Argentina: Despidos y «estado de alerta» en la víspera de la asunción de Milei

Por estos días comienzan a cobrar forma el “estado de alerta y movilización” en las dependencias estatales nacionales (Desarrollo, Economía, Niñez, CNRT Salud, Inti, entre otros) con asambleas convocadas desde ATE capital y nacional y con la participación de sectores opositores independientes.

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Son asambleas de importancia aunque aún de vanguardia, en la que los trabajadores y trabajadoras plantean sus preocupaciones de cara a los recortes anunciados sin detalles por parte del gobierno de Milei.

Igualmente los medios nacionales (Télam, Radio Nacional y la TV pública) han realizado asambleas conjuntas con la participación de unas 300 personas en la sede de Télam, impulsadas por el SiPreBA, poniendo en guardia a los trabajadores ante la amenaza de privatizaciones lanzadas por el próximo gobierno.

Por el contrario, en aquellas dependencias que se encuentran dirigidas en mayor medida por UPCN o APEL (caso del Congreso Nacional) las conducciones no han convocado a ninguna instancia organizativa. Recordemos que el gremio conducido por Andrés Rodriguez (UPCN) fue el primero en firmar paritarias a la baja con Macri, y que ayer Di Prospero (APEL) se reunió con Villarruel y declaró que la cita había sido satisfactoria y que no hay que temer despidos.

La primera certeza es que los sectores que corren peligro inmediato son aquellos que se encuentran en la modalidad precarizada de contrato (que se firma anualmente para renovar, y cuya finalización no tiene indemnización como contrapartida).  Se estima que la Administración Pública Nacional (no incluye a las empresas públicas o con participación del Estado como AYSA, Aerolíneas Argentinas o YPF) ocupa 500 mil trabajadores y trabajadoras aproximadamente, de los cuales cerca del 30% se encuentran bajo alguna modalidad de contrato. Es decir, son unos 150 mil puestos de trabajo que corren riesgo de ser recortados simplemente dejando caer los contratos, es decir sin necesidad de introducir ninguna modificación legal ni por proyecto parlamentario, pero que deberá enfrentarse a la resistencia y la organización de los trabajadores.

Esto sin contar la reducción de Ministerios que llevará adelante el gobierno de Milei pasando de 18 ministerios actuales a 8 a partir del mandato que comenzará el 10 de diciembre. Este recorte de por sí plantea una amenaza a todos aquellos que trabajan bajo esas dependencias, independientemente de la modalidad de contrato.

Sumado a esto, el llamado “recorte a los gastos políticos” se evidencia como un eufemismo para atacar a las y los trabajadores y se temen congelamientos de salarios e incluso recortes bajo un gobierno que dice que su plan es el de recesión combinado con inflación.

En este marco, el día jueves 30 de Noviembre, Ate Nacional y Capital (oficialistas del actual gobierno) convocaron a una conferencia de prensa de tono combativo con la que participaron sectores de izquierda e independientes (en total unos 400 participantes)  en la sede de de Ate Nacional. Allí tanto Aguiar (Ate nacional) como Catalano (capital) llamaron a la unidad de todos los trabajadores del Estado, y también a UPCN y a las centrales CTA y  CGT a poner en pie el “estado de alerta” exigiendo el “pase a planta ya” ( en relación a los 150 trabajadores contratados que han sido precarizados por este gobierno y que hoy corren serio riesgo) y el “aumento de salario” (previniendo los ataques salariales que puedan ocurrir). Junto con esto a quedar atentos a los anuncios que haga el gobierno el domingo 10/12 que, de anunciar recortes en el Estado, tendría como respuesta una medida conjunta para el día lunes 11/12.

Junto con esto Ademys ha anunciado también la posibilidad de realizar una medida el día lunes 11/12 en caso de anuncios de “ley omnibus” o de explicitarse cómo y qué sectores de trabajadores recibirán el ataque del gobierno de manera inmediata.

La orientación de frente único y de unidad de acción con todos los que estén dispuestos a defender las fuentes laborales es decir confluyendo con las direcciones sindicales burocráticas que han sido oficialistas del gobierno actual permitiendo la degradación salarial y laboral, es de suma importancia para enfrentar las medidas de ajuste que prepara el gobierno de Milei. Unidad de acción y Frente único que tiene como condición la defensa de todos y todas las trabajadores sin importar la modalidad de vínculo laboral (monotributo, contrato, planta transitoria, planta permanente, o el que fuera) y de la pelea contra cualquier intento de ataque salarial. Golpear juntos en la defensa común de los trabajadores, manteniendo nuestras banderas políticas independientes e irrenunciables y atentos a cualquier intento de negociación a espaldas de los trabajadores. Esta táctica debe ir acompañada por la exigencia de asambleas a las conducciones, alentando la máxima participación e involucramiento de las y los trabajadores que son los únicos que podrán frenar el ataque con la organización y la movilización en las calles.

