La Encuesta Continua de Empleo del Inec reportó un desempleo de 11,7% para el trimestre de abril a junio, esto representa unas 285 mil personas, de las cuales 133 mil son hombres (tasa de 9,1%) y 151 mil mujeres (15,4%). De esta forma la tasa disminuye 0,3 p.p. con respecto al anterior reporte y alcanza el nivel previo a la pandemia cuando se estimaba en 12,2% (febrero 2020).

De las personas sin empleo el 2,9% tiene entre 3 meses y un año buscando y el 2,4% lo ha hecho por más de un año. El 22,6% tiene estudios de primaria o menos y el 55,5% tiene secundaria completa o incompleta. Esta situación la padecen el 30,4% de las personas entre 15 y 24 años, el 10,9% entre 25 y 44 años y el 5,8% de quienes tienen más de 45 años.

La fuerza de trabajo se mantiene estable en 2,44 millones de personas mayores de 15 años (1,46 millones de hombres y 981 mil mujeres). La población ocupada se calcula en 52,6% (2,15 millones), de los cuales 1,32 millones son hombres y 829 mil son mujeres. Esta cifra es menor en 70 mil personas a la registrada en febrero del 2020 cuando eran 2,22 millones (y una tasa de 56,1%).

La tasa de participación laboral se coloca en 59,9%, manteniéndose estable con respecto al trimestre anterior, pero 4,3 p.p. menor al del 2020. Se refleja la gran disparidad por género, ya que, mientras en los hombres la cifra es de 71,1%, para las mujeres es de apenas 48%, evidenciando la exclusión de estas. El subempleo aumenta ligeramente al pasar de 9,4% en el trimestre anterior a 9,5% en abril. Para esta medición el empleo informal alcanza a 954 mil personas, de las cuales 587 mil son hombres y 367 mil mujeres.

A pesar de que los indicadores porcentuales muestran una mejora, lo cierto es que en términos absolutos el mercado laboral aún se encuentra comprimido con respecto a inicios del 2020. En esos dos años y medio 200 mil personas abandonaron la fuerza de trabajo y no se han reincorporado (pasando de 1.435.000 a 1.638.000).

En lo que los sectores empresariales llaman la “nueva normalidad” una gran cantidad de personas son excluidas del acceso al empleo y empujadas a aceptar las condiciones de precarización que representa la informalidad. Mientras tanto, el gobierno con sus medidas de “reactivación económica” únicamente asegura la continuación de las ganancias empresariales a costa del empobrecimiento y el ajuste de los sectores trabajadores y populares.