Hegel (y Marx) y la dialéctica del amo y el esclavo

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Guillermo Pessoa

Seguimos con las entregas del taller Hegel/Marx de 2010. Este encuentro trata del famoso cap IV de la Fenomenología y su dialéctica del amo y el esclavo. El “diálogo” con Marx se da naturalmente y en cierta manera el “diálogo” con la actualidad (la de hace once años y la de hoy) también. Las disculpas de siempre por ciertas reiteraciones con las que tropezarán lxs lectorxs.

 

“Y bue, si a él les gustan las palabras difíciles…” (asistente al curso)

 

La idea es que cuando nos volvamos a encontrar, hagamos la introducción a Marx, y veamos si hoy nos despedimos de Hegel, despedirse es una manera de decir, uno siempre está volviendo a Hegel. Un poco lo que yo tenía pensado, ya que el encuentro anterior estuvimos bastante con las tríadas, es ver hoy algunos fragmentos del capítulo IV. De todas maneras voy a ser medio maldito y preguntaré si alguien se anima a resumir qué era el capítulo IV, pero despacito, y después vamos a ver algunos conceptos de la Lógica. Si yo logro esto en el encuentro de hoy, me voy a dar por satisfecho. Como verán, es un Hegel reducido, vimos la introducción, vimos las tríadas, llegamos al capítulo IV, la lucha del amo y del esclavo, vimos algunos conceptos de la Lógica, para un taller que eran cuatro autores me parece más que bien. Hasta donde habíamos llegado, el capítulo IV, en ese desarrollo de la conciencia, ¿era el arribo a qué, quién se acuerda?, yo los ayudo. La conciencia partió de la certeza sensible, era la conciencia objetual, fue haciendo su experiencia, fue avanzando, y con el capítulo IV, ¿adónde arriba?

A: A la autoconciencia.

GP: A la autoconciencia, bien por Carlos. Bueno, a la autoconciencia, decía Carlos, porque se acuerdan del último momento de la conciencia, el entendimiento, donde se decía que si corremos el telón detrás de él no hay nada que ver si no nos ponemos nosotros. La conciencia se va a dar cuenta de que el objeto no está fuera de ella, sino que algo tiene que poner en el objeto, entonces se pone, llega el momento de la autoconciencia. Después pasaba por la conciencia autoduplicada, se acuerdan, uno que somos dos, la lucha por el reconocimiento, el tema del deseo, la distinción que hicimos entre deseo animal y deseo humano, también habíamos dicho una cosa medio obvia, de esto también se han apropiado un montón de corrientes, es el tema del deseo, que tiene que ver con el inconsciente. No habría psicoanálisis sin eso, las corrientes existencialistas, el marxismo, hay un montón de corrientes que vieron esto. Y luego venía la lucha del amo y el siervo, que es el único capítulo que fotocopié, esa dialéctica la fotocopié íntegra. Pero algo habíamos dicho en cuanto a que… ¿Quién se acuerda de eso? ¿Por dónde venía el lado de la independencia, pues uno de los dos hombres se ponía como siervo y por qué lo hacía, si el otro se va a sentir reconocido o no por el siervo?

A: El siervo se pone como tal por miedo a la muerte (¡Bien Raulito, sos un capo!)

GP: Por miedo a la muerte.

A: O por comodidad…

GP: (Aquí sí que saltó el Guille) Pero en el texto de Hegel no es por comodidad, es por el miedo a la muerte. Y ¿cómo sigue esto? (Bueno, che, no esperen todo de mí, hagan un esfuerzo… no se llega a entender bien) Bueno, muy bien, che, qué cultura hegeliana que tenemos, qué curso éste, pero ¿cómo sigue?

A: Es la lucha por el reconocimiento…

GP: Sí, pero el que queda como amo, que aparentemente es el triunfador, en realidad, ¿qué tipo de deseo tiene, un deseo animal o deseo humano? (varios a la vez, pero en general decimos animal)

GP: Un deseo animal… (un guaso, que vengo a ser yo, se enreda en que lo que hace el siervo, el amo lo destruye…)

GP: Esperen que Alcira y Manuel están todavía luchando con…

A: Perdón.

GP: Nooo, a mí no me tenés que pedir perdón, igual todavía no nos metimos en el texto, pero encuéntrenlo. Está muy bien lo que dijo Raúl, che (geniooo), digo, si por ahí tenemos la idea en la cabeza, o tenemos la secuencia, también lo podemos ver así, como una obra de teatro, cuando yo ahora seleccione algunos fragmentos de Hegel, que uno más o menos tiene la película en su cabeza, el fragmento no va a parecer tan oscuro como puede resultar a primera vista. Si le damos el capítulo IV a uno que camina por ahí, va a tener cierta resistencia. Generalmente cuando uno lee una cosa que no comprende, a los tres o cuatro renglones lo larga, lo abandona. Entonces, digo, si nosotros tenemos más o menos la película acá, cuando vayamos al texto me parece que lo podremos descular, es como que tenemos el esqueleto, después lo tenemos que llenar con la musculatura, la sangre, pero tenemos el esqueleto. Entonces, está muy bien lo que dijo Raúl (bueno, no es para tanto), porque solamente podemos ser reconocidos por otro sujeto, y el siervo no es un sujeto, entonces ahí el camino del amo está cerrado. El amo tiene el goce, solamente, meramente animal, va a reposar, es una figura, va a reposar en la cama que construyó el otro con su trabajo, va a comer la comida que el otro hizo. Es meramente el goce animal, no se siente reconocido, su camino está cerrado ahí…

A: Yo eso es lo que iba a preguntar, en cuanto el siervo mantiene esa postura, no hay un reconocimiento continuo hacia el amo, no sé (y no se capta muy bien lo que sigue. Sí, claro, es Irene).

GP: No, porque el otro no lo reconoce, el otro es, como diría Aristóteles, una herramienta parlante.

A: Lo reconoce como objeto…

GP: Pero lo que pasa es que en el objeto no hay reconocimiento, el reconocimiento es intersubjetivo nada más, entre sujeto y sujeto. Por eso, una verdadera comunidad humana, es una en donde las relaciones intersubjetivas sean igualitarias y en un plano de igualdad. Y además, allí estará la razón (no el entendimiento), como escribirá en el cap V: “sólo en un pueblo libre anida la razón”.

A: O sea, yo amo, el hecho de saber que vos sos siervo, ya está representando un reconocimiento (otros opinan, pero, como siempre, lo hacen todos a la vez, y no se entiende nada…)

GP: Está bueno esto, porque estamos metidos en el texto.

A: Claro, del siervo hacia el amo, por el simple hecho de existir…

GP: El otro no pone la vista en vos, vos no sos reconocido. “El mero hecho de existir”, es el presupuesto biológico, necesario para poder llegar a ser sujeto pero sujeto es una construcción, una lucha.

A: No lo reconoce, pero depende en buena medida…

GP: Está bien, estamos de acuerdo… dice depende en buena medida, en gran medida depende, eso es lo que lo va a entusiasmar a Marx, porque él diría, justamente… es una relación, porque para que haya relación se necesitan dos; no hay amo sin siervo ni siervo sin amo; si uno de los dos falta a la cita, falla la relación. En Hegel, y es lo que le gusta a Marx, y a Nietzsche le va a gustar la otra parte, el camino del amo está cerrado, se agota ahí, porque él ese lugar de privilegio no lo quiere ceder, a lo máximo que llegó es al mero deseo animal. Pero después que comió, que durmió, la idea sería que cuando apoye la cabeza en la almohada se siente medio vacío, porque no tiene un sujeto que lo reconozca. El otro opina que el camino, que es un camino forzado, que tuvo que pasar por la servidumbre, en el camino de la libertad hay que pasar primero por la servidumbre, es una lección: la libertad se conquista, la libertad es una lucha, no se nace libre, hay que ponerse como sujeto y hay que ponerse como libre, hay que romper un montón de cadenas para llegar a la libertad, ésta es un poco la metáfora…. Y recordando además que no es una tarea individual, sino colectiva: “es un yo que es un nosotros”.

A: Hacer el camino de la independencia es pasar el trabajo formativo que realiza el siervo…

GP: Bueno, está muy bien eso, para mí es tomar el espíritu del texto, en el siglo XX, por ejemplo en Francia, en la época de la resistencia contra los nazis, este texto estaba de moda. La libertad era algo que se conquistaba. Son los tipos que invadieron y nosotros somos los conquistados y por eso la lucha. Y en el texto, esa lucha, va acompañada del servicio y el trabajo formativo cultural, hay un término alemán que es Bildung, no solamente el trabajo conceptual, sino el trabajo que crea cultura. Como dirían los antropólogos, la diferencia entre naturaleza y cultura. Este trabajo formativo va a poner al siervo como ser humano. La libertad del hombre pasa por el siervo, no por el amo. Esto es lo que le causa simpatía a Marx; Marx criticó este texto, pero dice que en este texto hay una perlita que es el capítulo IV, porque ve al hombre como autocreación, el hombre haciéndose a sí mismo. El hombre se hace a sí mismo, eso es lo que a Marx lo sacude. La libertad está por el lado de la conciencia servil, no por el lado del amo. No le podemos hacer decir al texto de Hegel más de lo que el texto dice, pero eso está claro.

