Educación sexual laica, científica y feminista

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La educación sexual es un derecho fundamental para la formación de toda persona. Sin embargo, como el Estado costarricense es confesional, la niñez y juventud ha estado privada de educación sexual, dado que por años la iglesia católica se opuso a toda guía de educación sexual. En el 2018 el Ministerio de Educación Pública implementa un Programa de Estudio de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral que suscitó resistencia y ataques de sectores conservadores y religiosos, tanto católicos como evangélicos.

El Programa de Estudio de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral implica avances en temáticas nunca antes abordadas, como lo son: relaciones impropias y reconocimiento de las identidades y diversidades. Además, ha tenido un impacto en la disminución de los embarazos adolescentes. 

Algunas debilidades o falencias del Programa de Estudio y en general de la perspectiva de la educación afectiva y sexual implementada en la actualidad se relacionan a sesgos conservadores y religiosos de quienes imparten las lecciones, dado que se carece de capacitación del personal docente por parte del Ministerio de Educación Pública para abordar científicamente los temas

También, es necesario que sea un programa extensivo y de educación obligatoria, no puede restringirse únicamente al décimo año ni ser opcional justamente porque constituye un derecho fundamental para la formación integral de todo ser humano. Además, se requiere la incorporación de aspectos como autonomía corporal y el derecho a decidir para que la maternidad no sea una imposición. 

Cabe señalar que el embarazo adolescente continúa siendo una problemática que se debe erradicar. Según datos recogidos por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en alianza con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), para el año 2019 se dieron 8.041 nacimientos en niñas y adolescentes de 19 años o menos.

En el 2019, se dieron 5 nacimientos a la semana en niñas de 14 años o menos. El 29% de niñas madres de 14 años o menos tenían la primaria incompleta o no habían asistido a educación formal en el 2019. El 30% se dedica a los oficios domésticos y no a estudiar. Además, se reportó 4,9% de nacimientos de niñas de 14 o menos en el marco de relaciones impropias. Es decir, en Costa Rica, 22 niñas entre 12 y 19 años dan a luz cada día.

Estos datos demuestran que ha habido una disminución de los embarazos adolescentes en comparación con el año 2000 cuando se dieron 15.999 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, 20,5% del total. Es decir, para la niñez y la juventud ha sido dañina la carencia de una educación sexual científica que le enseñe no sólo su fisionomía, sino también cómo obtener relaciones afectivas sanas y una sexualidad placentera. Por eso, ahora que se implementa un Programa de Educación es notable la disminución, aunque se debe transformar y generar iniciativas para la erradicación del embarazo adolescente

Desde luego, las más afectadas ante la privación de la educación sexual son las adolescentes, quienes deben someterse a embarazos no deseados, muchas veces solas, sin atención profesional en salud o a continuar con un embarazo producto de la violación por parte de un familiar o persona cercana.  

Por todo lo anterior, desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) y Las Rojas proponemos: 

  1. Educación sexual laica, científica y feminista. Es urgente la implementación de programas de educación sexual integral, que sea científica, laica y feminista para que las personas adolescentes no sólo conozcan su cuerpo, sino que procuren establecer relaciones interpersonales más sanas, en aras de experimentar la sexualidad sin opresión ni represión.  

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