Los vínculos de Milei con BlackRock, el gigante fondo de inversión acreedor de deuda argentina

Milei incorporó a su equipo a Darío Epstein, el hombre de BlackRock en Argentina, el gigante financiero con numerosos negocios en el país, empezando por los bonos de deuda externa.

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Javier Milei y Darío Epstein

Con más de 7 billones de dólares en activos declarados, BlackRock es el fondo de inversión más grande del mundo. Su representante local es el economista y financista Darío Epstein, quien en junio de este año se sumó al equipo de asesores de Javier Milei.

Que el equipo de Milei vaya a estar conformado por personajes de larga profesión de servidumbre al capital no constituye noticia alguna. Pero como suele suceder en estos casos y sobre todo en el caso de BlackRock, la cosa no pasa sólo por convicciones liberales, sino sobre todo por negocios: la empresa es una de las principales acreedoras de bonos de deuda argentina. Además de contar con una profusa presencia accionaria en las principales empresas del país, muchas de ellas ligadas con la obra pública y los contratos del Estado.

Para tomar dimensión, BlackRock declara administrar activos por más de 7 billones de dólares, con lo que, si fuera un país, contaría con el tercer PBI más grande del planeta, solo detrás de EE.UU. y China. Luego del último canje de deuda de agosto de 2020, BlackRock quedó posicionado como el principal acreedor privado de deuda argentina, por más de 2.200 millones de dólares. De llegar Milei al gobierno, la presunta presencia de Epstein en el equipo económico implicaría básicamente que la empresa esté de los dos lados del mostrador: como pagador y como cobrador. Un negocio redondo.

Pero no es el único frente donde BlackRock tiene injerencia en la economía nacional. El fondo es accionista de numerosas empresas, pero muy destacadamente de una: Pampa Energía SA, que es a su vez la dueña de Trasener SA, quien se encarga del 85% del transporte de energía eléctrica en el país. Hasta 2019, Pampa Energía también era la dueña de EDENOR, beneficiada a puro tarifazo por el gobierno de Macri, hasta que luego fuera vendida al grupo Vila-Manzano, de estrecha cercanía con Sergio Massa. Movimientos al interior de «la casta».

Durante los años de gobierno macrista, Pampa fue una de las dos principales empresas que más dólares fugaron al exterior: exactamente $903.829.771, que se suman a más de $1200 millones de Teléfonica de Argentina. BlackRock es accionista de ambas empresas. La AFIP (ni la de Macri ni la de Alberto) nunca pidió explicaciones sobre el origen de esos fondos.

Epstein forma parte del directorio de Pampa Energía como representante de BlackRock. De esa empresa también fue presidenta otra figura de primera línea del armado de Milei: Diana Mondino, quien se prevé que sería Canciller en un eventual gobierno «libertario», a pesar de haber declarado frente a medios británicos que debe «respetarse el derecho de los isleños», en referencia a la ocupación británica de las Islas Malvinas.

Volviendo a BlackRock y su presencia en Argentina, el fondo es también importante accionista de Glencore (agroexportadora que también tiene negocios en emprendimientos mineros en el noroeste argentino) y de los cuatro principales bancos privados que operan en el país: BBVA, Galicia, Santander y Macro, que a su vez son los principales tenedores de bonos de deuda en moneda local (Leliqs y otros).

BlackRock tiene también un 5,6% de acciones de YPF, así como también participa con diversos porcentajes del paquete accionario de Loma Negra, Mercado Libre, Tenaris (del grupo Techint), IRSA, Telefónica, entre otros.

Otra excepción a la «casta», y van…

En relación a Epstein, se trata de otra de las tantas excepciones que Milei sabe hacer a los que califican como candidatos a formar parte de la «casta». Para sorpresa de nadie, se trata de otro personaje largamente conocido en el ámbito de la función pública.

Como economista especializado en finanzas, Epstein fue nombrado en 1992 como presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), desde donde participó en las privatizaciones de empresas públicas, en particular YPF, Entel, Telecom y Gas del Estado.

Tres décadas después, sus convicciones parecen haberse mantenido intactas: esta semana dio una conferencia donde declaró que una parte importante del plan económico que están diseñando junto a Milei incluye la privatización masiva de empresas públicas.

Dio además algunas definiciones sobre la deuda, sutiles, pero suspicaces viniendo de un hombre de BlackRock: «Nosotros proponemos más compromisos de lo que nos pide el Fondo. Si hacemos las cosas bien, por ahí Argentina pueda volver a los mercados voluntarios de deuda, y ojalá no los usemos porque tener acceso no quiere decir que los vayamos a usar». Pero si fuera necesario, Milei ya sabe qué puerta ir a tocar: lo esperan con los brazos abiertos.

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