Marx agregará que en Hegel el trabajo formativo es una independencia en su conciencia, nada más. El tipo llega a la conciencia de que cuando terminó de hacer la mesa, en ese objeto está él también, cuando terminó de hacer la comida está él. Es una experiencia que no logra nunca el amo, porque no trabaja. Como el siervo trabaja, se siente reflejado ahí, después viene el paso posterior. Bueno, entramos ya en honduras filosóficas utópicas, para algunos. Marx propone una sociedad sin clases, sin esclavo, no hay amo. Hay una definición hermosa de Marx en La ideología alemana“En la actualidad hay pintores, hay albañiles, pero en la sociedad a la que aspiro habrá hombres que pinten, hombres que hagan casas, sin ser exclusivamente pintores o albañiles”. Esa definición es muy humanista, muy profunda. La sociedad actual te particulariza como carpintero, como pintor; en cambio, hombres que pinten, que enseñen, si se quiere hoy parece utópico o de fantasía, pero queda en claro que hay un fuerte sentido humanista allí, y que de alguna manera hunde sus raíces en el capítulo hegeliano. Me pone contento pues ha intervenido más de uno y se nota tienen en la cabeza, más o menos, la secuencia.

Vamos a tratar de volver al texto, te podría decir que ese planteamiento que estás esbozando también se va a dar en la realidad, lo que Marx va a llamar socialistas utópicos, y ahí es medio duro, dice “los Owen, Saint-Simon, etcétera, son utópicos porque piensan que puede haber patrones que están al servicio de la sociedad. Eso es imposible”. Es duro ahí. Lo que se plantea es utópico, el objetivo de ese sector en la rentabilidad, la cual se da de bruces con las necesidades sociales. Hay una contradicción ahí. Uno diría… (y corta a alguien que quiere hablar),no me quiero ir mucho del tema, había un artículo hermoso que quizá lo mencioné, cuando la Organización Mundial de la Salud trataba de responder a la pregunta de por qué no existía todavía una vacuna contra el Chagas y la conclusión a la que llegaba, que es durísima, era “porque no es rentable”. (Y se armó la discusión)Como es más rentable inventar la última silicona para que la estrellita de moda se haga la lipoaspiración, ¿la de Chagas, quiénes la van a consumir? Algún pobre jujeño. Poco rentable, entonces, no preparamos a los laboratorios para hacer la vacuna.

Es un tema lindo, porque también hay que matizarlo después, el propio Marx también entendía eso, conozco un montón de gente que tiene una empresa familiar y es un trabajador a la par de sus empleados. Acá lo que pasa es que la categoría económico-política está tomada en su totalidad. En un sentido Marx va a decir, yo a ese trabajador lo defiendo; el que lo está haciendo desaparecer es el capitalismo. Yo en realidad a este tipo lo defiendo, el problema es que el capitalismo lleva a la concentración, al monopolio, a la transnacionalización, eso lo está barriendo.

Continuamos con el cap 4. Vieron que en esta mélange (yo qué sé cómo se escribe), que no sé si he hecho bien, yo pegué un pedacito, pero el texto empieza en la página 121 en realidad. Son dos paginitas, pero vieron que dice “Señor y siervo”, ahí empieza. Vamos hacer lo siguiente, yo voy a seleccionar unos fragmentos y los voy a leer, para ilustrar todo lo que dijimos; juro que no lo voy hacer más esto, lo que pasa es que para que no queden más páginas empieza por atrás. Acá hay algo mejor que Daniel se tomó el laburo de ordenar…

A: Vos hiciste lo que dijo Collingwood (no me acuerdo cómo se escribe), tijera y engrudo…

GP: ¿Te acordás de Collingwood? Tuve que dar Introducción a la historia con ese texto. Bueno, ¿estamos?, dos paginitas, ¿las tenemos o no. ¿Cómo andás, Lucía? Te voy a poner presente en mis oraciones por estos caramelos ácidos que me trajiste (risas).¿Estamos todos en señor y siervo? Yo voy a leer. Vamos a ponernos en situación; acá está contando como si fuera una obra de teatro y yo fuera el apuntador. ¿Todavía hay quienes están buscando el texto? (zas, se fastidió el Guille).

A: ¿Sabés cuál es el tema?, yo agarré el del año pasado, de editorial Fausto, y no me coincide…

GP: No, pará, editorial Fausto era el texto de Kojeve, esto es Hegel, no es Kojeve…

A: Esto del amo…

GP: Sí, pero no es Hegel, es Kojeve, no has respetado la lógica formal, no llegaste al principio de identidad, porque tomaste Kojeve y no Hegel… (otra niña se queja de una palabra que no entiende, “coseidad”)

GP: Coseidad es como objetualidad, por ahí vuelve a salir esa palabra.

A: Lo anoto porque después me olvido…

GP: Lo que pasa es que vos me vas a preguntar por objetualidad y vamos a estar toda la tarde…

A: ¿Vos qué hacés, buscás en el diccionario palabras difíciles y venís y las decís? (Ese guaso fui yo) Me hizo acordar, tengo una que no la puedo encontrar…

GP: Tenés que buscar en un diccionario filosófico, querido Raúl (ahhh, mirá vos, tengo que ir a buscar a Ferrater Mora, ahora). Y ¿lo encontraste? No, no lo encontraste, otra vez la lógica formal. Texto 5 no es igual a texto 6… (qué despelote se armó por esto de Kojeve y de Hegel),es indudable que necesitamos un descanso, ya vienen las vacaciones, necesitamos un “break”, un descanso ya es necesario. ¿Estamos ahí? Vamos a ponernos en apuntador, este texto va y viene, porque en un momento te habla de la posición del amo en relación al siervo y después cambia. Lo que voy a leer es el amo en relación con el siervo y el objeto que hizo el siervo. Entonces él dice, estoy al final de esta página 117, ¿están todos ahí? Y el que no está que escuche, la película tiene como personaje principal, o como monologuista acá, al amo, “…se relaciona a) de un modo inmediato, con ambos momentos…” ¿Qué quiere decir? Se relaciona inmediatamente, tanto con la cosa como con el siervo. Nada novedoso, quiere decir que están en los mismos momentos, todavía acá nada novedoso. El punto es, va a ser más importante, dice, y b) “…de un modo mediato, con cada uno de ellos por medio del otro”, eso es una mediación. Porque se va a relacionar con el pastel, porque el otro lo hizo, es por medio del otro, y el único contacto que tiene con el siervo, porque al siervo ni se digna a hablarle, es a través del pastel. Es una mediación, se encuentra uno mediado por el otro, ¿se ve eso? Y un poco tiene que ver con tu reflexión, Irene, el tipo no lo considera sujeto, y en eso tiene razón, entonces no le dirige la palabra, es como un elemento de labranza, es como tener una pala.

Estábamos viendo lo que dice Aristóteles, que decía, cuando un amo en la Grecia antigua hace un inventario, el tipo podía decir, tengo diez acres de tierra, cuatro palas y ocho esclavos, pero no se pone a dialogar con la tierra, ni con los elementos de labranza ni con el esclavo tampoco. Y se relaciona con ellos, el punto que está señalando ahí, que está mediado por otro, con el pastel porque el otro lo hizo, y con el otro mediante el pastel, nada más que eso. O sea, por la única cosa que sabe que existe el otro es porque se comió el pastel que el otro hizo. Entonces, si uno ya tiene esa película, se va a dar cuenta de que no hay reconocimiento ahí, porque el amo está rodeado de objetos.Recuerden que esto es un texto antropológico, Hegel ahí no pone que es en tal momento histórico, eso es lo que le va a recriminar Marx. Lo que vos decís está bien, el trabajo te forma, sí, pero en la sociedad capitalista no te forma, te aliena. Hasta acá, el texto que parece un intríngulis, ¿quedo un poco más aprehensible, un poco más alivianado? Punto.

 “El señor se relaciona con el siervo de un modo mediato, a través del ser independiente…” ¿Está la palabrita “la cosa”, que yo puse ahí? El ser independiente es la cosa. Es independiente como esta campera lo es de mí, yo no soy la campera, vuelve a repetir lo del punto b, se relaciona mediado con el otro, a través del ser independiente. Podemos decir que yo me relaciono mediadamente con quien vaya a saber quién hizo esta campera, por la campera. En esta cuestión filosófica, yo tendría una relación, acá hubo humanos que trabajaron, yo no los conozco pero tengo una relación mediada con ellos, a través de esta prenda de vestir. “Pues a esto precisamente es a lo que se halla sujeto el siervo”, o sea, el siervo se halla sujeto a hacer la campera nada más, “ésta es su cadena”, ahora empieza a hablar del siervo, por eso acá los puntos y las comas son importantes.

Y de ahí me voy a la página 118, y ya no tenemos más problemas de páginas: “(su cadena)… de la que no puede abstraerse en la lucha, y por ella se demuestra como dependiente, como algo que tiene su independencia en la coseidad”, o en la objetualidad, decimos nosotros (Y bue, si a él les gustan las palabras difíciles)¿Qué quiere decir ahí?

