León Sosnovsky: carta del exilio a León Trotsky

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  • La lucha de la Oposición de izquierda contra el estalinismo.

León Sosnosvky (1886-1937) fue un militante bolchevique, destacado miembro de la Oposición de Izquierda. Periodista popular, con su pluma fue uno de los más destacados críticos del estalinismo y el régimen impuesto a la URSS y el Partido bolchevique.

26 de Mayo de 1928. Barnaúl.

Querido L.D.

Su última carta del 5 de mayo lleva el sello del correo de Alma-Ata del 7 de mayo y me fue entregada el 24 del mismo mes, es decir hace menos de un mes y seis días.

En general he notado, por varias cartas que yo he recibido aquí, una diferencia en las fechas del remitente y las del correo, lo que me hace suponer que hay un doble trabajo de parte de la censura (en la expedición y en la recepción). Una reflexión sobre este tema no sería inútil ya que todos los caminos llevan al mismo lugar.

He recibido en mayo una carta de Radek[1]. En esta carta hay una frase que exige una respuesta que yo he intentado dar. El escribe que, en cuanto a su composición proletaria, la «mayoría» del partido es un poco mejor de lo que suponíamos antes.

Ante todo, no se entiende claramente que es lo que él quiere decir por «composición proletaria». A continuación yo le he hecho notar que cuando él la suponía peor que ahora, la mayoría no hacía detener y exiliar a los obreros bolcheviques por centenares. Radek ha comenzado a pensar mejor sobre la composición proletaria del partido, precisamente cuando los arrestos de los obreros bolcheviques han tomado un carácter de masas.

Ahora, acerca de la carta-tesis de Preobrajensky[2]. Usted había tomado conocimiento de ella. Yo le he respondido primeramente por este telegrama: «Menos diligencia, menos exageración, menos ilusiones: acuérdese del 5 de diciembre de 1923»[3]. A continuación yo le envié una carta corta. En general todo el mundo discute esta pregunta: ¿hay un nuevo curso (a izquierda)?, y si existe ¿cuál debe ser nuestra actitud? La juventud (exiliada) lleva una discusión muy apasionada (por carta).

Como usted, yo tengo una gran veneración por Shchedrin[4]. No tengo en mis manos sus obras, pero puedo recitar de memoria una página entera del «Asile monrépos». ¿Se acuerda usted de ese personaje que decide ocuparse de los asuntos «internacionales»?

El escuchó decir que el gobierno ruso zarista, después de haber liberado a los «pequeños hermanos» búlgaros ha decidido honrarlos con una constitución. El preguntó a un político búlgaro: «¿Es verdad que ustedes van a tener una constitución?». El otro le respondió: «En efecto, tendremos una constitución, es decir, un Reglamento de Prohibiciones».

El diario de Kubtzowsk «El labrador de las Estepas» (Kubtzowsk es una nueva ciudad regional entre Barnaúl y Semipalatinsk) ha publicado el discurso de Stalin pronunciado ante el activismo de Moscú con una redacción un poco modificada. La Pravda escribía: «Nosotros, camaradas, debemos mantener abierta la válvula de la autocrítica». En el diario de Kubtzowk se ha escrito: «Nosotros, camaradas, debemos mantener abierta la trampa de la autocrítica».

¿Cuál de estas dos redacciones (juego de palabra en ruso) es la más exacta? ¿Qué es lo que vamos a tener: la autocrítica o el artículo 58? ¿La Constitución o el Reglamento de Prohibiciones?

