La producción nacional continua su tendencia de menor crecimiento debido al “deterioro en las condiciones macroeconómicas externas”, según el Banco Central (BCCR). Ese es el resultado del ultimo Índice Mensual de Actividad Económica del Banco con corte a junio. El ente señala que la tasa de crecimiento interanual fue de 8,9%, lo que significa una pérdida de 8,6 p. p. con respecto al año previo y 1 p. p. menor al mes anterior. Entre enero y junio la variación fue de 6,5% y en el junio de 3,8%.

Según el BCCR este comportamiento se debe a que se esta acabando el efecto de una base comparativa baja, producto de la caída productiva durante la pandemia y la perdida de impulso de la demanda externa en algunos de los sectores más dinámicos. Las actividades con mayor crecimiento en el primer semestre son las de hoteles y restaurantes (51,1%), transporte y almacenamiento (23,3%) y servicios empresariales del régimen definitivo (11,2%).

Los servicios aumentaron un 7,6%, el comercio y reparación de vehículos un 4,9% y la manufactura un 4,3%. Esta última se compone de los regímenes especiales (+6,5%) y la producción del régimen definitivo (+0,3%).

En el terreno negativo se colocan la construcción que presenta un crecimiento negativo de 20,7%: la construcción privada se expandió un 1,3% y la publica se contrajo un 21%. Por su parte, las actividades agropecuarias caen 3,5%, principalmente, debido a la menor producción de piña y banano. Los productos exportables disminuyeron un 8% y los productos agrícolas para consumo local bajaron en 4%.

En cuanto al régimen de comercio, la producción del régimen definitivo tiene un crecimiento de 3,5% y los regímenes especiales (donde se incluyen las zonas francas) están en una cifra cercana (4%), aunque muy por detrás de las tasas de crecimiento de dos dígitos que venía registrando en el periodo previo (31,8%).

En medio de esta desaceleración la tasa de desempleo alcanza al 11,7% y la inflación llega hasta el 11,48%. Este combo de valores son la excusa perfecta para el gobierno y el empresariado en la continuación de su agenda de “reactivación económica” que solo es un eufemismo para avanzar en los ataques a los derechos y las condiciones laborales, flexibilizando y precarizando. El proyecto en corriente legislativa para la implantación de las jornadas de 12 horas y la jornada anualizada son parte de ello. Hay que organizarse para plantarle cara a las contrarreformas neoliberales que quiere imponer la burguesía.