No se puede abstraer de la lucha, ponerse como siervo está condenado a esa cadena, está condenado a hacer el pastel. Y como algo que tiene su independencia en la coseidad, le pasa lo mismo que al amo, pero es independiente de la cosa, porque también es un tránsito y un trabajo darse cuenta de que él está en la cosa, inmediatamente no lo reconoce, primero está como algo externo. Es como los operarios que en este momento deben estar terminando de ensamblar un auto, en la inmediatez el auto es algo ajeno, ellos crearon ese auto, pero lo ven en forma independiente. ¿Esto se ve claro?

Por eso, en un sentido figurado ya que obedecía a otras razones, Henry Ford tuvo una idea hegeliana, tuvo un pensamiento o frase formidable: “Cómo puede ser que mis obreros trabajen haciendo autos y no puedan acceder a uno”, y entonces crea el Ford T, a bajo costo. Primero lo ve como independiente, después se va a dar cuenta de que en ese auto, que en esa campera, en ese pastel, está él mismo. Y eso lo va a llenar de gozo, un gozo distinto, porque es un gozo humano, contrariamente al gozo de destruir la cosa, es el goce de que vos lo hiciste. Es más, si uno llegara y volviera al ateísmo antropológico de Hegeldirá que justamente la trascendencia está ahí. Cuando vos físicamente no estés más en este mundo, va a estar eso, que también se va a deteriorar. Con el tiempo el auto, la campera, se deterioran, es irremediable eso. Cuando alguien visita un museo y ve las obras de un tipo que las pintó hace 500 años, es un objeto-sujeto, ahí está la trascendencia. La destrucción es cuando vos comés algo, usás algo, es el mero goce animal, el consumo. Se acuerdan la película de Subiela (el protagonista hace el amor, y al finalizar aprieta un botón, la cama de al lado de la mujer se da vuelta y ésta desaparece), vos hiciste el amor, los animales también lo hacen, pero si se agota ahí, nada más, lográs satisfacción en el deseo animal, pero no en el deseo humano. O sea, vamos a tomarlo para el lado romántico, pero es profundo esto, el deseo humano sería que después de hacer el coito vos te fundas en un abrazo y que el acto, de alguna manera, recomience, que logres esa unidad, se ríe Aurora (aquí hay algunas sonrisitas medio cómplices por parte de algunas niñas), esto más de uno lo habrá dicho, eso lo diría Dolina, con ese lenguaje popular pero profundo que tiene: “Ahí le hacemos una gambeta a la eternidad, o a la finitud”, diría el Negro. En ese abrazo, en esa fundición, porque sentimos el deseo animal (que lo tenemos todos, los perros lo hacen con uno o con otro y se van), pero después de eso, en ese abrazo, en ese proyectar cosas, ahí está el reconocimiento, el ponerse como sujeto y como ser humano, la trascendencia se logra ahí. ¿Estamos? Haciendo la salvedad que lo estoy planteando en forma individual, “micro”, el verdadero reconocimiento, la verdadera comunión se dará en una sociedad de iguales, en una historia hecha concientemente.

Me voy a saltear cuatro renglones. Van a ver que el tipo, esto es característico de Hegel, dice lo mismo pero de otra manera, ¿se acuerdan cuando al sujeto lo definió como diez veces? Esto es así, Hegel te taladra la cabeza, tiene que convencer. Bueno, en eso son todos parecidos, Marx era lo mismo, te taladra la cabeza, y lo que pasa es que después se ponen muy puntillosos, porque te pueden hacer recalcar que no lo estás interpretando fielmente, entonces son distintas maneras de abordar lo mismo. Vamos al texto. Porque alguno va a decir “che, estás repitiendo lo mismo” (Guille, estás repitiendo lo mismo, esto ya lo dijiste tres veces)Y, asimismo, el señor se relaciona con la cosa de un modo mediato…”, esto ya lo dijo, ya lo vimos, “…por medio del siervo”. Yo a veces, en un colegio de la villa 31 (el barrio como dicen los estudiantes) tengo una materia que se llama Realidad Social, yo les digo a los chicos, que son adultos en realidad, una primera necesidad del hombre es tener cobijo, tener vivienda, tener alimento, ¿de dónde lo obtiene? y después de muchas idas y vueltas, logro sonsacar la respuesta, que es de la naturaleza. Lo que les remarco es: cruzándonos de brazos y diciéndole a la naturaleza: transfórmate en manufacturas, no, no, así no es. Si así fuera, sería de manera inmediata. Precisa una mediación ahí, y la mediación es el trabajo, por eso la importancia del trabajo. La mediación es la creación de herramientas, y la antropología moderna considera que en la transformación del mono en hombre tiene mucho que ver el trabajo, tiene una función clave ahí. Vos que citaste a Engels hace un rato, él tiene un textito, “La importancia del trabajo en la transformación del mono en hombre”, que demuestra que él era un buen lector de la antropología que estaba surgiendo. O sea, justamente, la necesidad de recoger los frutos fue poniendo de pie a este mamífero que andaba en cuatro patas, lo fue irguiendo, fue transformando su columna vertebral, la fue puliendo, dándole más flexibilidad a los dedos, todo fruto del trabajo y la necesidad.

Vamos al texto, obtiene las cosas en forma mediata, si el otro no lo hubiera hecho, él no la gozaría. ¿Estamos hasta acá? Bueno, si tienen paciencia, seguimos, “…por medio del siervo…”, otra vez el siervo, ¿vieron cómo es el texto? El tipo dice, ahora préstenme atención, “…el siervo como autoconciencia en general se relaciona también de un modo negativo con la cosa y la supera”. A ver, la cosa podría traer dos momentos, la cosa es materia prima, y después es manufactura, cosa es producto, ¿estamos, María? Vos me preguntaste coseidad y objeto, entonces el tipo está diciendo ahí, ¿por qué se relaciona en un modo negativo? Porque niega la materia prima, primero la niega, pero después la termina superando. Primero tiene el roble, niega el roble, ¿se acuerdan de Aristóteles, acto y potencia? Niega al roble pero luego lo supera, y al roble lo convierte en placard. ¿Cómo Irene, perdón?

A: Es un poco complicado aceptar esas palabras…

GP: No, pero si vos tenés el vocabulario, de a poquito lo incorporás y te resultará más fácil el texto. Hay una frase chiquita de Borges, muy risueña, como todas la de él, sobre Heidegger, él decía: “Heidegger inventó un dialecto del alemán”, porque el tipo crea toda una jerga. Pero a veces crear una jerga es medio artificioso, hay algunos filósofos a los que les gusta escribir oscuramente, pensando que escribir más oscuro te hace más profundo, y es falso eso. Entonces, acá puede existir una jerga, pero es una jerga que tiene que ver con la vida, chicos, porque existen los robles y existen los placares. Escúchenme, cuando ustedes tienen el término superar, que lo hemos visto, superar es anular y conservar. Porque en el placard se conserva el roble pero a su vez se anuló, eso es superar. Ahí adquiere expresión concreta ese vocabulario que puede parecer enrevesado.

A: Yo digo que en nuestra jerga utilizaríamos más prácticamente transformar, más que negar y superar…

GP: Está bien, pero después te puede servir para cualquier ámbito de la realidad, la historia, vos podés decir quiero transformar un sistema social, pero también lo quiero superar. Si vos lo querés superar, necesariamente algo de lo anterior conservás en otro nivel.

A: Lo niega en sí mismo al roble, pero no para transformarlo en un placard, o lo niega tanto como para transformarlo, o sea, lo mira como una cosa que está ahí plantada, pero la capacidad transformadora hace que eso lo reconvierta (acá se pierde lo que dice).

GP: Está muy bien lo que decís, ahora, a ver si te pesqué, en la dialéctica ninguna negación es absoluta, son todas negaciones determinadas, tienen límites. Lo determinado es lo contrario de indeterminado. Pero negarlo absolutamente, no sé, que vos lo arrojaste ahí… es una negación, o sea, en la dialéctica nunca hay negaciones absolutas, son todas determinadas. Justamente, todo tiene límites ahí. Esto, si nos da el tiempo y vemos algo de lógica, pero no nos va a dar el tiempo, me temo…

A: Nos juntamos mañana…

GP: Nos juntamos mañana, o el domingo en un parque y la seguimos (risas). Bueno, Hegel ese problema no lo plantea ahí, vos tenés la tendencia de irte para acá, ese problema Hegel no lo plantea (hay un coro de risas y comentarios que tapa la voz de Guillermo).Che, lo de Hegel es un adelanto extraordinario, porque se pensaba que el trabajo era una maldición, o sea, el tipo está revalorizando el trabajo, porque el trabajo tiene una capacidad formativa que te hace diferente de una mariposa, de un mineral o de una planta, eso es lo que pone muy contento a Marx, antes de la crítica. Porque Marx, vamos a decirlo con términos filosóficos, Marx lo que hace con Hegel no es negarlo, es superarlo. No lo está negando, lo está superando, está anulando lo que tiene de perimido, lo que tiene de incompleto, y está conservando algunas cosas que van a tener carácter universal, y eso de que el trabajo forma al hombre tiene carácter universal, el hombre es una autocreación. Lo que pasa es que Manuel se quiere correr para allá (¿para la izquierda?)

A: Lo que va a ser el cuatrimestre que viene… (vamos a ver a Marx)

GP: (Con tono resignado, como quien ya está entregado) Lo que va a ser el cuatrimestre que viene. Es cierto, bue. Después de María está Héctor, en el uso de la palabra.