Creo que todo diagnóstico sería prematuro. Hay un precedente, justamente después del plenario del Comité Central en abril, es decir, después de la decisión sobre la autocrítica, las detenciones se redoblaron. El caso de Bleskow es muy característico. En los recortes de diario que yo le he enviado hay una carta de un cerrajero de la fábrica de Petrovsky (en Ekaterinoslav) dirigida a Zatusky. En esta carta, el cerrajero Bleskow hacía partícipe de sus dudas a Zatusky: se ha abierto un abismo entre los obreros y el partido. Es vergonzoso callarse pero está prohibido hablar: el burgués especialista puede matonear impunemente a los obreros, etc. Esta carta no estaba destinada a ser publicada, pero Zatusky la dirigió a la redacción con un prefacio halagador. Si este prefacio hubiera sido hecho por un oposicionista se le habría dado una explicación muy simple a este asunto: los oposicionistas son eternos pesimistas, gente sin fe, alarmistas que no ven el lado bueno, etc.

Pero Zatusky es el presidente de la Comisión Central de Control del Partido de Ucrania; persigue no sin éxito a los opositores, es él quien ha recomendado la carta de Bleskow diciendo que traducía fielmente la voluntad y el pensamiento del proletariado.

La Rabotchagaya Gazeta ha desaprobado a Bleskow y a Zatusky en términos muy violentos. Toda una página del diario estaba titulada «Contra los alarmistas y los llorones». Otra hablaba de «Revelaciones» de Bleskow y del éxtasis desplazado de Zatusky. Este artículo calificaba la crítica de Bleskow de deshonesta y de contrarrevolucionaria. El autor de este artículo estaba muy sorprendido de que Zatusky haya podido presentar esta carta (la de Bleskow) como la expresión del pensamiento de los obreros más avanzados. Yo ya le he escrito a usted que este ataque de la prensa estaba inspirado por el Comité Central. Algunos hechos nuevos vienen a confirmar mi suposición. Hace algunos días, el líder de la Pravda, al comentar la consigna de la autocrítica, nombraba a la carta de Bleskow como una muestra de una crítica malsana y peligrosa. Sin embargo, Bleskow es un viejo rabcor (corresponsal obrero), conocido de muchas redacciones. Su carta está imbuida de la pena que puede experimentar cada proletario honesto, a quien la obra de la Revolución le es preciada.

¿Podría un menchevique criticar con tanto cuidado todas la imperfecciones de nuestro aparato de Estado, y al mismo tiempo, hacer propuestas prácticas?

¿Y por qué iría él a quejarse personalmente a Zatusky?

Finalmente, no podemos pasar por alto el testimonio de un funcionario tan probado como Zatusky. Es imposible que él pueda confundir la crítica de un llorón-menchevique con la de un obrero honesto.

¡Pobre Zatusky! Ha perdido todo sentido de la realidad ¿Cómo va a rehabilitarse ahora?

¡Y decir que hay aún optimistas que creen en este famoso «curso hacia izquierda»! Si inclusive Zatusky se ha vuelto un sospechoso ¿qué pruebas hace falta todavía? Si usted conoce optimistas de este tipo, enséñeles esta historia de la caída de Zatusky.

Aquí hay otra. Inmediatamente después de la publicación de la carta de Bleskow sobre el «bandidaje papelero» que afectó a todas nuestras fábricas, la Central para la Economía Nacional de Ucrania mandó a hacer una investigación que constatase la exactitud de los dichos de Bleskow. Esto no le ha impedido a Petrovsky (Presidente de la República Soviética de Ucrania) declarar en la Conferencia de los Corresponsales Obreros que en la carta de Bleskow él no encuentra más que cinismo y jactancia ¡Estas son sus auténticas palabras! ¡Una buena demostración del monolitismo y de la homogeneidad de la Dirección de Ucrania! Petrovsky califica de cinismo y jactancia aquello que Zatusky reconoce como la verdadera expresión del pensamiento de los obreros.

Y el proletariado ucraniano lee todo esto y se pregunta: ¿Qué es lo que iremos a tener, la autocrítica o el artículo 58, la Constitución o el Reglamento de Prohibiciones?

¡Yo creo que este es un hecho de una enorme importancia política!

A propósito ¿sabe usted quién era el secretario regional de Stalin? El famoso Moisenko quien se volvió tristemente famoso por sus intervenciones «permanentes» en el XIV Congreso.