Junto con esto es necesario el reagrupamiento de los sectores de izquierda (orientación a la que hicimos referencia luego del triunfo de Mieli en las PASO) mediante la coordinación de trabajadores ocupados, desocupados y organizaciones  independientes y clasistas para lograr una intervención común en los ámbitos laborales, lo cual no puede contraponerse a la necesaria unidad de acción y frente único con otros sectores, para poder derrotar el ataque de Milei.

La concentración de los ministerios y de sus trabajadores en el centro del país permite unificar las fuerzas existentes en GBA donde la orgánica de la izquierda es mayor, y donde actúan los gremios que se encuentran en estado de alerta, lo cual le dará a las luchas por venir en un futuro inmediato, un gran impacto y que puede ser una ventaja relativa para enfrentar el shock que prepara el gobierno liberfacho.

Despidos por sectores en la industria

Si la indefinición del programa económico se mantiene dando largas a la incertidumbre, la definición del propio presidente que vamos a un periodo de dos años de estanflación (estancamiento o decrecimiento de la economía con alta inflación) ha generado impacto inmediato de un sector de la burguesía industrial que ya comienza a cubrirse de lo que pueda venir trasladando el costo de la crisis a los trabajadores. Junto con esto, el anuncio de que se terminará con la obra pública también ha generado despidos en sectores de la construcción, como acaba de anunciar la UOCRA para el conurbano bonaerense donde se despidiéndon a 300 trabajadores recientemente.

No hablamos aún de despidos masivos generalizados, sino por el contrario despidos puntuales en algunas industrias cuya alcance depende de cada empresa.

En el caso de las automotrices Pignanelli (SMATA) acaba de anunciar que los anuncios de despidos  en Nissan/Renault y Mercedes Benz “son una respuesta al anuncio de estanflación luego de años en que la industria venía en crecimiento y expansión” y que es posible que esto anuncie una recesión en el sector automotriz, lo cual podría poner en juego miles de puestos de trabajo directos (en fabricas autopartistas) sin hablar, por extensión, de aquellas fábricas cuya producción abastece a las autopartistas (casos como metalúrgicos, plásticos, entre otros).  Nissan/ Renault con sede en Córdoba, anuncia el despido de al menos el 15% de su planta de trabajadores (unos 450 trabajadores). En el caso de Mercedes Benz (con sede en Virrey del Pino, La Matanza) anunció un plan de retiro voluntario del cual no conocemos su alcance de momento. Por su parte Ford ha anunciado el adelantamiento de vacaciones y posibles suspension de producción durante el verano.

Los casos de despidos y/o suspensiones se extienden a las fábricas ligadas a UOM, como el caso de Exo (CABA) que empieza a despedir a contratados y suspender ante la pasividad cómplice de la dirección de la UOM. O el caso de Mirgor (Tierra del Fuego) cuya empresa pertenece a Nicolas Caputo, primo del futuro ministro de Economía, que ha suspendido a todos los trabajadores con una reducción salarial del 30%, con la excusa de falta de insumos para producir. Una medida de ataque directo a los trabajadores con la excusa de falta de dólares para importar, cuando las empresas industriales vienen aumentando sus ganancias exponencialmente sin interrupción.

En el caso del neumático, el despido de 18 compañeros en Firestone ha generado indignación entre los trabajadores lo cual llevó al SUTNA a impulsar una medida de paro que fue seguida de una conciliación obligatoria. Por lo pronto los despidos no se han retrotraído.

De conjunto, la burguesía industrial despide, suspende, adelanta vacaciones e implementa todo tipo de modalidades de ataque a los trabajadores para “curarse en salud” de cara al panorama que pueda venir. Recordemos que el plan de Milei, aún no esbozado de manera concreta, genera temor en un sector de la burguesía cuyas ganancias dependen de la venta en el mercado interno y de  la exportación de bienes producidos en el país, que de ser puestos en competencia con la producción internacional mediante la quita de impuestos facilitando la importación, quedarían en serios problemas para poder competir.

En los gremios industriales las direcciones burocráticas no preparan a los trabajadores para lo que pueda venir, no existe allí estado de alerta y movilización. Por lo que los puntos de apoyo y referencias independientes (sean Sindicatos, seccionales, o espacios impulsados de manera independiente) junto con la exigencia a las direcciones de generar espacios de organización y defensa ante los ataques que puedan venir serán de absoluta importancia.

No por nada dijo Pignanelli con preocupación “El sindicalismo tiene que reaccionar a través de la temperatura de las bases. Lo peor que puede pasar es que se produzcan movilizaciones que no tengan conducción”. Si, lo peor no son los despidos para estos burócratas, que bien saben que el movimiento obrero no ha sufrido derrota y que ante un ataque violento va a levantar temperatura y puede impulsar movilizaciones a pesar de su conducción, si estos no reaccionan. A eso apostamos. El plan de Milei no sólo tiene que pasar por el congreso y otra serie de instancias institucionales. Lo esperan por abajo las fuerzas de los trabajadores que más de una vez se sacaron de encima a gobiernos que quisieron pasarse de vivos.

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