La internacional progresista de Sanders y Varoufakis

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  • Luego de un año de preparaciones super-estructurales, distintos intelectuales y políticos de cuño centro-izquierdista lanzaron la llamada internacional progresista.

Por Martín Mandeb

Este primer intento de construir una internacional donde confluyan distintos sectores progresistas y reformistas surge con el objeto de ocupar un espacio político que se ubique de forma contrapuesta al espectro de las nuevas derechas encabezadas por Donald Trump, Jair Bolsonaro y Boris Johnson.

Y como no podía ser de otra manera, ya desde el vamos esta internacional comienza teniendo un contenido que siempre ha caracterizado a estos sectores “progresistas”, y que siempre termina llevando a la derrota de las luchas de los trabajadores y los sectores de abajo. En vez de formar una internacional donde los diversos movimientos de lucha del último tiempo estén representados, en vez de conformar una internacional con los protagonistas de la rebelión chilena y ecuatoriana, con militantes que enfrentan los ataques del bolsonarismo en las calles, con integrantes de los chalecos amarillos, entre tantos sectores de lucha que existen en el mundo y que en los últimos años son los que han llevado efectivamente las lucha contra las peores caras liberales y derechistas en el mundo; esta nueva internacional nos presenta en cambio una donde abundan figuras políticas que -en su mayoría- no han aportado nada para la conformación de luchas por abajo contra los ataques de los empresarios, sino han colaborado para boicotearlas.

Es así que la “dirección estratégica” (Palabras suyas) de esta internacional tiene a figuras que se han dedicado retroceder en las luchas contra la derecha desde hace muchos años. No hay propuesta progresista seria que pueda plantearse frenar a la derecha contando integrantes como Rafael Correa que no se dedicó a impulsar las luchas ecuatorianas del año pasado y que fue el encargado de poner al derechista de Lenin Moreno en la presidencia. No hay propuesta seria de enfrentar al autoritarismo de derecha teniendo a García Linera en la dirección, cuando hace tan solo unos meses renunció a dar cualquier pelea por frenar a la derecha cipaya boliviana, yéndose del país y dejando a los trabajadores y campesinos solos resistiendo el golpe. No hay propuesta seria de enfrentar a la nueva derecha contando con gente como Fernando Haddad, candidato del PT brasileño que a las avanzadas ultra-reaccionarias de Bolsonaro y compañía no les opuso resistencia, y que no se dignó a pelear en las calles contra la ilegítima prisión a Lula en medio de las elecciones de su país. No hay propuesta anti-colonial y anti-neoliberal seria -como se plantea en la plataforma presentada- con gente como Gómez Alcorta, integrante del gobierno argentino que se encarga de pagar religiosamente la deuda al Fondo Monetario Internacional.

Era evidente que estas figuras tampoco podrían sostener una plataforma política que sostuviera propuestas de fondo -¡Ni hablar de anti-capitalistas!- para resolver los problemas que sufrimos los trabajadores. Entre los objetivos se encuentra la idea de construir un mundo justo, solidario, igualitario, ecológico y otros adjetivos igual de bellos, pero que no se explican cómo se podrían conseguir. ¿Se va a desarmar la estructura imperialista para construir un mundo justo? ¿Se va a atacar los intereses de los capitalistas para construir lazos solidarios? ¿Se va a pelear por la eliminación de la propiedad privada burguesa, para conseguir la igualdad? Si lo saben pero no contestan, porque una respuesta negativa los haría quedar alejados de ese espacio opositor a la derecha que intentan ocupar.

Fuera como fuera, esta internacional es aún todavía un intento demasiado super-estructural como para configurar una verdadera internacional que implique consecuencias políticas con su accionar. Lo dicen explícitamente: Lo que intentan hacer es conectar activistas y asesorarlos para que puedan intentar cambiar las instituciones. ¿Transformar la realidad con movilizaciones y auto-organización? No se molestan en pensarlo.

A pesar de que aún no se ha reunido este nuevo organismo -Se reunirá, si el COVID-19 lo permite, el septiembre próximo- es claro que este agrupamiento “progresista” repite todos los problemas que impiden progresar a las salidas de los de abajo. Para derrotar a la derecha y construir acciones que realmente transformen la realidad, para cambiar la realidad y construir realmente un mundo tan bello como los adjetivos que utilizan en su primigenia declaración; es necesario construir organizaciones nacionales e internacionales que agrupen a los movimientos de lucha, que realmente organicen acciones que impliquen consecuencias prácticas en la realidad. Solo construyendo organizaciones donde la centralidad sea de los trabajadores y los distintos movimientos de lucha que existen en el mundo, solamente construyendo acciones internacionales de lucha para obtener objetivos progresistas, es que se puede construir una internacional progresista que proponga una salida anti-capitalista. Todo lo demás es un intento espurio de ocupar un espacio político de izquierda que no le corresponde a un reformismo sin reformas.

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