El trumpismo y el juicio político contra Biden

La apertura de una investigación sobre el desempeño de Biden fue formalmente ordenada por el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano Kevin McCarthy. El objetivo último de la investigación es desarrollar una acusación de juicio político (impeachment) contra el presidente demócrata.

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En la historia de EEUU sólo 3 presidentes sufrieron una acusación de impeachment por parte de la Cámara de Representantes. En las 3 ocasiones el Senado los absolvió. La idea de enjuiciar políticamente a Biden ya se veía escuchando entre las filas de los republicanos trumpistas desde hace largo tiempo. Pero con la mayoría parlamentaria obtenida por los republicanos en enero de este año el proyecto se transformó en una posibilidad real.

Las acusaciones

La investigación abierta por McCarthy aduce problemas de corrupción en la gestión Biden relativos al desempeño del hijo del presidente (Hunter Biden) dentro de la empresa ucraniana de gas Burisma. Según McCarthy, los supuestos hechos de corrupción por parte de esa empresa muestran una “cultura de la corrupción” y “abusos de poder” por parte del presidente en funciones.

La acusación es cuanto menos poco clara. Hasta ahora no existen hechos probados de corrupción o favoritismo político que impliquen a Biden. Ni tampoco existen otras investigaciones en curso por los supuestos delitos. Es obvio que la motivación de un eventual impeachment nada tiene que ver con la corrupción (real o inventada) de la gestión Biden. Se trata por el contrario de un movimiento político por parte del sector republicano (especialmente de ala trumpista).

Arbitraje en las alturas

Un proceso de impeachment es por definición un proceso en las alturas del régimen político y que nace de sus instituciones, gestado en la privacidad de las oficinas y salones de los funcionarios políticos. La motivación de los republicanos tiene mucho que ver con el doble impeachment atravesado por Trump (en 2019 y 2021) y con las próximas elecciones presidenciales, en las que Trump se propone volver a competir.

En sus 240 años de historia como Estado, el gigante norteamericano atravesó 4 procesos de impeachment hacia su presidente. Dos de ellos se dieron en un lapso de tan sólo 2 años y contra la misma persona: Donald Trump (en 2019 y 2021).

Más allá de las motivaciones políticas específicas detrás del intento de impeachment, la concentración de este tipo de procesos en los últimos años expresa una tendencia al crecimiento de arbitraje dentro del régimen político estadounidense. El juicio político es por antonomasia un proceso propio de momentos de crisis. Y los últimos años estuvieron recorridos por una serie de crisis políticas entre las que se contaron los estragos de la pandemia y la rebelión antirracista contra Trump. Tal parece que el sistema bipartidista yanqui, uno de los más estables del planeta, se tensa cada vez más en el marco de un escenario social y político más polarizado que el que existía hace algunos años.

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