Él vociferaba tanto que Zinoviev le decía: todas sus «réplicas» reunidas formarían el discurso más largo del Congreso. Yo recuerdo la cara repugnante de este personaje: una cara de asiduo cliente de las casas de té de las «centurias negras» que el zarismo empleaba en los progromos.

Es este «tipo» quien gobernaba en Yusovka, actualmente Stalino.

Un día el Comité Central le infligió una sanción pública por embriaguez, robo y excesos. Se le ha prohibido igualmente ocupar posiciones de responsabilidad.

De Stalino él se cruzó a Poltava, donde se enteró oficialmente de la decisión del C.C concerniente a sus «proezas» en Stalino. Un camarada exiliado de Poltava me contó cómo este Moisenko llevaba «orgullosamente»la bandera del «leninismo al ciento por ciento» en la última discusión.

Nuestros opositores en Poltava se comportaron como «pollos mojados». Teniendo en sus manos documentos condenatorios contra este individuo, ellos dudaron en desenmascarar a este «jefe» y en demostrar a los obreros la corrupción del régimen estalinista que tolera semejantes dirigentes en el partido. Ellos no querían, según sus palabras, mezclar los asuntos sucios, de este «tipo», en la discusión de principios.

¡Qué ingenuos! Esto era tanto o más necesario cuanto que el asunto de Stalino, es decir, el caso Moisenko ya estaba juzgado cuando Moisenko gobernaba en Poltava. El diario con la resolución del CC llegó a Poltava durante el plenario del Comité Regional que presidía el mismo Moisenko.

Los delegados se pasaban secretamente el periódico con la resolución y el «leninista cien por ciento» seguía presidiendo la asamblea.

Yo le aseguro, mi querido L.D, que ninguno de los delegados osó decirle a ese filibustero: «¡Vete sinvergüenza! ¡El C.C te ha desplazado de todo puesto de responsabilidad!».

No, ellos estaban ahí, con la Pravda en la mano, expectantes. No fue hasta que el periódico cayó en sus manos, que nuestro «héroe» se fue del plenario.

¿Hay un espectáculo más deprimente que este de los delegados que permanecían mudos y escuchaban dócilmente el parloteo de un bribón «negado» por el poder central?

¿Cuál Gogol, cuál Shchedrín podría describir una cobardía más concentrada, más repugnante?

¿Qué se le puede exigir a simples militantes de esta sana organización estalinista (con o sin comillas), si los miembros del Comité, con la resolución del C.C en mano, se quedan hipnotizados como un conejo frente a la serpiente? ¡Ellos se dicen: el C.C está lejos, mientras que Moisenko está aquí presente!

El que habla de la salud de la organización en casos similares, se parece al enfermo ingenuo que le dice al doctor: «¡En general, estoy bien, pero no sé cómo ha desaparecido mi nariz!».

En efecto, en Artemovsk, en Stalino, en Smolensk, hemos presenciado una verdadera parálisis de varias organizaciones. ¿Y el proceso de Chajty? Yo he leído con mucha atención el acto de acusación de los inculpados de Chajty. Da la impresión de un drama en el desierto. ¡Ninguno, ni los sindicatos, ni los soviets, ni la RKI (Inspección Obrera y Campesina), ni organizaciones de la economía nacional; ninguno fue un obstáculo! ¡Esta ausencia total es aterradora! Acuérdese del tratado de Lenin: «¿Se sostendrán los bolcheviques en el poder?» [5]. Él deposita su confianza en cada obrero, cada soldado, cada obrera para la construcción del Estado soviético. ¡Y ahora, en su onceavo año de existencia, la cuenca del Donetz es un desastre! Vuelvo a mis reflexiones sobre el sistema. Querido L.D, es necesario pensar en esto incluso desde el punto de vista del futuro. Sacando el régimen estalinista, siempre queda la cuestión de saber hasta qué punto este sistema combinado de Estado-sindicato-cooperativa-partido-juventud, permite ver todo desde lo alto.