A: El trabajo… dignifica (risas), no, muchas veces lo dijiste…

GP: Que el trabajo está en la transformación, suponete, del mamífero inferior al hombre, que tiene una centralidad, pasar de ser homínido a homo faber, y luego a homo sapiens-sapiens, el trabajo, no solamente como dicen los manuales o los libros de primaria que leen nuestros hijos, tiene capacidad de raciocinio, el hombre crea con su trabajo, el trabajo cobra ahora centralidad. Hoy cualquier corriente sociológica o antropológica le da esa jerarquía al trabajo, y eso está en este texto, ¿estamos de acuerdo? Ahora lo que plantea Manuel, de quién es materialista hoy en el siglo XXI, por ahora, ahora, en este momento, con este texto, no me interesa. Estamos en este texto y hay que hacer un planteo histórico acá; Hegel también es hijo de su tiempo, porque Adam Smith en el Tratado de la riqueza de las naciones, cuando la gran pregunta que estaba boyando era ¿cómo obtienen la riqueza las naciones?, Smith, como Ricardo, plantean: mediante el trabajo. No Marx, Smith, el padre del liberalismo. Por eso Marx dice: yo no existiría sin estos tipos detrás de mí, porque también ahí los va a superar, en ese sentido.

Lo que pasa es que, justamente, la Revolución Industrial deja atrás una clase ociosa, como eran los nobles, y provoca el paso al mundo moderno, el trabajo adquiere otra centralidad. Ése es el tema, no es tampoco que Hegel y Marx se iluminaron en un momento, es que también, de alguna manera, son hijos de su tiempo, el mundo les permitió el campo nutricio para ese tipo de filosofía, que no podría haber surgido en el siglo VIII a.C. Otra vez la relación entre objeto y sujeto. Para poder hacer una filosofía con centro en la angustia, estoy angustiado, estoy angustiado, es lógico que surja en los bares parisinos de 1943, porque en esos bares todo el mundo está angustiado, porque los alemanes metieron el pie ahí, porque parece que todo carece de salida, ¿se entiende? O sea, sin ver una linealidad extrema, de que porque hay esto todos tienen que pensar así, hay una relación que es evidente entre marco social y pensamiento filosófico. ¿Vos querías decir algo? Porque vamos a seguir con el texto…

A: Vos decías del trabajo… puede ser, también, consecuencia de toda la evolución que hubo después de la influencia del cristianismo en la Edad Media, la aparición de una reforma, con Lutero y Calvino.

GP: Sí, son fenómenos relacionados, dale, terminá…

A: Y el cristianismo…

GP: Más que nada tiene que ver con una clase social en ascenso que está más ligada a la producción de lo que lo estaban los nobles. El mundo moderno tiene que ver con la aparición de la producción de mercancías en gran escala. Valor de uso, valor de cambio, valor. Por eso, justamente, es una clase social a la que le va interesar descubrir América, el comercio relaciona, transforma la cultura, tiene que ver con esto, por eso esta filosofía también es la filosofía del yo, del sujeto.

Bueno, volvamos al texto. “Pero al mismo tiempo…”, ¿estamos ahí?, es donde habíamos dejado, si todos hacemos el esfuerzo, después tenemos un mes de vacaciones, “…la cosa es para él algo independiente”. Esto se lo podemos contar a un pibe de tercer grado y nos dice: pero esto ya lo sé. Porque ¿qué nos está diciendo? Que vos sos Juancito y el pizarrón es el pizarrón, es más, si te chocás te va a doler, porque es un objeto. No era como decía el obispo Berkeley, que en realidad los objetos no existen si yo no los percibo, y lo refutaron tirándole una piedra que le dolió, ¿viste que la piedra tiene existencia? Lo que pasa es que es una forma medio grosera de refutarlo. Pero también es independiente de él, lo que pasa que el tipo (Hegel) te lo advierte tantas veces que es independiente de él porque él mediante el trabajo se va a dar cuenta de que no es tan independiente, pues el pizarrón también está en él; en la Gioconda también está Leonardo, él se muere pero el cuadro queda. Los hijos sacan cuadernos del padre del colegio, el padre ya está cremado, pero están sus dibujos del colegio. En ese objeto está el padre.

Permítanme una digresión, que tiene cierta relación con lo que estamos trabajando. Hay una película, Toy Story III en donde los protagonistas son los juguetes, que son objetos, y la capacidad de la película es que hace ver que los objetos son sujetos también. Dense el gusto, vean el film, aunque parezca algo adolescente, pero es profundo eso. Cuenta que el protagonista, ya grande, se va a la Universidad y ¿qué hacemos con los juguetes?, ¿qué hago con los objetos? Se pregunta y la conclusión es que en el objeto está también él, porque le cuesta desprenderse del juguete, lo que para algunos puede ser una mera regresión infantil. Yo me acuerdo que cuando vi Toy Story 1 me emocioné, porque había soldaditos que yo tenía cuando jugaba de pibe. Y los perdí. Y les puedo asegurar que si mañana paso por un local y veo soldaditos así, entro y me compro uno. El tipo me va a decir ¿cuántos años tenés, jovato? Tengo los que tengo. Pero, por ahí, por vergüenza, digo que son para mi sobrinito. ¡Ma qué para mi sobrinito, son para mí! Porque en el soldadito también estoy yo. Porque al instrumento, a la cosa, la significatividad se la da el hombre, el sentido. (Se produce una animada y acalorada charla multitudinaria, que como siempre, no se entiende nada. Algunos hablan de recuerdos familiares y álbumes, de abuelas y abuelos, quemados… Los álbumes, no las abuelas).

Hay dos categorías hegelianas: finitud e infinitud. Bueno, ¿hacemos un esfuerzo y avanzamos un poquito? Sí, por eso, estamos girando sobre la cosa, mientras yo me quedo tranquilo porque lo entendieron. El texto ¿qué dice? A ver, “…la cosa es para él algo independiente, por lo cual no puede consumar su destrucción por medio de su negación, sino que se limita a transformarla”. O sea, no puede consumar, vieron que ahí distingue destrucción y negación, hay una distinción ahí, porque dice “no puede consumar su destrucción”. El roble no queda destruido, queda transformado, queda superado, si se quiere. Pero está muy bien, ahí queda entendido lo que… “Por el contrario, a través de esta mediación la relación inmediata se convierte para el señor…”, ahí se está poniendo en el papel de filósofo, de guía, “en la pura negación de la misma o en el goce”. Vamos despacito. A través de esta mediación, acordamos que es una mediación, el placard no surge espontáneamente, el pastel no surge inmediatamente. Necesita una mediación, dice, a través de ésta, abandona el siervo, siempre es un escenógrafo que va con la cámara y se mueve de un actor a otro, por eso dice, para el señor, en la pura mediación de la misma o en el goce. Lo pone como sinónimos, claro, cuando se come el pastel lo está negando, ahí lo está destruyendo, pero también sirve para fortificar el cuerpo. Cuando le decimos a nuestros hijos pequeñitos: comé el postre que tiene calcio. O puede jugar también como metabolismo del sujeto, o en el goce. Imaginemos la escena, el tipo comiendo esa cosa que está mediada, que la pidió, se la trajeron, se la comió, o en la cama disfrutando, en el goce, ahí goce juega como sinónimo de deseo animal, meramente animal, porque el deseo humano también tiene como presupuesto el goce.

No es que Hegel sea aséptico o que reniegue del goce, lo que pasa es que el problema es quedarse en el mero goce, ése es el tema. Porque el tipo después de comerse tres flanes y no querer más, se puede sentir vacío ahí, espiritualmente, se estaciona, tuvo su apetencia, lo destruyó, qué rico estaba el flan, ¿y después de eso qué? Me pude acostar con la mujer que todos añoran, lo que la apetencia no lograra lo logra él: acabar con aquello y encontrar satisfacción en el goce. Le bailó el hula-hula en la cama, ¿y después qué? (Héctor hace un comentario sobre que prefiere el reggaetón y se largó el jolgorio) ¿Será erótico el reggaetón? Qué sé yo.

Bueno, ¿avanzamos un poquito más? Estábamos en el goce, “lo que la apetencia no lograra lo logra él: acabar con aquello y encontrar satisfacción en el goce”. Vieron que dice lo mismo, pero de distinta manera, acaba con el pastel, lo apetece y lo logra, porque la apetencia sería: yo miro el pastel a través de la vidriera, no puedo consumirlo, pero él lo va a lograr, lo mira en la vidriera y lo consume. Fíjense, satisfacción en el goce, no en el reconocimiento; en el goce, es la satisfacción animal. El amo está más cerca de la animalidad, no de la espiritualidad, también haciendo aclaración de lo que significa espiritualidad en Hegel. “La apetencia no podía lograr esto a causa de la independencia de la cosa”, la cosa es independiente, o la comprás o te la hacés servir: “…en cambio el señor, que ha intercalado al siervo entre la cosa y él, no hace con ello más que unirse a la dependencia de la cosa”, pues depende de la cosa, para su satisfacción depende de la cosa, hay una dependencia, como nosotros necesitamos el oxígeno, es el presupuesto biológico, “… y gozarla puramente…”, fíjense en el adverbio, gozarla puramente, solamente gozarla, “… pero abandona el lado de la independencia de la cosa al siervo que la transforma”.

