
- Reproducimos el siguiente comunicado de parte de la comunidad estudiantil de la UTN en rechazo del ajuste sobre las becas.
17 de agosto de 2020
“Instrúyanse, porque necesitaremos de toda nuestra inteligencia; Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo; Organícense, porque necesitaremos de toda nuestra fuerza”
Gramsci.
Una vez más es necesario como estudiantes defender aguerridamente nuestro derecho a la educación, como ha sido habitual en la historia costarricense. Nuevamente la agenda política del país decide cargarle la crisis económica a los sectores más vulnerables y desprotegidos de la nación. Para variar, el recorte a las partidas sensibles de la educación es la receta que más gusta en la austeridad neoliberal. Otra vez, la organización y movilización serán las vías que tendrán los y las estudiantes para impedir que se concreten los planes maquiavélicos de ciertas figuras políticas de querer ver a la Universidad Pública en ruinas.
En un país donde el índice de desigualdad social es cada día más ancho más grave, recortar los aportes socioeconómico y, por ende, de la educación superior para con sus estudiantes no tendría lógica, sin embargo, en la Universidad Técnica Nacional pareciera ser un gusto, pues no es la primera vez que el rubro de becas se ve lesionado por parte de sus autoridades, pero la gota -hasta 50% de rebajo en los montos asignados- derramó el vaso.
Los y las estudiantes de todas las sedes de la UTN se muestran no solo preocupados, sino que molestos por el hecho de saber que sus ingresos ya aprobados por estudios previamente realizados por el departamento de Trabajo Social hoy se ven amenazados por todas las condiciones socioeconómicas que atraviesa el país y que sirvieron como justificación perfecta para concretar la “brillante” idea de no seguir asignando la totalidad de los montos por becas. Es irónico, no obstante, que las autoridades universitarias comuniquen a la población estudiantil que es la crisis que vivimos lo que los motivó a tomar tal impopular decisión, pero estos olvidan, por conveniencia, que ese escenario también nos afecta, y de la manera más cruda.
Sí, la misma Universidad justifica que el desempleo alarmante es un monstruo que los presionó a recortar, pero si el desempleo alcanzó la descomunal cifra del 24% de la población en edad para trabajar ¿no pensarán que miles de padres y madres de familia que velan económicamente por estudiantes de la UTN se encuentran dentro de ese porcentaje? Por su parte, la virtualidad si bien ha significado no haber incurrido en gastos por hospedaje o transporte, lo cierto es que NO ha significado ningún desahogo económico para los hogares de los y las estudiantes. El mantenerse más tiempo en casa genera que los gastos de los servicios públicos hayan aumentado considerablemente, a su vez, se ha tenido que invertir dinero en la compra de equipo tecnológico y el gasto de la conectividad, montos que claramente deben ser cubiertos por una beca. Ese mismo monstruo de desempleo nos muestra una realidad que ya de por si existía, de los 551.373 desempleados en el país, 154.513 corresponden a jóvenes de entre 15 y 24 años, esto quiere decir que ser joven con alguna desventaja socioeconómica te asigna no tener derecho a educación pública y mucho menos a un trabajo digno. Miopía adrede es lo que podemos observar en el accionar de las autoridades universitarias.
Utilizando la situación económica del país, volcaron una serie de modificaciones al reglamento de becas que lo único que provocan es la lesión de nuestros derechos y que ponen en peligro la permanencia en la universidad de muchos y muchas, algo que no será nunca tolerado por la población estudiantil. Es inconcebible para nosotros y nosotras que se tomen decisiones dirigidas directamente sobre los requisitos que se deben cumplir para mantener una beca y los rubros que esta contempla; sin embargo, no hayan sido discutidos previamente con quienes seremos los y las afectadas.
Nuestra molestia colapsa por todos los bordes, porque las representaciones estudiantiles que participaron en la discusión del recorte estuvieron a favor de tal decisión, así consta en el acta de la sesión, donde se señala que por UNANIMIDAD se acuerda en firme. Exigimos cuentas, ya que, si por un lado facilitan un documento afirmando haber estado en contra, por el otro están a favor de tal salvajada. A este punto no nos representan y exigimos su renuncia por haber fallado en la defensa de los intereses estudiantiles. Y es precisamente una de las razones que motivan este comunicado, el recelo que existe con su accionar y la falta de confianza sobre sus intenciones.
La crisis la vamos a pagar una vez más las clases desprotegidas del país. Ejecutivo al mando del presidente Carlos Alvarado insta a toda la población a dar un esfuerzo más grande para subsanar los efectos de la pandemia, pero los grandes capitales se mantienen intactos, a estos no se les pide más, por el contrario, se les “chinea” con amnistías y puertas abiertas en casa presidencial para que dirijan la agenda de reactivación económica. A sus representantes, que figuran como evasores fiscales en los Papeles de Panamá, no se les persigue como sí sucede con los aportes socioeconómicos más nobles del Estado. Si Galeano estuviera vivo, tendría material suficiente para una segunda parte de su obra.
Exigimos que Marcelo Prieto, actual ministro de la Presidencia y ex Rector de la UTN de cuentas sobre el déficit presupuestario heredado de su administración y el cual parece ser el punto de quiebre para que se tomara la decisión del recorte. Requerimos explicaciones claras sobre el manejo presupuestario de la Universidad, porque cuando hay que subsanar partidas, lo más sencillo es utilizar los montos de becas.
Instamos a la Asamblea Legislativa a manejar la asignación de fondos presupuestarios educativos con la mayor responsabilidad y seriedad posible, pues son estos, que elaboran informes con gigantescas falencias, quienes toman decisiones sobre el dinero que por ley le corresponde a la educación superior de este país y que nunca respetan, aprovechándose actualmente de la poca capacidad de movilización social que la pandemia ha provocado.
En este marco, es necesario emplazar al poder ejecutivo y al poder legislativo que vienen legislando a favor de las cámaras empresariales, de que es hora de que empiecen a legislar a favor de los y las trabajadoras de este país, del pueblo de Costa Rica.
Por otro lado, el déficit presupuestario es un tema de varios años, la pandemia no hizo más que acelerar ese proceso, donde los que más tienen son los que menos aportan al Estado. Esta agenda común de condonar deuda a las grandes riquezas de este país, de permitir despidos de nuestros familiares y hoy en día quitarnos la posibilidad de seguir estudiando, demuestra que el gobierno solo es solidario con los empresarios, y que el ataque a los trabajadores, estudiantes y campesinos en este país va a continuar.
Este es un llamado estudiantil al diálogo de todos los actores que se han visto involucrados con este tema, para que se derogue el acuerdo tomado sobre recortar las becas y que la discusión se vuelva a dar, esta vez de manera pública utilizando las herramientas tecnológicas que así lo permitan, procurando la transparencia que un proceso de estos requiere. Para esto, solicitamos al rector o al Consejo Universitario convoquen a Asamblea Universitaria, garantizando la participación democrática en un tema tan sensible.
Extendemos un llamado a organizarnos desde todos los sectores estudiantiles de las distintas universidades de Costa Rica, a no dejar que la educación superior pública siga siendo atacada por el gobierno y el beneplácito de los sectores empresariales.
De parte de la población estudiantil estamos dispuestos a colaborar en todo lo que se requiera, pero no negociamos el recorte de nuestras becas. A través de este comunicado exponemos que agotamos la última vía de diálogo que vemos necesaria y de no recibir una solución se tomarán medidas de presión más drásticas.