Rodrigo Chaves: “yo no soy machista”, solo estoy contra el aborto y la educación sexual

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  • Por si no existian dudas, Chaves dejó claro en un programa evangélico que sus convicciones y sus acciones son contrarias a los derechos a las mujeres.

Johan Madriz

El candidato presidencial Rodrigo Chaves siguió los pasos de José María Figueres para congraciarse con las iglesias y se reunión en el mismo programa radial evangélico que aquel para dejar salir todas sus posturas conservadoras en un ambiente seguro para ello. Los temas tratados fueron básicamente los mismos: “ideología de género”, aborto y educación sexual, y, por supuesto, las respuestas fueron las mismas: no, no y no.

La supuesta “ideología de género”, que en palabras de Figueres “colonizó la educación”, también fue motivo de toda la rabia de Chaves quien también dijo que intervendrá el Ministerio de Educación, pero no para abordar las desigualdades educativas, las dificultades de acceso a internet y dispositivos o la exclusión escolar, sino para implantar su visión mercantilista y conservadora.

Al respecto, indicó que buscará la forma de destituir a todas las personas que integran el Consejo Superior de Educación y los reemplazaría “con gente que no sea de ocurrencias, que entienda los procesos educativos como procesos de capital humano y que no trate de vender ideas, ideologías extrañas a los valores de los costarricenses”. Esto lo haría “primero, poniendo gente buena. Buena significa que no sean choriceros, que no tengan ocurrencias, que no tengan ideas extrañas, que no vean al MEP como un mecanismo para adoctrinar a los niños y niñas, sino que lo vean como un mecanismo de formación de habilidades”.

De esta forma, el enfoque educativo de un eventual gobierno suyo estaría supeditado a un currículo académico enfocado exclusivamente en la adquisición de habilidades para el mercado laboral (aspecto que es necesario, pero no el único), dejando de lado una formación integral que debería permitirles a las y los estudiantes potenciar el desarrollo de sus habilidades en diferentes ámbitos y fomentar la capacidad critica de cuestionar la sociedad y el mundo que les rodea. Además, pretende implantar su ideología conservadora y antiderechos; justamente todo lo que contradiga esa visión es catalogado como “ideología de género”, lo que evidencia que realmente su agenda es contra las mujeres y la comunidad LGBTIQ+.

Posteriormente, Chaves mismo hizo alusión a que, previo a la primera ronda de las elecciones, el Inamu le presentó a todas las candidaturas presidenciales un documento para que suscribieran con compromisos sobre derechos de las mujeres y él no lo firmó. Al respecto dijo: “creo que somos dos o tres los que no firmamos la carta del Inamu porque ahí decía ‘vamos a educar a nuestras hijas diciendo que la salud física depende de o requiere de poderse hacer un aborto si la muchacha tiene un conflicto emocional con eso’. Y que hay que educar a los niños y niñas para que ellos sepan que el genero es fluido, usted puede escoger y puede experimentar. Así lo dice la carta del Inamu. ¡Y me ha llovido por eso!”.

Sus declaraciones son completamente repudiables al desmeritar el derecho al aborto simplemente como un “conflicto emocional”, cuando lo cierto es que su ilegalidad y penalización responde a un sistema social y jurídico patriarcal que les dice a las mujeres que no pueden decidir sobre sus cuerpos. También tiene una plena ignorancia del daño que se le provoca a miles de niñes por imponérseles roles e identidades de genero preestablecidas que no se corresponden con las que se identifican.

Pero, además, los compromisos del documento elaborado por Inamu ni siquiera abordan esos temas, lo que promovía era el financiamiento a programas de atención de la violencia hacia las mujeres, el funcionamiento del sistema de emergencias 911 para la atención de violencia de género, políticas contra el hostigamiento sexual, capacitación para el reconocimiento de las diversidades, educación sexual, sistemas de cuido igualitarios, eliminar la brecha salarial de género, etc., es decir, su oposición nace de que sus convicciones y sus acciones son contrarias a los derechos a las mujeres.

Finalmente, para rematar su intervención, se colocó como la victima de una “cultura de cancelación” que lo censura: “Ahora van a decir que soy un misógino, que soy un machista. No. Yo no soy machista. Yo tengo seis hermanas, ocho tías, dos hijas, una familia maravillosa. ¿Usted conoce la cultura de la cancelación? ¿Usted ha oído hablar de eso? La cultura de la cancelación es una cosa que usan ciertos grupos ‘progre’ que dicen mal bicho y, cualquier cosa que usted diga, le pegan una etiqueta: misógino, mal bicho, retrogrado. Usted puede decir ‘dios es mi señor’, ‘misógino’. Usted puede decir ‘es de día’, ‘misógino’, usted puede decir que ‘el mundo es redondo’, ‘misógino’. Es la cultura de la cancelación”.

Chaves no es una opción para las mujeres, la juventud y la clase obrera, como tampoco lo es José María Figueres. Ambos son continuadores de los planes de ajuste esgrimidos bajo el amparo del FMI y completamente conservadores y antiderechos. Hay que luchar por el Estado laico en el país para sacar a las iglesias del gobierno y de las decisiones políticas y continuar en las calles con la campaña por el aborto legal en el país. Pero, también hay que salir contra los ataques del gobierno y el FMI para que sean las grandes empresas y fortunas las que paguen la crisis.

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