Sobre el carácter de las protestas convocadas por el Movimiento Rescate Nacional

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  • Es un movimiento contradictorio, que se articula con la consigna “no mas impuestos”.
  • Llamamos al Bloque Unitario Sindical y Social (BUSSCO) que haga efectivo su llamado a conformar un Frente Nacional de Lucha para unir al conjunto de sectores que se oponen al gobierno y el acuerdo con el FMI.
  • Nos oponemos a cualquier acción represiva del gobierno contra los cortes de ruta, muchos de los cuales son sostenidos por campesinos, transportistas y comunidades.

Víctor Artavia

El 30 de setiembre el Movimiento Rescate Nacional (MRN) convocó a una serie de movilizaciones en oposición al acuerdo con el FMI y la propuesta de negociación que presentó el gobierno a los partidos en la Asamblea Legislativa. Las protestas se extendieron por varios puntos del país (principalmente en las zonas rurales) y continúan hasta el día de hoy, contabilizándose unos treinta cortes de rutas.

Sin duda es un movimiento complejo y marcado por la heterogeneidad de los sujetos sociales y reivindicaciones, pero esto no es motivo para renunciar a caracterizar el proceso de forma global y determinar si la lucha es progresiva o, por el contrario, se imponen las tendencias regresivas.

En vista de lo anterior, desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) no acudimos a la convocatoria del MRN, pues visto de forma global caracterizamos que en las movilizaciones se imponen las tendencias regresivas, particularmente porque en los hechos se articula en torno a la consigna de “No más impuestos”, a pesar de que incorpore algunos sectores populares con reivindicaciones parciales totalmente justas, como las que expresan los pescadores, campesinos y transportistas afectados por la crisis económica de la pandemia. Es una caracterización abierta, la cual consideramos puede variar bajo ciertas condiciones (sobre esto volveremos al final) y, de ser así, valoraremos sumarnos a las acciones de lucha.

A continuación, desarrollamos los elementos con los cuales construimos nuestra caracterización.

No más impuestos: una consigna funcional al gran capital

Hasta el momento la consigna que en los hechos aglutina la lucha es “No más impuestos”, la cual es funcional a los sectores burgueses que no quieren pagar tributos sobre sus utilidades y presionan para que el ajuste se ejecute por la vía de los recortes en el sector público, es decir, con la venta de empresas estatales, el despido masivo de trabajadores y trabajadoras, precarización de los salarios, etc.

Lo anterior, a pesar de que el MRN sostiene un pliego más amplio que se opone del todo a la negociación con el FMI, está contra la venta de empresas estatales y a favor de la instauración de impuestos progresivos, reivindicaciones con las cuales tenemos acuerdo, pero que no son acogidas por el grueso de los sectores movilizados. Esto se explica por las peculiaridades del MRN que, si bien figura como la “dirección formal” del proceso, en realidad es una instancia que no tiene estructura orgánica (bases propias y bien organizadas) y, por ende, hasta ahora resulta incapaz de centralizar programáticamente la lucha.

Debido a esto, la enorme mayoría de los sectores movilizados no expresan el programa que Corrales presenta ante los medios de prensa y, por el contrario, agitan el rechazo a todos los impuestos como su reivindicación central, la cual instalaron en la opinión pública los sectores burgueses que critican por la derecha el plan de medidas planteado por el gobierno. Esto denota una enorme contradicción, pues sectores que salen a luchar con métodos radicales se articulan bajo el programa del gran capital (que se opone a las movilizaciones y cortes de ruta).

Es metodológicamente incorrecto caracterizar una lucha solamente considerando el programa que sostiene la dirección, pues es un enfoque unilateral que no permite ver la dinámica general del proceso, es decir, si es políticamente progresivo o regresivo.

El carácter de clase del MRN y la composición ambigua de las protestas

Siguiendo con la caracterización del MRN, señalemos que es una organización cuyas principales figuras son José Miguel Corrales y Célimo Guido; el primero una figura política burguesa de corte “socialdemócrata”, el segundo un referente vinculado a sectores de pequeños propietarios (transportistas, campesinos).

