El acercamiento entre la UCCAEP y Rescate Nacional representa un peligro para la clase trabajadora

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  • Hasta el momento caracterizamos que el proceso sigue abierto, pero sin duda la reunión preliminar con la UCCAEP sienta un precedente sumamente peligroso contra la clase trabajadora y el futuro de la lucha contra el préstamo con el FMI.
  • Insistimos en nuestro llamado para realizar un Encuentro Sindical y Social para reorganizar la lucha contra el FMI de manera democrática y no caudillista.

Víctor Artavia

En la noche del jueves, Rescate Nacional publicó en sus redes los acuerdos preliminares de una reunión que sostuvieron con la UCCAEP, cámara que reúne a los principales sectores burgueses del país y ferviente promotora de las políticas neoliberales en las últimas décadas. Además, es reconocido que entre sus miembros abundan muchos de los capitalistas privilegiados con las exoneraciones fiscales, implicados en casos de evasión y elusión fiscal, beneficiados con las jugosas licitaciones de obra pública y un sinfín de mecanismos que figuran entre las principales causas de la crisis fiscal en curso.

La cita se produjo luego que de Rescate Nacional llamara a una tregua hasta el próximo miércoles, emplazando al gobierno de Carlos Alvarado para que abriera el diálogo con el movimiento o, de lo contrario, retomarían las protestas al cumplirse el finiquito. Esto se produjo justamente el día que se dio por fracasado el diálogo convocado por el gobierno junto con el presidente del Poder Legislativo y arbitrado por el Programa del Estado de la Nación, al cual no se invitó a participar a ningún representante de Rescate Nacional, una posición provocadora y estúpida al mismo tiempo, pues no iba a lograr ninguna legitimidad política entre los sectores que salieron a luchar y posiblemente polarizaría aún más al país.

Lo anterior explica el giro táctico de la UCCAEP que, además de rechazar el diálogo del gobierno (cuya metodología era absurda y las cuotas de representación no fueron del agrado de la burguesía), se movió por su cuenta para contener a Rescate Nacional y canalizar sus protestas por la vía de la mesa del diálogo, tras evaluar que la represión del gobierno no bastó para desarticular el movimiento y a sabiendas del enorme malestar social que cunde entre los sectores populares del país.

El acta que publicaron consta de tres acuerdos, siendo el segundo el único que refleja algo concreto y parece confirmar nuestro análisis: “Ambas partes, reiteramos a la opinión pública, la necesidad de un verdadero diálogo social, transparente, sin exclusiones, en aras de la paz y la justicia social”. El primero explica el acercamiento entre las partes, mientras que el tercero es una proclama humanista que firma cualquier sector dada su ambigüedad: “Nos inspira el ideal de que no exista una sola persona costarricenses que se acueste con hambre en el país”.

Pareciera que el espacio para el diálogo será el llamado “Foro de Trabajadores” del Banco Popular, tal como propone la UCCAEP. El nombre de la instancia es sumamente engañoso, pues en realidad está conformado, hasta el momento, por setenta organizaciones de muchos sectores, incluyendo a las principales cámaras patronales (UCCAEP, Exportadores, Turismo, etc.), colegios profesionales, sindicatos, cooperativas, solidaristas, etc. Esto es beneficioso para la burguesía, pues va optar por desglosar sus representantes entre una enorme cantidad de organizaciones patronales para garantizar mayor peso en los acuerdos.

Este encuentro tomó a todo mundo por sorpresa, pues muestra un acercamiento entre sectores de la burguesía con los organizadores de los bloqueos que paralizaron al país por casi dos semanas. Pero en el fondo no es del todo anómalo, pues Rescate Nacional es un movimiento de pequeños propietarios (y algunos no tan pequeños como los arroceros) afectados por la crisis económica, los cuales levantaron un programa que combinaba aspectos progresivos como la oposición al acuerdo con el FMI y contra la privatización de empresas estatales, con otras consignas de derecha como “No más impuestos” y “Sí al recorte del gasto público”, las cuales hacen parte de la agenda política de la UCCAEP.

La apuesta de la UCCAEP apunta a explotar al máximo los acuerdos puntuales con el programa de Rescate Nacional, bloqueando la imposición de nuevos impuestos que puedan afectar a los sectores burgueses, a la vez que presionando para que el peso del ajuste recaiga contra la clase trabajadora del sector público y en el recorte presupuestario de instituciones públicas (como el FEES), todo eso en el marco del acuerdo con el FMI.

Por esto consideramos que el encuentro entre la UCCAEP y Rescate Nacional representa un peligro para la clase trabajadora, con más razón cuando las dirigencias sindicales burocráticas brillan por su ausencia en las luchas, salvo la convocatoria a caravanas simbólicas que presionan en nada al gobierno y bloquean que la clase trabajadora ingrese a la lucha contra el FMI con sus organizaciones y programa. Además, hay una enorme cuota de responsabilidad de estas dirigencias sindicales en el giro de Rescate Nacional hacia la UCCAEP, pues dejaron sólo al movimiento cuando desarrollaban bloqueos radicales que enfrentaron la represión del gobierno y, como era predecible, un movimiento de la pequeña burguesía aislado de la clase trabajadora, puede terminar cooptado por sectores burgueses.

Por todo lo anterior, a partir de que empezaron las movilizaciones dirigidas por Rescate Nacional, desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) fuimos la única corriente de izquierda que, contra toda apreciación objetivista, señaló que era un movimiento con muchas contradicciones por la presencia de tendencias progresivas y regresivas a su interior, dado el carácter de clase, el programa confuso que sostenía y el método caudillista de su dirección. Por eso nuestro apoyo al proceso de lucha es crítico y resaltamos que no se podía descartar que cerraran un acuerdo contra la clase trabajadora del sector público, al estilo del que firmaron los representantes de Guatuso limitado a la consigna no más impuestos y legitimando el recorte del gasto público del gobierno (recortes al FEES y a salarios, etc.). Además, insistimos en que la izquierda no podía “encandilarse” por los métodos radicales de lucha que, si bien contenían elementos progresivos contra la represión, la clave pasaba por ver el signo global del proceso marcado por el programa, el cual es sumamente contradictorio (¡un método de análisis clasista que el conjunto de la izquierda dejó de lado, incluida las organizaciones que se reivindican trotskistas!).

Los próximos días (u horas) serán claves para definir el rumbo que tome Rescate Nacional. Hasta el momento caracterizamos que el proceso sigue abierto, pero sin duda la reunión preliminar con la UCCAEP sienta un precedente sumamente peligroso contra la clase trabajadora y el futuro de la lucha contra el préstamo con el FMI. Está latente el riesgo de que la dirección de Rescate Nacional, encabezada por Célimo Guido, vaya más a fondo en sus acuerdos con la UCCAEP y se retire de la lucha contra el FMI a cambio de algunas concesiones menores para los pequeños propietarios.

La única forma de que este escenario no se consume (que calificaría como una verdadera traición), es con la irrupción de la clase trabajadora en la lucha con sus organizaciones y programa, o también media la posibilidad de una rebelión de las bases de Rescate Nacional que presione a la dirigencia para romper el acercamiento con la UCCAEP y retomar las calles.

Desde el NPS no depositamos ninguna confianza en la dirección de Rescate Nacional ni en las mesas de diálogo tramposas, diseñadas para que avancen los proyectos de ajuste del gobierno y las patronales. Ante esto, insistimos en nuestro llamado para realizar un Encuentro Sindical y Social para reorganizar la lucha contra el FMI de manera democrática y no caudillista, votando un programa unitario entre la clase trabajadora y los sectores de pequeños propietarios en lucha.

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