¿Quién mandó a matar a Marielle?

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  • Después de cuatro años de este bárbaro crimen político exigimos justicia por Marielle Franco y Anderson Gomes.

Ramos Silva y Antonio Soler

Se cumplen cuatro años de la ejecución de Marielle Franco y Anderson Gomes. Fueron víctimas de dos milicianos que ya están en prisión, pero las preguntas, quiénes fueron los autores intelectuales y por qué motivo, siguen sin respuesta.

Marielle fue una militante y concejala del PSOL que luchó contra la violencia en territorios ocupados por organizaciones milicianas en Río de Janeiro, las mismas milicias que tienen vínculos con los partidos políticos de derecha y el clan Bolsonaro.

No es casualidad que después de este largo tiempo tras el caso, la policía aún no haya podido encontrar ni siquiera el arma homicida, a pesar de tener un gran número de testigos, unos 230, y más de 190 denuncias -incluyendo que varias armas fueron arrojadas al mar. [1]

Por ello, esta ejecución no podía dejar de estar envuelta en el escenario de un gobierno de extrema derecha -que tiene al frente a un neofascista- que ha puesto a la policía federal y otros órganos de investigación, al servicio de los intereses de su familia y de sus aliados milicianos.

 

Marielle condensó muchas peleas

Vivimos en un país extremadamente violento contra las mujeres y los casos de feminicidios crecen cada año. Según datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública, durante el período de 2020 hubo un aumento del 22% en los casos de feminicidio en Brasil entre marzo y abril y cerca del 25% a lo largo del año. [2]

A pesar de este gran aumento de la violencia contra las mujeres en general, es necesario un abordaje racial, la gran mayoría de las mujeres víctimas de violencia en Brasil son mujeres negras, lo que reafirma que tenemos un país extremadamente machista y también racista.

En la última década (entre 2008 y 2018) la violencia contra las mujeres negras ha aumentado alrededor de un 12,4% en comparación con las mujeres no negras. Esto se debe a las condiciones socioeconómicas de mayor vulnerabilidad y a las dificultades que tienen estas mujeres para acceder a los canales de denuncia y protección, lo que demuestra que la situación de explotación y opresión estructural de esta parte de la población femenina es más profunda. [3]

La regidora del PSOL incorporó como nadie el drama y la resistencia de estas mujeres, fue una inmensa y creciente amplificadora de la voz de esta población. Era una militante política de izquierda que representaba a estas mujeres negras, el sector más explotado y oprimido de la sociedad, que ya no está dispuesta a callarse ante tanta opresión.

Marielle fue una militante política en el mejor sentido de la palabra, pues condensó su lucha por los habitantes de la periferia, las mujeres y las personas negras. Además, era una defensora de los derechos humanos y una abierta enemiga de las milicias.

Como figura en pleno ascenso político y con su actividad parlamentaria que impactó cada vez más corazones y mentes. Se convirtió así en un peligro político para la red de milicianos que tomó Río de Janeiro con fuertes vínculos con el Palacio del Planalto [casa del gobierno]; de allí surge una hipótesis de trabajo en relación con la investigación de este delito que debe ser seguida hasta el final.

 

Un legado vivo

En este momento de crisis pandémica, de enorme sufrimiento de la población periférica, es necesario incorporar a nuestras vidas este legado político de inmensa combatividad para enfrentar la necropolítica pandémica que impera en el poder.

Por lo tanto, no podemos permitir que las fuerzas reaccionarias silencien o intenten borrar este legado. En estos años sin Marielle Franco y Anderson Gomes, varias Marielles surgieron y levantaron las banderas contra la violencia hacia las mujeres, las personas negras y la comunidad LGBT.

El asesinato de Marielle fue un ataque violento, de carácter mafioso y fascista, al derecho de organización del conjunto de los explotados y oprimidos en Brasil, por lo que no puede quedar sin respuesta por parte de todos los que defienden los derechos democráticos.

Ese atentado político es parte de la ofensiva reaccionaria que llevó peligrosamente a un neofascista al poder, que amenaza contantemente los derechos políticos y democráticos, por esa razón, no podemos luchar por los derechos democráticos sin que la bandera por justicia para Marielle y Anderson este presente.

Con su muerte, Marielle se convirtió en una gigante política que, además de la defensa de las poblaciones periféricas, negras y LGBT, condensa la lucha contra el neofascismo en el poder central y en defensa de los derechos democráticos.

Para que el tiempo no apague la lucha de Marielle en defensa de los explotados y oprimidos, en particular de las poblaciones periféricas, negras y LGBT, es necesario no solo recordar su legado, sino actuar para continuarlo, exactamente como lo han hecho miles de mujeres negras, principalmente en la juventud de todo el país.

¡Esta lucha no fue en vano! El PSOL y su dirección deben cumplir el papel fundamental de llevar la lucha por justicia en todos los foros, actividades y momentos de la lucha de clases en Brasil. Nosotros, militantes de Socialismo o Barbarie – tendencia PSOL, ofrecemos nuestra solidaridad a amigos y familiares y, junto con miles de activistas en todo el país y en todo el mundo, ¡estamos listos para luchar por justicia para Marielle y Anderson ya!

¡Campaña unitaria permanente por la justicia para Marielle y Anderson!

¡Fuera Bolsonaro y su banda de poder neofascista!

¡Elecciones Generales para todos los cargos!

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[1] G1, 14/03/2021.

[2] Universa, 01/06/2020.

[3] Atlas da violência de 2020.

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