Segunda jornada de bronca popular contra Milei: los cacerolazos se extendieron por todo el país

La "luna de miel" más corta de la historia. Miles de personas concentraron frente al Congreso en repudio al mega DNU de Milei. Crónica de la segunda jornada nacional de protestas.

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La noche de este miércoles se quemaron todos los manuales, todos los lugares comunes de la política argentina: a sólo diez días de su asunción, el sonido de las cacerolas se hizo sentir en decenas de barrios porteños contra el gobierno de Javier Milei.

Como en 2001, otra vez un 20 de diciembre de repudio a las políticas de hambre.

No es para menos: la presentación de su Mega DNU con más de 300 derogaciones de leyes, reformas y desregulaciones constituye el más grave ataque a las conquistas y derechos de la clase trabajadora desde 1983. Hoy, jueves 21, las movilizaciones y protestas se extienden por todo el país después de un día de epicentro en Buenos Aires.

 

La reacción fue espontánea: en decenas de barrios de la Ciudad de Buenos Aires cientos de vecinos y trabajadores comenzaron a acumularse en las esquinas para protestar contra el paquetazo antidemocrático y anticonstitucional.

La jornada de ayer que estuvo marcada desde temprano por la marcha de la izquierda y los movimientos sociales independientes, que desafiaron por primera vez el protocolo represivo de Bullrich y Milei, a pesar del show mediático que intentó instalar el gobierno alrededor del inmenso operativo policial.

 

Esta primera movilización contra el gobierno de Milei fue la antesala que permitió las primeras manifestaciones espontáneas de sectores medios y trabajadores en repudio al decretazo reaccionario de Milei. De las más de 300 medidas que lo componen, no hay una que no sea para el beneficio directo de algún sector empresario. Ni una que vaya destinada a los sectores asalariados.

 

Cada vez más personas concentraban en distintos puntos de la ciudad, cuando los distintos cacerolazos comenzaron a confluir en el Congreso. Finalmente, y ya bien entrada la madrugada, la convocatoria superó incluso a la de la propia gente que fue a apoyar al «libertario» a su asunción.

 

En la concentración se hicieron sentir los primeros cantitos contra el nuevo gobierno, algunos de los cuales pidieron por un paro nacional. En una aceleración de los tiempos inédita en la historia reciente de la política de nuestro país, un gobierno que declara la guerra contra la clase trabajadora asume sin el privilegio de la «luna de miel».

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