Tome como ejemplo Smolensk. A la cabeza de este distrito se encontraban verdaderos bandidos. En la base no se levantó ninguna voz para denunciar a esta banda ante del C.C y la Comisión Central de Control. Millares de encubridores taciturnos con sus carnet del partido en el bolsillo (sobre esto, los sin-partido disgustados llaman a esa carta «el carnet de pan»). Y en las alturas, todo un enjambre de instructores y controladores que vienen a inspeccionar, revisar y dar órdenes a todo el departamento de Smolensk, cada uno en su rama (Partido, Juventudes, C.G.T, Comisariados del Pueblo, Cooperativas, etc.) Yo creo que, si hubiera venido, enviado por cualquiera de esas organizaciones, a este pueblo gobernado por una banda de «compadres» cuyas «proezas» saltan a los ojos, habría visto enseguida que en el departamento hay «algo que anda mal». Si los dirigentes del partido son así ¿cómo deben ser los economistas, los comerciantes, los cooperativistas, a quienes la NEP los afecta de cerca? Y aún más, un detalle bizarro: en todos estos asuntos (Artemovsk, Stalino, Smolensk, aparte de Chajty), la GPU no jugó ningún rol. Así, todas estas «langostas» de instructores, controladores y revisores no vieron nada y pusieron su firma en las actas, diciendo que encontraban las cosas «en perfecto estado».

Otro enjambre de «langostas» se queda en el centro para «aclarar» los informes, los diagramas, los gráficos. Se basan en las actas que llegan de Smolensk, Artemovsk, Stalino y otros. Estas tablas y diagramas les sirven como material para los reportes y exposiciones en los congresos en donde se pronuncian discursos de 6 horas. Incluso en el Congreso de las Juventudes, un tal Rujimovich acompaña su interminable exposición de largos y no menos interminables diagramas sobre la industria. Si pensamos que bajo Lomov, la dirección de la Cuenca de Donetz hubiera podido caer en manos de contrarrevolucionarios, se ve cual es el valor que hay que darle a las estadísticas y al control.

Pero ¿cuánto dinero nos ha costado el control y la contabilidad de la economía de Smolensk-Artemovsk- Stalino? Por supuesto, yo no estoy por la eliminación de las cifras, pero creo que éstas se han tragado demasiados millones que nosotros necesitamos para la industrialización, las viviendas, la educación, etc. Ahora bien, en lugar de esta información engañosa, nos es necesario encontrar los medios para una información justa que reflejaría el verdadero estado de las cosas.

Mire adonde nos lleva este absurdo de papeleos y de burocratismo. Yo tuve la oportunidad de ver en el VSNGH (Concejo de la Economía Nacional) el sistema (muy ingenioso) de movimiento de los expedientes, entre diferentes servicios. Como he dicho, el movimiento es muy ingenioso. Pero esto es lo que pasa al final de ese movimiento. En el VSNGH hay un pequeño hombre que sólo pega las estampillas en los paquetes a expedir y los envía al correo. Tanto uno como otro no son trabajos muy complicados. Pero este pequeño hombre se pone a beber vodka que conseguía a cambio de las estampillas que tenía a su cargo. Amontonaba los paquetes en un viejo armario. La mitad del correo del VSNGH iba a la oficina postal, la otra descansaba tranquilamente en su armario. Este asunto no fue descubierto hasta que el borracho ya había sido despedido de esa administración. Alguien abrió por azar el viejo armario y allí encontró todo el stock de paquetes y de la correspondencia del VSNGH.

Es necesario pensar que el mecanismo de todo el trabajo del VSNGH ha sido concebido de tal manera que el control automático de todos los engranajes del aparato es imposible.