Por eso, el MRN expresa los intereses y presiones de pequeños propietarios, lo cual no es un elemento que per se impida apoyar sus convocatorias, pero que tampoco se puede dejar de lado para caracterizarlo, particularmente en la actual coyuntura de polarización donde sectores de la derecha se movilizan con banderas reaccionarias (en nuestro país y a nivel internacional).

Y el MRN no escapa de esto, pues el pasado 25 de agosto organizó una marcha hacia Casa Presidencial contra las medidas sanitarias por la pandemia, solicitando la apertura total de la economía (la principal bandera de las cámaras patronales en ese momento), por lo cual recibió el apoyo de algunos de los diputados y políticos más reaccionarios del país, así como de sectores de derecha negacionistas de la pandemia y abiertamente anti-comunistas. En ese caso, desde el NPS tampoco nos sumamos a la movilización porque no compartimos esa consigna, dado que nuestro planteamiento es exigir subsidios desde el gobierno para los sectores afectados por medio de impuestos a las grandes empresas y fortunas, garantizando al mismo tiempo las medidas sanitarias para bajar la propagación de la pandemia.

Esto es importante tenerlo presente, porque el MRN con anterioridad movilizó sectores a la derecha y no hizo el menor esfuerzo para delimitarse de los mismos. Por eso no sorprende que la marcha que salió el 30 de setiembre desde la Fuente de la Hispanidad estuviera atiborrada de camisas y banderas de Costa Rica (¡parecía la celebración de un gane de la selección de futbol!), dando cuentas que fue una concentración mayoritariamente de sectores que adversan al FMI y al gobierno en clave nacionalista (al estilo de los partidos evangélicos contra la CIDH cuando se aprobó el matrimonio igualitario).

En este sentido, es importante recalcar que nuestra oposición al FMI es desde un ángulo antiimperialista y no vamos a mezclar nuestras banderas con sectores de derecha nacionalista, muchos de los cuales portaban pancartas anticomunistas y negacionistas de la pandemia. No decimos que esta sea la tónica de todas las protestas, pero al menos la que se desarrolló en San José tuvo ese carácter, llegando al extremo de expulsar de la protesta en el Ministerio de Hacienda a Albino Vargas a partir de prejuicios antisindicales (y no por una reacción anti-burocrática, algo que celebraríamos con gusto).

La responsabilidad de las dirigencias sindicales y el Frente Amplio

En gran medida, la confusión que impera en la lucha es responsabilidad de las dirigencias sindicales burocráticas, las cuales renunciaron a luchar contra el gobierno y apuestan a “renegociar” con el FMI, una orientación desastrosa que conduce al movimiento sindical a una nueva derrota y no cuestiona la injerencia del imperialismo. Asimismo, es escandaloso que el Frente Amplio (FA) tampoco llame a luchar contra el FMI (aducen que la negociación en un hecho consumado que no vale la pena resistir) y se limiten a promover el diálogo “racional” en el parlamento para sacar las medidas regresivas del acuerdo de negociación.

Debido a esto, la oposición a las medidas a negociar con el FMI la lideran los sectores de la derecha más vinculada a las cámaras empresariales, las cuales apuestan a presionar al gobierno para que ejecute más recortes presupuestarios y privatización de empresas estatales, lo cual camuflan con la consigna de “No más impuestos”.

Además, dificulta enormemente que el proceso gire en un sentido progresivo, para lo cual es necesario algún punto de apoyo social o político que sirva como un polo de referencia para los sectores populares y comunidades que están en las movilizaciones, lo cual se ve agravado por el hecho de que en las protestas no se percibe el elemento dinámico que aportan los sectores de la juventud, los cuales por lo general tienden hacia la izquierda en las luchas sociales. Esto ocurrió el año anterior durante la rebelión estudiantil de secundaria, la cual tuvo rasgos contradictorios debido a la presencia de los partidos evangélicos al inicio del proceso, pero que se superó producto del desborde por la izquierda que protagonizaron las decenas de miles de estudiantes que se lanzaron a las calles, algo que sirvió para que sectores de la izquierda (incluido nuestro partido que apoyó las movilizaciones) pudieran disputar o influir en la orientación del proceso.

