antesala al golpe, luego de escapar de Tucumán -dónde trabajaba en el comedor de la Universidad- por la persecución política que sufría. Instalado ya en Provincia de Buenos Aires fue secuestrado por la madrugada y llevado al “Infierno” de Avellaneda. Estuvo en la Brigada de Lanús y el Pozo de Banfield detenido de forma ilegal y fue liberado el 19 de junio de 1984.

Este no es el primer testimonio que da, ya que fue parte de los Juicios de la Verdad en el año 2006 cuando declaró junto a Jorge Julio López, Nilda Eloy y otros tantos referentes de los DDH, y se enfrentó a uno de los personajes más oscuros de la dictadura: Miguel Ángel Etchecolatz.

El testimonio de Edu, fue el testimonio de un militante, tal es así que decidió hacerlo desde el local del Nuevo MAS – regional La Plata junto a sus compañeros de militancia. Porque la ubicación de él es el aporte de su experiencia a las nuevas generaciones –a los jovencitos como dice él-, no solo desde los DDHH sino contra todo tipo de injusticia y la importancia de estar organizados.

Las fuerzas de la tierra

Si bien la condena a los represores fue bajo la figura de “lesa humanidad” y no de “genocidio” como exigían las querellas particulares, estas fueron el resultado de la lucha que vienen dando los sectores de DDHH desde la misma dictadura, que pasó por el juicio a las juntas, la obediencia debida y el punto final, los indultos, la reapertura de los juicios, el intento del 2×1 y que ahora se encuentran frente a un gobierno de ultra derecha y apologista de la dictadura como es el de Javier Milei-Victoria Villarruel.

No es meramente anecdótico frente a qué gobierno se consiguió la condena a 11 de los 12 genocidas, con 10 perpetuas. Es frente a un gobierno que se enfrenta directamente a la memoria histórica de nuestra clase, que quiere arrebatar nuestras victorias contra los genocidas, el que envalentona a sectores fascistas, como se vio en el ataque a la militante de la agrupación HIJOS.

El 23 y el 24 de Marzo, al igual que el 8M, demostraron que a pesar de las bravuconeadas y los ataque del gobierno hay sectores democráticos masivos en la argentina. Es la misma fuerza que se comenzó a ver previo al ballotage, que impulsó a todo un sector a militar de manera independiente contra Milei, y que hoy comienzan a hacer una nueva experiencia en las calles.

Las fuerzas que se pusieron en marcha son las fuerzas terrenales, de la realidad concreta, y que junto a la clase trabajadora van a tener la última palabra frente a los ataques y provocaciones del gobierno ultra reaccionario de Milei-Villaruel, en el terreno de la lucha de clases.

Para reivindicar a los 30.000 es necesario luchar contra este sistema de explotación y miseria que cada vez más demuestra que no nos puede ofrecer nada a las nuevas generaciones. Para reivindicar a los 30.000 hay que luchar por otro futuro, y eso arranca en organizarnos contra este gobierno.

Seguiremos peleando para que esas condenas sean efectivas y que todos los genocidas terminen tras las rejas en una cárcel común, donde deben estar.

30.000 Compañeros y compañeras, presentes.

Cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas y sus cómplices.

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