Chile: El contundente triunfo del “Apruebo” y una historia que seguirá escribiéndose

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  • En las jornadas del domingo 25 de octubre, de forma abrumadora y superando las expectativas, se impuso por un 78,20 contra un 21,80 el “Apruebo”. Tanto a nivel nacional como en distintas ciudades del mundo cientos de miles de chilenos se dieron cita para votar.

Luz Licht

Esto significó un rechazo contundente a la Constitución vigente desde 1980 que se heredó del régimen dictatorial y genocida de Augusto Pinochet. Según datos del Servicio Electoral (Servel) más de 7.562.173 de personas votaron ayer, convirtiéndose en la instancia electoral más masiva desde el retorno de la democracia.

También se impuso ampliamente la opción por la conformación de una Convención Constitucional (79,10%) que estará encargada de la redacción de la nueva constitución. La misma contará con 155 miembros a ser elegidos por votación popular y deberá contar con paridad de género y deberá reunirse el 11 de abril del 2021. La redacción tendrá un plazo de nueve meses hasta su ratificación en un nuevo plebiscito de la Nueva Constitución en 2022.

A las 20 horas se cerraron oficialmente los comicios, en las horas previas la Plaza de la Dignidad (ex Plaza Italia) se fue nutriendo con las y los asistentes que se convocaron allí para celebrar. “Este es el primer paso” se escuchaba en la mayoría de los testimonios, más exultantes a medida que se acercaba el horario de conocer los primeros resultados.

Los tiempos de la historia son complejos y contradictorios, pero entre la multitud que se concentró en la plaza para festejar, la sensación de saberse protagonistas de asestar un gran golpe al régimen heredero de la dictadura rodeaba una atmosfera cargada de esperanza. Una esperanza por un futuro mejor que volvió con la rebelión que tuvo a la juventud en la primera línea y que estalló un año atrás.

Cerca de las 21:20 por televisión aparecía el presidente Sebastián Piñera, queriendo apropiarse de un poco de esa primera conquista de la rebelión (porque todavía queda mucho por recorrer hasta que “lo esencial se vuelva visible”). En las calles, las y los verdaderos protagonistas se agolpaban y hacían notar su presencia con bocinazos, aplausos, cánticos mientras en el palacio este enemigo del pueblo trabajador decía:

“Hoy la voz de todos los ciudadanos se ha escuchado con la misma fuerza y cada voto ha tenido el mismo valor (…) Es un triunfo de todos los chilenos. (…) Hasta ahora la constitución nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la nueva constitución sea el gran marco de unidad y se constituya en la casa de todos”.

El intento de frenar a quienes despertaron y se encontraron en la lucha no sólo tiene a la cruenta y cotidiana represión como herramienta. Piñera también apela a discursos como este para conciliar lo inconciliable y, prometer lo que bajo el sistema a cuya clase representa es imposible de garantizar, la unidad entre explotadas/os y oprimidas/os y los de arriba.

Los cambios que reclaman las y los de abajo en Chile desde hace un año, ¿podrán encontrar una resolución con el sólo cambio de constitución? “No fueron 30 pesos, fueron 30 años” era una de las consignas que se expresaba al comienzo de la rebelión que encontró su punto de inicio el 18 de octubre del 2019 en las protestas contra la suba del metro en Santiago, la capital. La represión contra las y los manifestantes, la mayoría estudiantes secundarios que saltaron los molinetes despertó a una multitud harta de pagar los platos rotos del capitalismo en su versión neoliberal.

Eso no les bastó a los herederos de Pinochet, con Sebastián Piñera al mando, y dejan un tendal de heridos y muertes tras la represión que es casi cotidiana ante cada salida a la calle. Son 500 los mutilados producto de los disparos en la cara por parte de las fuerzas represivas. Siguen en pie las miles de denuncias por violaciones a los derechos humanos pendientes de justicia.

“¿Por qué cambiar las constitución de Pinochet?”, se titulaba un flyerque circulaba en redes e invitaba a la participación. Educación, salud, vivienda, trabajo, pensiones (jubilaciones), medio ambiente, etc. Si tales reivindicaciones están pendientes, al menos un elemento queda claro luego de las jornadas de ayer como subproducto de la rebelión, las transformaciones a favor de los explotados y oprimidos sólo pueden venir de su incansable lucha y organización. El camino recién comienza y las respuestas a los interrogantes sólo las traerán las propias masas trabajadoras y sus acciones en el camino de escribir y protagonizar esta historia.

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