El suicidio de Miss EEUU y la salud mental en la gran potencia mundial

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  • La ex modelo y abogada Cheslie Kryst acababa de cumplir 30 años cuando saltó del noveno piso de un complejo de apartamentos en el que residía en Nueva York, falleciendo en el acto.

Barbi Arredondo

La oficina del médico forense de Nueva York confirmó que la causa de la muerte de la Miss USA 2019, Cheslie Kryst, quien fue encontrada sin vida el domingo pasado tras caer de un edificio, fue un suicidio.

Con una gran pasión por la justicia, era abogada y defensora del movimiento Black Lives Matter aunque en recientes vídeos publicados en su cuenta de TikTok revelaba que ya no quería ejercer la abogacía porque se había hartado de lo que ella consideraba como «constantes microagresiones y falta de diversidad».

Kryst también fue embajadora de impacto global de la organización feminista Dress for Success y formó parte de la junta directiva nacional de Big Brothers Big Sisters of America. Además de sus deberes humanitarios y de anfitriona, Kryst fundó el blog de moda “White Collar Glam”.

Su victoria en el concurso Miss USA en 2019 marcó una primicia histórica cuando las ganadoras de los tres concursos de belleza más grandes de Estados Unidos fueron todas mujeres negras.

La representante de Estados Unidos en el concurso de belleza más popular en el mundo, nacida en Michigan, hablaba con frecuencia sobre la salud mental y había escrito ensayos sobre el acoso del que incluso ella misma era víctima en redes sociales.

Su madre, April Simpkins, reveló en una emotiva carta que la  -aparentemente- alegre personalidad de su hija ocultaba, en realidad, problemas que no había compartido con nadie.

En el texto pedía perdón por lo que iba a hacer y asentaba su decisión sobre dejarle todas sus pertenencias a su madre, palabras que se suman a la última publicación de sus redes sociales donde escribió “que este día te traiga descanso y paz”.

Pese a no hablar abiertamente sobre su depresión, Kryst fue compartiendo publicaciones inquietantes en sus redes, como una en la que se refería al temor de que se le estaba «acabando el tiempo para ser alguien importante». También escribió sobre las burlas y el acoso que en ocasiones recibía en internet y sobre cómo el hecho de haber ganado Miss USA a los 28 años la había convertido en  un objeto atrayente de acosadores por motivo de su edad. Sin embargo, muchos de sus amigos dijeron tras su fallecimiento que estaban sorprendidos por su suicidio y que no sospechaban acerca de posibles problemas de salud mental.

¿Qué pasa con la salud mental en Estados Unidos?

En Estados Unidos el suicidio es la causa más de una de cada cien muertes. Esto se debe a que el acceso a la salud mental no es para todes.

Los estadounidenses no reciben la atención de salud mental que necesitan según el informe inaugural «State of the Nation’s Mental Health» (Estado de la salud mental del país) publicado por Anthem. Esto es especialmente en el caso de los más jóvenes, los mayores y los más empobrecidos, convirtiéndose en los grupos más afectados. «Los índices de ansiedad y depresión declarados por los pacientes aumentaron y, sin embargo, la capacidad de acceso a los servicios de salud mental disminuyó», dijo el Dr. Shantanu Agrawal, director de Salud de Anthem.

La publicación de Anthem  dirige a los lectores hacia un informe publicado por la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de EE.UU. (GAO, por sus siglas en inglés) que explora la capacidad del país para acceder a los servicios de salud mental.

La GAO informó de que el 68% de las casi 3.400 clínicas comunitarias que atienden a personas de bajos ingresos con problemas de salud mental y abuso de sustancias tuvieron que cancelar, reprogramar o rechazar pacientes en los últimos tres meses debido a la falta de personal o de fondos.

«Nuestras clínicas comunitarias ya estaban desprovistas de fondos antes de la pandemia, por lo que cualquier reducción de los ingresos tiene un efecto inmediato», afirmó Chuck Ingoglia, presidente y CEO del Consejo Nacional de Salud del Comportamiento (NCBH, por sus siglas en inglés), que representa a muchas de las clínicas comunitarias del país.