Bueno, ahí está lo que a Marx le interesaría, porque dice que el lado de la independencia de la cosa pasa por el siervo que la transforma. Él dirá, paso mañana a las doce para recoger el otro pastel, pasaré mañana para repetir el goce, ¿estamos María y Carlos ahí, sí? Sé que están hablando de lo mismo, pero ¿estamos metidos ahí? Salteamos unos rengloncitos, me voy casi al final de la 118, ¿vieron que hay un “Pero”? Aquí viene una cosa importante, bueno, todo es importante, no vamos ahora a descubrirlo, dice: “Pero…”, ahí la traducción al español, pero, sin embargo, “… para el reconocimiento en sentido estricto falta otro momento”. Ustedes ya saben cuál momento va a faltar, ¿o no? Porque no dice para la apetencia, para la satisfacción por el goce, dice para el reconocimiento, “… el de que lo que el señor hace contra el otro lo haga también contra sí mismo, y lo que el siervo hace contra sí lo haga también contra el otro. Se ha producido solamente, por tanto, un reconocimiento unilateral y desigual”. Solamente se puede reconocer el sujeto con otro sujeto. Y él choca con un objeto, choca con el objeto que es la cosa, y con el objeto que es el siervo. Y efectivamente, lo que hace contra el otro lo hace contra sí mismo, porque él interiormente, al no ser reconocido como objeto, pasa por su cabeza que es un objeto también. Es como dos momentos, está la satisfacción… pero lo hemos dicho acá, está la satisfacción por la destrucción de la cosa pero también hay un vacío ahí. Entonces, es unilateral y desigual, porque el único que se cree sujeto es él, pero no tiene reconocimiento, y en realidad no es sujeto. Para ser sujeto tiene que ser reconocido, el sujeto es intersubjetivo, en esta concepción. Acá hay una ruptura con los principios del liberalismo, porque vieron como dije lo de Smith. Smith diría: la libertad, la satisfacción del hombre es fundamentalmente individual, son como compartimentos estancos, mi libertad termina donde comienza la tuya, en realidad, forzando la palabra, en el liberalismo es el vivir, es el ego, y en esta concepción, es el convivir, es el nosotros, ahí hay una distinción, en el liberalismo son las mónadas, los átomos. Es la reivindicación del ego y del yo, porque acuérdense, era un yo que estaba muy ahogado por el período anterior, donde la polis, la Iglesia, ahogaban el yo. Generalmente, cuando lo universal planea sobre el particular y lo ahoga, son momentos en que el particular quiere sacar la cabeza afuera. ¿Estamos de acuerdo?

Ésa es una explicación. También está la explicación meramente mercantil: que, obviamente, en esta sociedad moderna hay competencia, todos compiten. En realidad, en la sociedad moderna el valor principal es la competencia, no la solidaridad. Solidaridad, y con todo respeto por lo que voy a decir, solidaridad es para la gilada, para la foto, pero en realidad es la competencia; vos si tenés que vender a tu vieja, la vendés (bue… un poco fuerte esta frase, ¿no?), si vos tenés que trampear, que jugar sucio, jugás; es lo que Hobbes en un momento llamó la lucha de todos contra todos, es eso. Es la selva. Yo soy Pepsi y vos sos Coca Cola, vamos a luchar a muerte. Porque (mi maldad de siempre) en la sociedad capitalista el Dios es éste: “$” Es el fetiche, ante éste se inmolan todos. Se acuerdan lo que decía Discépolo: “El verdadero amor murió en la sopa”. O Fontanarrosa: “Billetera mata galán”.

Manuel insiste en irse para allá, a ver, adónde quiere llegar Manuel, Marx diría: por supuesto, tenemos que tener esperanza, pero sepamos que el sujeto es éste, “$”. Hay una esperanza, pero la esperanza radica en que el otro se ponga como sujeto. Toda la esperanza, en esta cosa medio milenarista de Marx, si se quiere, yo no creo que sea milenarista, pero voy a utilizar ese término,milenarista o utópica de Marx, es que justamente el que éste, el capitalista, puso como objeto (el trabajador), se ponga como sujeto. Vivo en un mundo alienado, donde el sujeto es el dinero, te quedan dos caminos: el de Nietzsche y Heidegger, por un lado. Vamos a hacerlo así, empecemos por Nietzsche, si el sujeto es el dinero, la salvación queda para una aristocracia, nada más; los superhombres que puedan evadir eso. Heidegger diría, el sujeto es “$”, estamos todos de acuerdo, por eso de alguna manera somos filósofos que no se llevan bien con la modernidad. Y entonces ¿qué hacemos?, volver al mundo premoderno ¿vieron dónde termina Heidegger? Vivía en la Selva Negra, y termina en el budismo zen.

Y el de Marx, que diría: la salida es la revolución proletaria internacional, miren, te tira ese proyecto por la cabeza, la revolución obrera internacional, a escala planetaria. Es como decir tómeme o déjeme, es eso lo que plantea Marx. O sea, hay un sujeto que es la clase trabajadora, justamente, por lo que acaban de estudiar de Hegel, el burgués, además de engendrar capital, engendra clase trabajadora. Después tendremos que ver si hay más trabajadores de delivery que obreros industriales, si son de servicios o de industria. China son 200 millones de asalariados, Marx estaría chocho en su tumba con ese dato, ¿Y cómo puede ser que 5.000 dominen a 200 millones? ¿Quién me hace comprender esto? Y, algo tendrá que ver la conciencia, algo tiene que ver que los 5.000 están como sujetos, y los 200 millones, no, ése es el tema. Cada filósofo va a encontrar una respuesta, un proyecto, o el escepticismo también. Porque si alguien dice, Discépolo murió bastante angustiado, “Cambalache” es expresión de eso, esto siempre fue así en el 510 y en el 2000 también. Es falso eso, es falso, porque hubo señores que no tenían esto (golpea el pizarrón, pero no se ve qué indica),ahí Discépolo es medio hegeliano, es atemporal lo que dice, es antropológico, como que el hombre ya nació con “esto”, bajo una pirámide social, no es así. Esto también te puede llevar al escepticismo. Todos tenemos un momento escéptico, está bien, esto es así; Heidegger nos dice que nos hagamos budistas; el otro dice de la clase trabajadora; el otro dice no sé qué; el otro habla del nuevo hombre Zaratustra; pero yo ya me fundí, mi vida se va agotando y el mundo sigue igual, te volvés escéptico, o entrás en la esquizofrenia.

A: Pero si vos sabés todo eso y te enterás tarde de todas esas cosas, el valor que tienen es que conocerlas para poder de alguna manera transformarlas… al ser humano no le gusta o no lo comparte, si no se hizo nada de fondo en los últimos dos mil años y seguimos así (y se pierde un poco, no se capta bien).

GP: No, no es que no se hizo nada, digo, que sé yo, la humanidad sufrió, vivió transformaciones (aquí va a ser difícil rescatar algo ya que se armó un cachengue de ésos),mirá, el miércoles que viene vas a estar festejando la Revolución Francesa, está bien, volvemos a la discusión, no fue todo transformado, sigue habiendo pirámide, digo, no es un mundo igual al anterior… (el mismo chico continúa, pero no se entiende)… No sé, para la Iglesia, que tenía tantos acres de tierra y para el rey que le cortaron la cabeza, no sé, no fue una cosa más (alguien dice que no pudieron contra la Iglesia). Hay una razón de ser, otra vez el tema histórico acá, hay una razón de ser. La Revolución Francesa nunca podía haber instalado una verdadera igualdad, una verdadera fraternidad, creer en eso es una utopía, nunca. Hay explicaciones para eso, ¿por qué no la instaló? No la instaló porque la burguesía era una clase propietaria también, era un estamento no privilegiado, que le jodía que estuviera el noble, sí, pero era una clase propietaria que explotaba trabajo ajeno también, entonces ella, que dirige ese proceso bárbaro que es la revolución, va a tirar una pirámide abajo y va a construir otra pirámide, con ella en la cúspide, claro. Digo, para que no nos llame la atención, para que no le adjudiquemos a determinados individuos el resultado final al que se llegó, “como la revolución la hizo Robespierre, que era de Escorpio, si la hubiera hecho el otro que era de Virgo hubiéramos estado mejor”. Por supuesto que es falso eso. Claro, es una clase propietaria, y las clases propietarias, justamente, tienen un antagonismo porque tienen, debajo de ella, una clase no propietaria a la cual le extraen plusvalor, entonces ahí está la razón. Sería muy ingenuo pensar que va a existir igualdad, sí, a ver, hay una igualdad ante la ley, bueno, el zarrapastroso y el que tiene cuatro casas van a votar, un voto cada uno; pero al volver del cuarto oscuro, uno va al palacio y otro a la villa.

