En la misma línea de su proyecto de privatización de las empresas estatales, La Libertad Avanza continúa con la entrega de la soberanía nacional.
Es resultado de un memorándum de entendimiento entre Argentina y Estados Unidos, que lleva la firma del nuevo interventor de la Administración General de Puertos (AGP), Gastón Benvenuto, del representante del Cuerpo de Ingenieros norteamericano, Adriel McConnell, que gestionan la hidrovía del río Misisipi, y del embajador Stanley, quienes posaron sonrientes en una fotografía tomada con la ruta hídrica de fondo.
“El convenio permitirá profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas”, argumentaron desde el Gobierno en la página oficial de la AGP.
Lo que significa, en otras palabras, que los ingenieros del ejército yanqui ocuparán el territorio argentino en una de las hidrovías claves de América del Sur, como lo es la del Paraná-Paraguay-Uruguay. La gravedad de la presencia yanqui se debe a que se trata de uno de los mayores corredores naturales de transporte fluvial del mundo, al pasar por Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, con un recorrido de 3.400 kms que arranca desde Puerto Cáceres en Mato Grosso do Sul, Brasil, hasta el puerto de Nueva Palmira, Uruguay.
Por su parte, el Gobierno, que mira a los Estados Unidos con los ojos del esclavo que ama al esclavista, señaló que el memorándum se trata de «una cuestión de experiencia», al tratarse del cuerpo de ingenieros que maneja los sistemas del Missisipi. Supuestamente, aprovecharán los “conocimientos técnicos” de los profesionales para mejorar “la gestión de recursos”, los “sistemas de tecnificación de dragado y balizamiento” y para la “capacitación de los cuadros técnicos” de la AGP. Algo que se viene haciendo sin demasiado contratiempos desde hace muchos años sin necesidad de ningún ejército yanqui.
No es menor tener presente que por la Hidrovía Paraná-Paraguay salen casi el 80% de las exportaciones del país, además de que 14 de los 18 puertos que tiene Argentina sobre el Río Paraná son de empresas privadas internacionales. El control de la ruta fluvial también está en manos de dos empresas privadas, la argentina, Emepa, y la belga, Jan de Nul, como consecuencia de la entrega del menemismo de los 90, quien le dio la concesión a su amigo Gabriel Benjamín Romero.