Por todo lo anterior, no resulta extraño que sectores populares asuman como propias las consignas críticas al gobierno de la derecha, único sector del espectro político que hace oposición al gobierno (el FA ni siquiera hace esto, pues Patricia Mora sigue dentro del gabinete de Carlos Alvarado).

Todo esto podría virar si los sindicatos convocaran a una reunión amplia o encuentro de emergencia, invitando a representantes del MRN y de los sectores en lucha, con el objetivo de centralizar las peticiones de lucha y orientar el proceso en un sentido progresivo.

¿Qué hacer ante las protestas en curso?

Como apuntamos al inicio del documento, nuestra caracterización de las protestas es abierta y, por ende, está sujeta a la dinámica del proceso. Dada la presencia de sectores populares con reivindicaciones totalmente justas, nos parece un error dar por cerrado el curso que pueda tomar la lucha, sobre todo en una coyuntura marcada por la polarización política donde los procesos pueden virar de la derecha a la izquierda en cualquier momento (o viceversa). En el momento que la luche tome un giro progresivo nos sumaremos a apoyar las acciones de protesta, para lo cual es fundamental que el movimiento centralice las consignas contra el FMI y explícitamente abogue por impuestos a las grandes empresas y fortunas.

De momento nos parece un error mezclar nuestras banderas con sectores que levantan un programa regresivo cuya consigna central es “No más impuestos”, aunque sean personas provenientes de sectores populares y comunidades. Esto no es una postura sectaria o un afán por el “purismo ideológico”, sino que tiene una importancia trascendental a pocas semanas de que inicien las negociaciones con el FMI y la derecha neoliberal tiene en curso una campaña de “No más impuestos” para evitar que graven al gran capital y promover la venta de empresas estatales.

Tampoco encontramos viable la táctica de sumarnos a las movilizaciones para “disputar desde la izquierda” el proceso, para lo cual es indispensable la presencia de un sector que sea punto de apoyo para las organizaciones revolucionarias, como fue la juventud durante la rebelión estudiantil de secundaria (o como sucedió con los Chalecos Amarillos en Francia, donde la juventud fue clave para girar el proceso a la izquierda, además de la histórica y masiva tradición socialista del país).

En este sentido, llamamos al Bloque Unitario Sindical y Social (BUSSCO) que haga efectivo su llamado a conformar un Frente Nacional de Lucha para unir al conjunto de sectores que se oponen al gobierno y el acuerdo con el FMI, tal como plantearon en un comunicado publicado el 30 de setiembre. Esta convocatoria debe tener carácter urgente, pues permitiría unificar a las bases sindicales con el actual proceso de lucha, permitiendo contrarrestar las tendencias regresivas y superar la confusión programática con un pliego unitario de lucha.

Lo anterior con mucha más razón sí persistan los cortes de ruta en las zonas rurales, los cuales pueden dar paso a una radicalización del proceso de lucha y una mayor polarización con las cámaras exportadoras e industriales, las cuales comienzan a verse afectadas económicamente. Por esta razón, es más necesario darle coherencia al pliego petitorio del movimiento en un sentido progresivo, superando la consigna unilateral de “No más impuestos”.

Además, desde ya nos oponemos a cualquier acción represiva del gobierno contra los cortes de ruta, muchos de los cuales son sostenidos por campesinos, transportistas y comunidades (poco después de escribir esta nota se reportaron las primeras acciones represivas por parte del gobierno).

Junto con esto, desde el NPS continuaremos con nuestra campaña anti-imperialista contra el FMI y los ataques del gobierno, planteando impuestos a las grandes empresas y fortunas, a lo cual agregaremos la denuncia de la represión desatada por el gobierno de Carlos Alvarado. Invitamos a nuestros lectores y lectoras a sumarse al mitin que realizaremos este sábado a partir de las 10 am en el reloj de la Plaza de la Cultura.

 

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