Trate de volver a montar todas las piezas de un automóvil y olvidar una: esto se notaría al momento de ponerlo en marcha. En el VSNGH se enviaban paquetes urgentes e incluso muy urgentes (por ejemplo, para la campaña de la siderurgia), mientras que esos paquetes enterrados en el armario no inquietaron en lo absoluto, ni por lo alto ni por lo bajo, al mínimo engranaje del mecanismo del VSNGH.

Que los paquetes hubieran llegado a destino, que fueran enterrados en «algún lugar seguro», nuestros chupatintas no se inquietan por tan poco ¿Es su trabajo de alguna utilidad para alguien? Esto no los atormenta. En la Vieja Plaza, el aparato de Stalin ha crecido hasta las 12.000 personas ¡Y en Kherson, y en Odesa! Todo el mundo conoce ahora el caso del famoso Asatkin en Vladimir, caso que fue acallado por sus protectores (de Asatkin) y que se parece mucho al caso de Smolensk: ahí se descubrió un fondo de 2 millones a disposición del comité regional destinado a la corrupción del aparato, con el fin de volver dócil al secretariado. Y la misma historia se repite en muchos otros lugares.

Aparte de la democracia interna en el Partido, incluso es necesario revisar cuidadosamente el «funcionamiento» de todos los otros aparatos.

No es inútil para esto acordarse de nuestro pequeño mecanismo opositor del tiempo de la discusión. Una pieza, un mecanógrafo, un teléfono. Contra nosotros, todo el Leviatán de Uglanov[6] con sus radios de acción y sus instituciones «accesorias» que se encuentran no lejos de la calle Miasnitzkaja. Y aún luchábamos.

 


[1] Karl Radek (1885-1939) Influyente revolucionario en los partidos socialdemócrata ruso, polaco y alemán, antes de 1917. Ingresa al bolchevismo en 1918. Miembro del CC desde 1919 a 1924. Designado Secretario de la Comintern en 1920, tiene responsabilidad particular sobre Alemania y China. Firmante de la Declaración de los 46 en 1923. Miembro de la Oposición Unificada, fue lentamente separado de la dirección de la Comintern. Expulsado del partido en 1927 y deportado a Ishim. Capituló en 1929. Luego de ser nuevamente expulsado en 1936, fue condenado a 10 años de cárcel en el segundo Juicio de Moscú. Fue muerto en prisión. (N.deE.)

[2] Evgeni Preobrajensky (1886-1937) Secretario del Comité Central del PC en 1920-1921, autor de La nueva economía (1926), donde analiza los problemas de la economía soviética. Miembro de la Oposición de Izquierda, fue expulsado del partido en 1927, rehabilitado en 1929, expulsado en 1931 y nuevamente rehabilitado poco después. Apareció en público por última vez en el XVII Congreso del Partido (1934) donde, al igual que otros ex militantes de la Oposición de Izquierda se autocriticó por su pasado y denunció a Trotsky. Durante las purgas siguientes se negó a firmar una confesión y fue fusilado sin juicio previo. (N.deE.)

[3] El 5 de diciembre de 1923 el B.P (Politburó) aceptó la resolución de Trotsky sobre la democracia en el partido para pisotearla inmediatamente después.

[4] Mijail Shchedrin (1826-1889), cuyo verdadero apellido era Saltykov, escritor, periodista y satirista ruso del siglo XIX. Fue sometido al exilio y a la persecución zarista. (N.deE.)

[5] Se trata de un folleto que escribió Lenin en octubre de 1917. (N.deE.).

[6] Nikolai Uglanov (1886-1940) Bolchevique en 1907, participó en la revolución en Petrogrado. Hizo carrera como apparatchik y fue líder del partido en Moscú desde 1924 a 1928 y combatió contra la Oposición. Vinculado a la derecha de Bujarin, fue purgado en 1928, expulsado del Partido en 1932, arrestado en 1936 y fusilado en prisión en 1940. (N.deE.).

 

Versión del Marxist Internet Archive

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