El «globo espía chino» que sobrevoló gran parte de los Estados Unidos a fines de enero de este año pudo haber recolectado información sensible del Pentágono, según afirmaron fuentes gubernamentales citadas por la cadena NBC News.

El aparato, que fue derribado el 4 de febrero sobre aguas estadounidenses, pasó varias veces sobre zonas de alta importancia militar, como los silos de misiles nucleares que EE.UU. posee en el Estado de Montana.

Además, las fuentes indicaron que el globo tenía la capacidad de transmitir la información que recogía en tiempo real hacia Pekín, una versión que las autoridades del Pentágono aseguraron «no estar en condiciones de afirmar».

“La información obtenida por China procedía principalmente de señales electrónicas, que pueden ser captadas por sistemas de armamento o incluir comunicaciones del personal de la base, y no de imágenes”, indicó NBC.

Por su parte, los voceros del Pentágono salieron a poner paños fríos e intentar bajar el tono de la información que se conoció en las últimas horas, afirmando que luego de haber tomado «medidas preventivas», evitaron que el globo capture información más importante de la que China puede ya tener acceso a través de sus satélites en órbita.

De todos modos, el gobierno debió admitir que el artefacto tenía la capacidad de ser dirigido y maniobrado. El Pentágono asegura que las investigaciones sobre los restos derribados del aparato aun no concluyeron.

Más allá de las especulaciones, el incidente reabrió una nueva escalada de las tensiones entre las dos potencias. El Secretario de Estado, Anthony Blinken, suspendió su visita a Pekín por ese motivo, lo que se suponía iba llevar una imagen de relajamiento de las tensiones. Sucedió de hecho lo contrario.

Aunque se trató de un episodio de unos pocos días, el incidente reafirmó la inevitable tendencia a una maximización de las tensiones entre las dos grandes potencias, incluso a pesar de relajamientos circunstanciales.