Minutos después de haber salido campeona del mundo, al momento de recibir las medallas, la futbolista española Jenni Hermoso fue besada a la fuerza por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales.

Con todas las cámaras del mundo mirando, el hecho no tardo en viralizarse y en despertar el más sentido repudio por parte de todo el movimiento feminista a lo largo y ancho del planeta. En cuestión de días casi todas las federaciones, equipos y futbolistas, profesionales o amateurs, habían repudiado el hecho y estaban exigiendo la destitución inmediata de Luis Rubiales.

Aunque acorralado por el repudio masivo, Rubiales se aferró a una federación que lo apaño y desde allí se animo a brindar un discurso repleto de provocaciones y bravuconadas contra las jugadoras y el movimiento feminista. Acusó de mentirosa a la jugadora Hermoso y tildo de “falso feminismo” a la justificadísima indignación que despertaron sus acciones. Siendo aplaudido por un auditorio lleno, donde se encontraba, entre otros, el seleccionador español, Jorge Vilda.

Este episodio dejó al descubierto el entramado de complicidad que hay en la federación y el destrato y abuso que sufren las futbolistas españolas día a día, hechos que denunciaron a principio de año, pero sus reclamos fueron ninguneados. Varias jugadoras españolas fueron dejadas de lado por el seleccionador por estas mismas denuncias.

Nuevamente, la respuesta del movimiento feminista no se hizo esperar y tan rápido como Rubiales afirmaba que no iba a dimitir, empezaron a aparecer mensajes de apoyo y hashtags en solidaridad con la jugadora española en todo el mundo. Las 23 recientes campeonas del mundo anunciaban su renuncia a la selección hasta que el presidente de la RFEF no estuviera afuera de su cargo, y la FIFPRO (algo así como un sindicato de futbolistas), pedía la destitución inmediata de Rubiales. Hinchas y futbolistas en España antes de cada partido de liga le brindaba su apoyo a la jugadora con camisetas y pancartas de #SeAcabó, el hashtag que impulsaron las propias futbolistas españolas.

La solidaridad internacional del movimiento de mujeres vuelve a poner en el centro de la escena los reclamos y luchas feministas, aplacado por una pandemia que lo sacó de las calles y obturó sus lugares de organización, en la cual se apoyaron los gobiernos para correr los derechos de las mujeres de la agenda política. O directamente eliminarlos, como ocurrió en Estados Unidos con el aborto. Un contrapeso a esto fue la conquista del aborto en argentina en 2020, pandemia y restricciones mediante, mostrando el camino simbolizado en el pañuelo verde que ahora retoma el movimiento de mujeres estadounidense.

Ante semejante mazazo como fue la prohibición del aborto en los EE.UU., un movimiento profundamente internacional como es el feminista, se encontraba desorientado. Pero la respuesta antes los graves hechos en la RFEF son una bocanada de aire fresco para un movimiento que no deja de ser una contra tendencia mundial frente a los fenómenos de derecha y extrema derecha que quieren levantar cabeza en el mundo.

Sintomático de esta situación es el caso de Vox, partido de ultra derecha, franquista y enemigo de las mujeres y colectivo LGBT, que hasta hace un mes parecía formar gobierno y hoy se encuentra completamente en silencio y a la defensiva frente al movimiento feminista que reclama su lugar y vuelve a poner en agenda los problemas de las mujeres y personas LGTB.

En Argentina, el movimiento de mujeres empezó a convocarse y organizarse para poner nuevamente en las calles a un movimiento gigante el próximo 28 de septiembre, día de acción global por el derecho al aborto, en un contexto marcado por el ascenso electoral de la ultraderecha de Javier Milei, un acérrimo enemigo de las mujeres y la comunidad LGBT.