Marx en la ceremonia de los Oscar

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“Nosotros creemos que las cosas serán mejores cuando los trabajadores del mundo se unan” lanzó Julia Reichert parafraseando a Karl Marx en su discurso de aceptación del premio Oscar al mejor documental.

El mundo de la cultura suele reflejar de manera tardía y algo distorsionada los fenómenos profundos que crecen desde abajo en el suelo fértil de la vida.

Hollywood y la industria del cine estadounidense nunca quisieron quedarse afuera de ellos. Podría incluso estudiarse la historia del último siglo poniendo el ojo en su reflejo hollywoodense. El ascenso del movimiento obrero norteamericano en los 30’ tuvo su propia película con “Tiempos Modernos” de Charles Chaplin, el repudio al fascismo y la guerra contra él en “Casablanca”, la pelea contra la guerra de Vietnam y la cultura hippie con el clásico “Hair”, etc.

Por supuesto que la industria cultural está dominada por la ideología capitalista estadounidense y sus fantasías, por un lado, y por la motivación de hacer la mayor cantidad de dinero posible en el lapso más breve, por el otro. Entre las odas al imperialismo yanqui y la “comida rápida” audiovisual (que suele ser basura olvidable), se cuelan no obstante artistas que quieren reflejar los grandes problemas de su época, sea por honestidad intelectual o para hacer dinero con un público distinto al habitual.

La última ceremonia de los Oscar no fue claramente una más entre otras. La crítica al capitalismo del siglo XXI tuvo allí un protagonismo pocas veces visto antes. Desde el punto de vista de las divisiones de clase y sus contrastes con “Parasite”, la psicología de la frustración y exclusión social con “Joker” y la explotación laboral en nuestro siglo con el documental “American Factory”: todas se llevaron su premio.

La particularidad de esta última es que pone en el centro del debate la realidad de la clase obrera en nuestro siglo, entre el deterioro de las condiciones de vida en los países centrales y la súper explotación de la ascendente China.

Que se haya enarbolado la bandera del Manifiesto Comunista en uno de los eventos culturales más importantes de la que sigue siendo la principal potencia capitalista del mundo es algo a destacar: el llamamiento “trabajadores de todos los países, uníos!” demuestra tener una muy palpable actualidad. Esto más allá de las intenciones de los gestores del documental, de ideología reformista en el mejor de los casos, amparados por representantes del capitalismo como Barack Obama. Lo más importante no es el propio documental sino lo que refleja: millones empiezan a abrazar de nuevo la bandera del socialismo, incluso en Estados Unidos. Y en estas condiciones no puede no volver a sobrevolar sobre este mundo el nombre de Karl Marx.

Reproducimos un artículo de la Revista Jacobin, que incluye una entrevista a Julia Reichart, aunque aclaramos que no compartimos sus posiciones políticas sobre el “socialismo democrático” y sus esperanzas puestas en la izquierda del régimen yanqui y el Partido Demócrata, Bernie Sanders.

 

La co-directora de American Factory, Julia Reichert, acerca del socialismo

por Ed Rampell

 

Un día antes de que citara a Marx en los Oscars, Jacobin brevemente habló con la co-directora de American Factory, Julia Reichert, acerca de su socialismo democrático y su larga historia en la izquierda.

En la ceremonia de los Premios Independent Spirit del sábado, Julia Reichert mencionó la “desigualdad económica”  durante su discurso de aceptación a mejor documental por American Factory. La primera película lanzada por Higher Ground Productions, de Barack y Michelle Obama, American Factory es acerca de un capitalista chino que reabre una planta cerrada en Ohio, dando empleo a miles de trabajadores estadounidenses.

Durante la conferencia realizada en la carpa de prensa de los Premios Spirit, en la playa Santa Monica, le pregunté a Reichert, que anteriormente ya había sido nominada a los Oscar por los documentales de 1976 y 1983, Union Maids y Seeing Red: “¿Vos creés que el socialismo es la respuesta a la desigualdad económica?” Reichert preguntó cuántas personas habían visto Seeing Red, que era acerca de los miembros del Partido Comunista de EE.UU, y rió en cuanto yo parecía ser ahí el único miembro de la prensa que la había visto.

Reichert, que estaba de pie junto al co-director de American Factory, Steven Bognar, continuó para decirme que: “Vengo de un largo camino. Yo estaba antes de que apareciera Bernie Sanders. Vengo de los sesenta, soy vieja. ¿Si creo que el socialismo es la solución para nuestro país? Todos deberíamos… compartir la riqueza. A los ricos deberíamos ponerles impuestos más altos de los que tienen ahora. La salud debería ser para todos. Es algo que yo llamaría ‘socialismo democrático feminista’. Y de eso siempre se ha tratado para mí. Y ya nadie me pregunta más acerca de ese tema”, reflexionó.

“Sabés, es gracioso, las cosas que solíamos creer a fines de los sesenta y principios de los setenta, solíamos hablar acerca de ‘feminismo socialista’ y ‘socialismo democrático’ y el ‘poder de los trabajadores’. Y entonces durante los años de Reagan y todo lo que le siguió, nadie hablaba más de eso. Y ahora hablamos de eso otra vez. Es algo bueno” continuó.

Reichert había sido miembro del Nuevo Movimiento Americano, uno de los dos grupos que se unieron para formar los Socialistas Democráticos de América en 1983.

En la siguiente noche la nominada tres veces a los Oscar finalmente tuvo la oportunidad de dar su discurso de aceptación en los premios de la Academia cuando American Factory ganó el Oscar al Mejor Documental Largo. Entonces Reichert citó El Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels, proclamando en la televisión en vivo: “Los trabajadores la tienen más y más difícil en estos días, ¡y nosotros creemos que las cosas van a mejorar cuando “los trabajadores del mundo se unan!”.

En el documental de Reichert, Cao Dewang, un billonario chino, adquiere una fábrica de General Motors en Ohio, cerrada en 2008, y la reabre como Fuyao Glass America.

Cao contrata a dos mil empleados estadounidenses en medio de la algarabía de la inversión. Sin embargo, como a la compañía le costaba obtener ganancias, las condiciones de trabajo se deterioraron por la aceleración de los ritmos de producción (SPEEDUPS)  y los salarios siguieron siendo tan bajos que provocaron un extenso pedido de sindicalización.

Este pedido es combatido exitosamente por la compañía, que contrató asesores anti-sindicales y amenazó con frenar la producción.

El siguiente filme de Reichert, también co-dirigido con Steven Bognar como American Factory, se llama 9to5: The Story of a Movement, cuenta la historia de un grupo de trabajadoras de oficina bostonianas que se organizaron a principios de 1970. Va a ser estrenada en mayo.

Traducción: Florencia Alegría

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