A: La canción de Serrat…

GP: “Fiesta”: vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza, o sea, en este momento del sufragio, ahora también valoremos esto (en el mundo feudal no había ni siquiera eso) nos igualamos, el rico y el pobre. Se acuerdan la materia de la UBA, Sociedad y Estado (se daba, o se sigue dando, en el CBC),vos dijiste qué logro, nos igualamos en el ámbito del Estado, y hasta por ahí nomás, todos lo sabemos. Nos igualamos en el ámbito del Estado, somos todos iguales ante la ley, si meto la mano en la lata yo, que tengo fortuna, y la mete el que no tiene nada, la ley tendría que castigarnos a los dos por igual, somos todos iguales, como dice la Constitución: los privilegios y fueros de nobleza quedaron abolidos, pero vieron, todos hacemos “así” con la cabeza. Dice, se abolieron los títulos de nobleza, si sos el conde de Artois no podés tener preeminencia sobre un vulgar Ramírez, pero vamos a hacerlo al revés, si sos descendiente del conde de Artois pero ahora sos un perejil y Ramírez es un presidente petrolero, vemos cómo pesa más Ramírez, cómo cambió… ahora el que más pesa es éste, es la “aristocracia del dinero” como decía Marx. (Algo que no se entiende… y hablan todos) Che, los invito volver al texto… (ni bola te dan, Guille)

A: No la vamos a terminar más… ¿vos te podés quedar hasta las ocho? (el Guille pone una cara entre risueña e indignada)

GP: Bueno, el último punto de la 119 (ficha 6), antes de entrar a “El temor” y confío que nadie quede alucinado. “La verdad de la conciencia independiente es, por tanto, la conciencia servil”. Aquí es Hegel el que habla y esto Marx lo firmaría a dos manos; la verdad, la libertad, la superación humana están por el lado del siervo, no por el lado del amo, y Nietzsche diría no, está por el lado del amo, y vieron que todos se pelean por este capítulo IV. Nietzsche diría, ¿el siervo?, ma qué transformación, el siervo lo que busca es el rebaño, con todo respeto a Nietzsche, ustedes saben que es un pensador muy anticristiano, y va a decir, ma qué independencia del siervo; éste está buscando una religión que lo consuele, está buscando una religión bien rebañega, es durísimo ahí. Esto, como en El Anticristo, es muy duro ahí y él le encontraría un porqué, y es que Hegel, en definitiva, tampoco rompió a fondo con el cristianismo, entonces todos terminan en esto, diría el bueno de Federico. Marx diría “tiene razón este tipo, es verdad, el futuro de la humanidad depende del siervo, no del amo”. Tres renglones más abajo dice:

 

“Pero, así como el señorío revelaba que su esencia es lo inverso de aquello que quiere ser, así también la servidumbre devendrá también, sin duda, al realizarse plenamente, lo contrario de lo que de un modo inmediato es; retornará así como conciencia repelida sobre sí misma y se convertirá en verdadera independencia”

En lo inmediato el amo se cree sujeto pero no es, “así también la servidumbre devendrá también, sin duda, al realizarse plenamente”. Está el verbo “devenir” y él hace como una apuesta. Entonces dice: devendrá, acuérdense de las categorías aristotélicas, acto-potencia, devendrá acto, ¿qué es lo que devendrá? Plenamente lo contrario de lo que de un modo inmediato es, porque de modo inmediato ¿qué es? un objeto. Entonces devendrá lo contrario de lo que es; el objeto devendrá sujeto, y lo miro a Manuel, y permítanme esta pequeña digresión, es la apuesta de Marx en El capital, que es un libro científico, pero hay dos o tres paginitas en las que Marx no puede con su genio y tiene que meter esta apuesta política. Porque en todos los textos de Marx siempre está la apuesta política y Marx dice “escribí todo este libro para demostrarle que el siervo es un objeto, pero devendrá, sin duda, en sujeto”; la apuesta es, justamente… permítanme esta digresión con Marx, voy a tratar de ser breve ahí. En un sentido, Marx nunca rompe a fondo con este hegelianismo que él tenía, ¿por qué?, porque él diría entonces que el trabajo, la aparición de las fábricas, la explotación, etcétera, iban a ayudar en la formación de la conciencia del trabajador, ¿me siguen ahí? Vieron cuando Hegel dice “sin duda devendrá”, ¿qué está diciendo el tipo?, que sin duda hará tantos pasteles, tantas camperas, tantas mesas, que ese trabajo formativo lo elevará como sujeto. ¿Estamos de acuerdo? En Marx, que muere en 1883, hay mucho de esto; él es más optimista que pesimista, en realidad. Él diría que la burguesía crea sus propios sepultureros, como en el Manifiesto Comunista. Hay más fábricas, el capitalismo se desarrolla, hay fábricas en la India, en Argentina, hay un proceso medio como lineal quizá, donde el objeto se podrá poner como sujeto.

Después la realidad demostró que es mucho más difícil y sinuoso eso, en aquella antropología de Hegel no estaba, pero sí va a estar en la realidad: que es que el otro que es sujeto, el capital, va a impedir por todos los medios que vos te pongas como sujeto. Por eso, esa transformación es la más difícil de todas, porque la nobleza tampoco quería que la burguesía se pusiera como sujeto. Sí, pero la burguesía tenía plata e instrucción. O sea que su triunfo era en todo sentido más fácil de llevar a cabo, la burguesía había horadado la parte económica de la nobleza, le había serruchado el piso económicamente, el rey le tenía que pedir préstamos a la burguesía, que compraba los títulos de nobleza, y una vez hecho esto, ahora va por el control político, por la toma del Estado. En términos de Marx, la revolución proletaria es más difícil, porque el trabajador trabaja muchas horas y tiene menos tiempo para instruirse. Pero, a pesar de eso, Marx termina siendo optimista, ¿se entiende la figura? Es como imaginar: donde hay un descampado pusieron una fábrica, la fábrica se va a poblar de trabajadores, los trabajadores van a salir con pancartas y después irán a Balcarce 50, y después de Balcarce 50 van a sacar a los que están ahí… no fue todo tan lineal, en realidad. Porque el otro te va a poner trabas de movida, el otro te va a marcar como un jugador de fútbol, te va a tirar al río, te va a secuestrar, te va hacer desaparecer, te va a corromper, te va a pasar plata por debajo del escritorio, todo eso te va a hacer, exagerando (y como siempre la gran discusión gran).

O podríamos decir, y cierro con esto, voy a decir una cosa polémica, podríamos llegar a la conclusión de que el sujeto que Marx identificó como portador de transformación no se demostró capaz de esa tarea, el sujeto que eligió Marx se demostró incapaz, faltó a la cita histórica cuando tendría que haber entrado a escena, y esto llevaría a otras polémicas, como hay algunos que se impacientaron porque no salió a escena y entonces lo quisieron reemplazar con otros sujetos. Claro, si no pudo ser con éstos, será con los campesinos, si no con los guerrilleros que van al monte, si no con los lúmpenes ¿se entiende? Marx diría: no hay guerrilleros, no hay comandantes, no hay campesinos que valgan como sustitutos, el sujeto es la clase obrera industrial, hegemonizando al resto de los explotados, claro. Es así, tómenlo o déjenlo. Marx en ese sentido es bastante duro, “el idiotismo de la clase rural”, exclama cuando ve al campesino, tiene frase durísima: el campesino lo que más quiere es el papelito de la escritura que dice “ésta es su parcela de tierra”, no es una clase revolucionaria. Podríamos llegar a esta conclusión: el sujeto no quiere que se eleve, no quiere que el objeto devenga sujeto.

Volvamos al texto, si uno dice seguro que no devendrá, también es una afirmación categórica; seguro que no devendrá, no va a salir de la alienación, siempre se va a quedar en crisálida y nunca va a ser mariposa. Siempre se va a quedar en las puertas de la subjetividad y nunca va a arribar, en verdad, no lo sabemos, nadie lo sabe, es una apuesta ahí. Pero ¿por qué lo traigo a colación? Porque de alguna manera vieron que el capítulo IV, y nosotros abordamos esta temática, porque si nosotros nos metiéramos más a fondo con el deseo y la apetencia nos iríamos para el lado del psicoanálisis. ¿Qué es el deseo, qué son los sueños? Bueno ahí ya se abre otra problemática. Si quisiéramos abordarlo por ahí, abandonaríamos esto. Mucha gente que da cursos sobre Freud y Lacan tiene que pasar por acá, porque es imposible no pasar (no se capta… y se arma el cachengue).

Yo tengo en parte algo de culpa de este cachengue porque traje la asociación, pero guardemos esto para agosto, con Marx y Nietzsche van a salir más naturalmente estos temas. Vamos a darnos un gusto todos de terminar el capítulo IV… (risas a granel, y algunos aplauden).La Lógica quedará vaya uno a saber para cuándo.

Miren, a ver, cuando termina este capítulo IV, el tipo lo que hizo en realidad es dar todo el pantallazo y lo que debería ser, el término que utilizó él, inevitable, porque dice sin duda como que es inevitable. Dice, vamos de vuelta: “…sin duda… retornará a sí como conciencia repelida sobre sí misma y se convertirá en verdadera independencia”. Ahí en realidad cierra todo el capítulo. El punto b, que es “El temor” y el punto c, “El trabajo formativo” (La formación cultural), es contar cómo lo va a lograr. Ahí te cuenta cómo termina la película, vos viste la película y ¿cómo termina? Y, que va a ganar el siervo. Ganar significa que él va a ser independiente, él va a ser sujeto. Su conciencia va a repeler esta objetualidad, se va a dar cuenta, llega un momento que se pone como sujeto. El punto que sigue es cómo va a llegar a eso, es el camino. Vieron la línea entre medios y fines, entre camino y resultado. Y dice: para llegar a la independencia, para llegar a ser sujeto, hubo que pasar por el temor, por la angustia, hubo que pasar por ahí.