Si a esto le añadimos el estrés de «una floreciente crisis de alcohol y drogas(…) profundos problemas estructurales relacionados con la injusticia social en nuestro país», tienen, según palabras de el Dr. Charles Marmar, presidente del departamento de psiquiatría del Centro Médico Langone de NUY «la peor combinación para las necesidades de salud mental».

«Hay un aumento profundo de la necesidad de una atención de salud mental de alta calidad, accesible y equitativa para todos los estadounidenses. De eso no hay duda» dijo Marmar, que también dirige el Centro de Trastornos por Consumo de Alcohol y TEPT de la Universidad de Nueva York.

En agosto del año pasado, el Fondo del Commonwealth analizó los problemas de salud mental en todo el mundo y descubrió que EE.UU. ocupaba el primer lugar entre nueve naciones, entre ellas Australia, Canadá, Francia, Alemania, los Países Bajos, Nueva Zelandia, Suecia y el Reino Unido.

Alrededor del 33% de los adultos estadounidenses declararon haber sufrido estrés, ansiedad o una gran tristeza a la que les resultaba difícil enfrentarse solos, colocando a EE.UU como la menos accesible para tratamientos, según el informe, de las nueve naciones en cuestión.

El modelo médico hegemónico tiene como característica una mirada reduccionista de la salud e individualizada; esto tiene que ver con pensar a la enfermedad, al paciente, sólo en su dimensión del síntoma, a la persona por fuera de su contexto. Es decir, una visión biologicista que concibe al objeto de la salud como entidades patológicas aislando sólo la dimensión biológica o psíquica, y desvinculando la problemática del sufrimiento subjetivo de los determinantes sociales, siendo aún más difícil para el colectivo LGBTTI.

Esta mirada aún hoy es imperante, por eso la salud mental se deja de lado. En particular porque se piensa la salud como un negocio: bajo el capitalismo[1], la privatización y mercantilización de la salud se profundiza, trayendo como consecuencia directa la medicalización de la vida en favor de los grandes negociados de la industria farmacéutica, los laboratorios, etc. Los cuerpos son patologizados y divididos clínicamente entre cuerpos sanos y cuerpos enfermos en base a su capacidad productiva. Así, la ansiedad, la depresión, la angustia y otras muchas denominadas enfermedades mentales terminan siendo profundizadas o favorecidas por un sistema con ritmos y exigencias incompatibles con la vida. Este sistema constituye un modelo de deseo exigente e insaciable mientras se reduce el nivel de vida de les trabajadores y se condena a la juventud a la precarización laboral. Esta clínica ejercida sobre los cuerpos da por estropeadas a las personas ante los ritmos productivos del capital, procediendo a repararlos con parches, hipermedicándolos como única medida para re-introducirlos lo antes posible al sistema productivo y no darlos por perdidos. La crisis actual, tanto sanitaria como económica, no hace por tanto más que agravar y profundizar este problema: la salud es vista como uno de los negocios más importantes y no como un derecho humano; y en particular la atención y la contención de problemáticas de salud mental, que directamente se las excluye o relega.

Por el contrario, desde nuestra perspectiva, la salud está determinada por procesos tanto individuales como colectivos que no son excluyentes sino interdependientes y las prácticas y las políticas públicas en salud no deben apuntar a un individuo sino a la sociedad entera, entendiendo la salud y la salud mental específicamente como un derecho humano.

Por eso es importante pelear para que la salud y la salud mental de la población sean prioridad y no los negocios que lucran con la vida en favor de las ganancias. Es necesaria la atención psicológica gratuita y universal, que va de la mano con un mayor presupuesto para la salud pública, y defenderla en su forma integral oponiéndonos a la mercantilización de la salud. Es de total importancia pensar la salud mental en contexto y pelear por el derecho a la salud y salud mental para las grandes mayorías y no para unos pocos.


[1] Para profundizar acerca de la relación entre capitalismo, psicoanálisis y salud mental, recomendamos las conclusiones del conversatorio que se realizó en Abril del 2021 entre estudiantes y profesionales de la facultad de psicología de la UBA https://izquierdaweb.com/pandemia-y-salud-mental/

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