Voy a tratar de no irme; fíjense que en Marx… si vos le preguntabas a Marx, ¿sabés algo de economía? ¿Economía? El Marx de 1843 ni un corno sabía de economía. Y difícilmente sepa algo, porque a mí no me cae muy bien la economía, diría. Pero hay algo que me emparenta con los trabajadores, que es su sufrimiento, porque yo no soy de la clase trabajadora, pero hay algo que en la cabecita me da vueltas. Yo camino por París y veo gente durmiendo debajo de los puentes, y me provoca dolor e indignación. O sea, hay primero una empatía, no tanto por lo científico o por lo económico, si el tipo produce plusvalor… no, no es por eso. Es un sentimiento, se da cuenta de que el otro sufre, hay algo ahí, hay una primera identificación por el sujeto, que es más moral que científica. El tipo no entiende nada, el tipo iba a ser abogado porque el padre quería que lo fuera, después sale doctor en filosofía. La economía era un libro cerrado para él. Va a ser Engels el que le dice “che, vos tenés algo en común conmigo, a mí también me da indignación que haya gente revolviendo la basura para comer, pero querés que te diga una cosa”, le dice Engels a Marx, “si vos querés modificar las cosas, con los buenos sentimientos no alcanza”. Porque con los buenos sentimientos andá a tirar bombas aquí en la esquina y hacer eso no sirve para nada. Matás al zar y ponen al príncipe, matás al príncipe y ponen al hermano del príncipe. Entonces vamos a tener que estudiar qué es la economía, cómo funciona, el sistema que provoca que haya tipos que tienen veinte casas y otros duerman debajo de los puentes y revuelvan los cestos para hallar restos de comida. Porque hay una lógica ahí, una lógica oculta ahí, y Marx entonces se pasa veinte años de su vida diciendo: “Cómo me gusta leer a Shakespeare, pero tengo que perder tiempo leyendo a los economistas burgueses”. Ése es el tránsito. Pero hay una primera identificación que tiene que ver con lo que dice acá, o sea, ese sujeto primero pasa por el sufrimiento. Y en algunos, justamente en Hegel, también hay una empatía emocional. Está el tipo que goza con la mano “acá” y el otro le da la uva, y el tipo que ve que está sufriendo por el que le da la uva. Entonces, no lo vamos a leer todo, no se asusten.

Después de un punto y seguido, en la 119, casi abajo, dice: “En efecto, esta conciencia se ha sentido angustiada…”, esto es muy profundo, lo podemos tomar para el lado de Heidegger, para el lado de la filosofía existencial. Si ustedes lo dijeron ya, lo que vamos a leer ahora ya lo dijeron ustedes al comienzo de la clase, nosotros lo vamos a leer con palabras de Hegel. Y a mí me pone contento, porque ustedes están leyendo de pe a pa el capítulo IV de la Fenomenología de Hegel. No, en serio, están leyendo no lo del profesor fulanito que les dio… no, están leyendo la Fenomenología de Hegel, íntegro el capítulo IV, me mira Héctor, pero es así. Miren, tenemos mejores herramientas para entenderlo: “…no por esto o por aquello…”, cuando vos tenés un sentimiento encontrado sobre esto o aquello, estás más cerca del miedo, no es angustia todavía, es el miedo, es el miedo porque me cambiaron la fecha del parcial y en vez de tenerlo el 10 lo tengo el 5. La angustia es más que el miedo, si fuera una escala para medir la erupción de los volcanes, sería una escala más alta. Y dice “…no por este o por aquel instante…”, es lo que acabo de decir, “…sino por su esencia entera, pues ha sentido el miedo de la muerte, del señor absoluto”. Porque a ver, vamos de vuelta; miedo le puede tener al otro que se puso, o que se pone como amo, a ése le tiene miedo, pero ante la muerte tiene angustia. El miedo ante el otro lo hace ponerse de rodillas, pero de la muerte quiere huir, no se quiere morir porque sabe que la muerte es el fin de todo. Se acuerdan de la película de Bergman, El séptimo sello, donde juega al ajedrez con la muerte, es una película medio densa, bueno, Bergman en sí no es un director fácil, pero nos dio la ocasión de conocer a Bibi y Harriet Anderson, que son hermosísimas, y con eso justificó toda su densidad (risas). Bueno, ahí juega esta idea de la muerte… Woody Allen hace un cuento muy gracioso de la muerte, él la invita a jugar y el partido se demora casi eternamente; es eso, porque el otro es el señor absoluto, sabe que si perdés no hay más partido, no hay día de mañana. En esta concepción.

A: En Juan Moreira también juega con la muerte…

GP: Qué bueno, no me acordaba de eso, está bueno que lo incorpores… Favio tiene pocas películas, pero todas son excelentes, aunque por distintos motivos (se menciona un director que hizo una película sobre la muerte pero no se entiende el nombre…) No, no la vi, pero es un tema recurrente en este texto de 1807, y antes, por supuesto. Bue, ¿estamos ahí?, bien: “Ello la ha disuelto interiormente…”, ¿se acuerdan de lo que hablamos hoy de la resignificación del carajo, disculpen el término? Lo ha disuelto interiormente, ser sujeto no elimina la objetualidad, ser sujeto tiene que ver con la acción, con lo espiritual, sí, pero tiene que estar encarnado en un cuerpo, ¿vieron la unión entre sujeto y objeto? Vos te ves diluido interiormente, o sea que el libro que subrayaste, la canción que te aprendiste, todo se resignifica ahí, pero te estás por morir, hay una angustia existencial, dirían los Heidegger, los Jaspers y los Sartre del siglo XX. Bien, como vieron a veces en Hegel, es como si dijera: pará que te voy a decir lo mismo pero de otra manera, te voy a poner un sinónimo. Dice “la ha hecho temblar en sí misma…”, acuérdense que utiliza el femenino porque habla de la conciencia, pero está hablando del ser humano, del sujeto, “…y ha hecho estremecerse cuanto había en ella de fijo”. ¿Vieron?, tres formas distintas de decir lo mismo.

“Pero este movimiento universal puro, la fluidificación absoluta…”, aquí si estuviera Dri diría el cagazo, él pediría perdón, es muy tímido, diría te fluidificaste, es la diarrea, eso lo tomé de Rubén y todos lo entendimos, “….de toda subsistencia es la esencia simple de la autoconciencia”, o sea, es la esencia simple porque uno diría que autoconciencia es que el otro tiene que ser un sujeto que me reconozca, sí, pero tiene que estar vivo, ése es el presupuesto de todo. De ahí parte el derecho natural, donde el primer derecho humano es el derecho a la vida, antes que la libertad, porque para poder ser libre, primero tenés que estar vivo. Se acuerdan que los otros días yo comenté la consigna, “antes muerto que esclavo”. Acá sería al revés: ¿cómo antes muerto que esclavo? Esto es muy interesante de analizar también, Marx también diría antes esclavo que muerto, esta idea de la muerte tiene otras vertientes ahí (algo se dice pero no se capta).Sí, pero eso llevaría a otro taller, pero está esta cosa, estuvo tanto en la derecha, fundamentalmente en la derecha, como en algunas corrientes de izquierda. El revolucionario es el que da la vida por la causa, revolucionarios vivos queremos, no muertos. Obviamente, la muerte es una eventualidad, sí, pero no es que se la busque, ¿se entiende? Ahí hay una cosa profunda. Si a veces conviene retroceder para pegar un envión más fuerte, pero nunca que te maten, nunca entregarte, pero bueno, verán que ahí tenemos y se puede disentir con esta afirmación…

A: En casi todos los himnos siempre está la palabra muerte…

GP: Claro, “o juremos con gloria morir”; también, sería medio embromado decir en un himno “si viene el otro me entrego” (bueee, la vena cómica del Guille hizo explotar el aula). Los dirigentes sindicales de principios de siglo muchas veces decían: no vamos a votar ir a la huelga, porque no están las condiciones dadas. O sea, a veces hay que votar no ir a la huelga, no hay que salir. Eso llevaría a otro tema, porque todo es un equilibrio, porque nunca van a estar todas las condiciones dadas, entonces no salís nunca, jamás está el triunfo asegurado de antemano. Bueno, volvamos al texto. Estábamos con la muerte. “La absoluta negatividad, el puro ser para sí, que es así en esta conciencia”. Ahí está diciendo lo mismo, es el presupuesto. ¿Se acuerdan que cuando definía al sujeto decía la pura y simple negatividad?

“Este momento del puro ser para sí es también para ella, pues en el señor dicho momento es su objeto. Además, aquella conciencia no es solamente esta disolución universal en general, sino que en el servir la lleva a efecto realmente; al hacerlo, supera en todos los momentos singulares su supeditación a la existencia natural y la elimina por medio del trabajo”

Ahí, también de un tirón, te da el final de la película, vamos despacito. La conciencia o el sujeto, para no perder su existencia natural, ¿qué hace? Se pone como siervo, su existencia natural, ahí está bien empleado el término, entonces dice en el servir la lleva a efecto realmente”. ¿Qué es lo que lleva a efecto realmente? Que pueda subsistir, es verdad, es un miedo biológico que tiene el siervo, es una angustia biológica. ¿Nietzsche qué va a decir? El amo no le tuvo miedo a la muerte, fue para adelante, en cambio aquél no, a éste le agarró tal cagazo de que pudiera perder en la batalla que prefirió servir. Ahora ¿qué dice el texto? “Al hacerlo, supera en todos los momentos singulares su supeditación a la existencia natural y la elimina por medio del trabajo”. Al hacer ese hecho “supera”; otra vez las categorías: anula y conserva. ¿Qué quiere decir? Que va a superar su mera existencia como objeto y la va a eliminar mediante el trabajo; te está contando otra vez el final de la película. O sea, esto que pareció una agachada, hubo primero que agacharse para poder ser sujeto. Hubo primero que acceder al servicio, pero el final de esto, en esta concepción, está la independencia. A otro le decís: no, es un cagón, disculpen la expresión, bueno, ¿se ve?

Ya termino. Y el último momento es la formación cultural, él dice que “… el miedo al señor es el comienzo de la sabiduría”. Ahí puede confundir el término miedo, ¿no? Pero el tipo es muy preciso ahí, el miedo al señor es una cosa y la angustia ante la muerte es otra cosa, pero ahí van las dos de la mano. Como dirían los hermanos Espósito, primero hay que saber sufrir, como la letrística tanguera, primero hay que saber sufrir, primero hay que pasar por acá; toda alegría, toda independencia que no pase por ahí es superficial, algo que a Nietzsche también le gusta, él tiene una cosa horrible, dice que las mujeres no pasan de ser superficiales, es terrible. Es un misógino…(y se pudrió todo… ¡cómo están las chicas!)Entonces, es el comienzo de la sabiduría (sí, pero algunas aún protestan): “… la conciencia es en esto para ella misma y no el ser para sí”. La conciencia va a ser para ella misma, eso lo va a tomar después Marx, para el tema de conciencia de clase en sí y clase para sí, o sea, es una clase para otro, pero todavía no es para sí. Como verán, Marx está permanentemente con la terminología hegeliana. La clase trabajadora es una clase para el capital. Pero todavía no es una clase para sí. No lo voy a leer todo, juega un ida y vuelta con el amo… disculpen que esté un poco apurado ahora, acá está hablando del amo.

“Pero esta satisfacción es precisamente por ello algo que tiende a desaparecer, pues le falta el lado objetivo o la subsistencia”. ¿Qué quiere decir? Que la satisfacción del goce del amo, si falta el pastel, no hay satisfacción. Bien, punto seguido ahora, va para el lado del siervo, vieron este juego de ida y vuelta. “El trabajo, por el contrario, es apetencia reprimida, desaparición contenida…”, esto es bien hegeliano, y van a ver que los primeros textos de Marx imitan la forma de escribir incluso, porque en realidad hay un juego de términos opuestos ahí.

Vamos despacito. Acá la definición del trabajo, ¿el trabajo qué es? Apetencia reprimida, porque vos podés tener la apetencia del roble, pero te tenés que reprimir, porque si destruís todo el roble, después no podés tener el placard, entonces ésa es una apetencia reprimida. Si vos te comés toda una materia prima que te servía para hacer un producto o una torta, entonces… o sea, es una apetencia pero la tenés que reprimir, y van a ver que en la otra definición dice lo mismo pero invirtiendo los términos, porque dice desaparición contenida, porque desaparece pero se contiene en otro. Es profundísimo esto. Justamente, mediante el trabajo hacés esta experiencia, acuérdense que es la experiencia de la conciencia, de esto el amo no entiende nada. El amo le dice “siervo, tráeme el pastel”, y no está el pastel y ya está, se acabó el amo ahí.

Hay una novela de Sábato donde el que lleva el diálogo es un diariero con muy poca instrucción que había tenido charlas con un anarquista, y habla con un protagonista, que después en la novela va a crecer como personaje. Una pregunta que le hace él al pibe es: ¿vos te pusiste a pensar qué sería de la vida, de la humanidad, sin trabajo ni trabajadores? Es un diálogo medio socrático, porque él lo fue llevando para hacerle parir la respuesta. Y el otro responde: “No podría ser una sociedad sin laburantes”; el tipo te cuenta en la novela que él siente satisfacción, porque era lo que quería que el otro le respondiese, entonces dice, sorbe un mate, hace una pausa y le pregunta: ¿te imaginás una vida sin patrones?, y el pibe dice: “Ahí no pasaría nada”. Está bien, puede ser exagerado, la Argentina de 2001 y 2002 tiene 100 fábricas recuperadas, y es un ejemplo que no conviene que se difunda, porque si vos difundís que una fábrica puede funcionar sin eso, hay un problema ahí. (No te puedo decir qué es “sin eso”, ¿serán los patrones?)Que igual va a tener que convivir, vos hiciste eso, una cooperativa, tenés que convivir en un mar de competencia capitalista. No es el ideal todavía. Pero es un proceso que conviene no difundir y que van a tratar de trabar y de que no avance.

El amo, si no tiene el pastel, ya está, no se realiza, no hay nada, ya está. Y es más, como el amo tiene esa concepción aristocrática, él lo sentiría como una humillación, agacharse para revolver la tierra a trabajar. Él sí preferiría morirse. ¿Cómo, voy a tener las manos callosas, voy a tener que trabajar, voy a sudar? No, él prefiere la muerte ahí. Él, como diría Weber, prefiere conservar el status, sigue con su juego de porcelana, pero ir a trabajar, jamás. Entonces, dice, la verdadera superación viene por la conciencia servil .Bueno, y termino, chicos: “Este término medio negativo o la acción formativa es, al mismo tiempo, la singularidad o el puro ser para sí de la conciencia…” La acción formativa va a ser de la conciencia, la conciencia va a llegar a ponerse como conciencia por esta acción formativa, “…que ahora se manifiesta en el trabajo fuera de sí y pasa al elemento de la permanencia; la conciencia que trabaja llega, pues, de este modo, a la intuición del ser independiente como de sí misma”. Yo diría que ahí está lo central.

Déjenme entrar en una más de la 120, para que les quede otra vuelta de tuerca:“Deviene, por tanto, por medio de este reencontrarse por sí misma sentido propio, precisamente en el trabajo, en que sólo parecía ser un sentido extraño”. Encontró sentido propio en su hacer, en su acción formativa. Esto es formidable, el tema del trabajo, sea manual o sea intelectual, se reencontró a sí misma, o sea, tuvo que sufrir, le salieron canas verdes (algo se dice de que aconsejan trabajar para evadirnos de los problemas profundos que tiene el ser humano). Acá hay un sentido más antropológico, está bien lo que vos decís, pero acá es más profunda la cosa, es filosófica la cosa. Sí, está bien la aclaración que hace ella, porque uno puede decir que está bien para tener la cabeza ocupada, hago esto o aquello; pero no, acá, el trabajo, en ese sentido, es ponerse como sujeto. La satisfacción, vos te encontraste “realizado” entre comillas allí, o sea, ¿qué sentido tiene la vida? Que vos hagas, autoproduzcas cosas, que te objetualices, que inventes objetos. Podés crear música, un medio de transporte, esa acción formativa. No se conocen ruiseñores ni antílopes que hagan antibióticos ni la Gioconda, eso es lo que él está revalorizando.

Marx le diría: señor Hegel, este trabajo ¿qué características presenta ahora en el capitalismo? Bueno, ahí, dice “precisamente en el trabajo, en el que sólo parecía ser un sentido extraño”. Y ahí él roza el problema, porque dice “ser un sentido extraño”, pero se da cuenta de que trabajando se pone como sujeto. “Para esta reflexión son necesarios los dos momentos, tanto el del temor y el del servicio en general como el de la formación, y ambos, de un modo universal”. Acá suena medio como recetario, pero olvidémonos de la palabra recetario, el tipo está diciendo, otra vez, que para llegar a la independencia, para llegar a la verdadera libertad, para llegar a ponerte como sujeto, son tan necesarios el momento de temor como el de servicio. El miedo, el servicio y el acto formativo, en forma universal. “Sin la disciplina del servicio y la obediencia…”. Disciplina puede ser un término que nos cause antipatía, por ahí, o por ahí lo asociamos a lo militar, y sin embargo es importante la disciplina. Sí, pero disciplina es la que pueden tener ustedes de venir todos los encuentros, disciplina en ese sentido, autoimpuesta. Esa imagen del genio creador que nunca estudia, que está iluminado, eso es un cuento, es un cuento del tío eso, se requiere la disciplina, el método, tachar, rehacer, etc.

Seguimos: “… el temor se mantiene en lo formal y no se propaga a la realidad consciente de la existencia”. Eso es muy importante, porque si el temor se mantiene en lo formal, vos, por ahí, evadiste esa angustia, te drogaste, es terrible lo que estoy diciendo, pero el temor va a estar en lo formal, sigue estando ahí, ésta es brava. Sí, porque a alguno la angustia lo vence, por ahí necesita calmantes, quedaría anclado, el temor se va a seguir anidando ahí. “Sin la formación el temor permanece interior y mudo, y la conciencia no deviene para ella misma”. Podemos cerrar con esto. Es casi de noche, una noche de un taller y de un día agitado, para decirlo con las palabras de los “filósofos” de Liverpool. Chicos, hemos llegado a leer el capítulo IV. Ahora a tomarse un descansito invernal. Hasta la vuelta. (¡No sé qué aplauden si nos ha reventado la cabeza!)

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