• En un nuevo ataque de ese peligro llamado regla fiscal, el servicio de emergencias 911 advirtió que podría dejar de operar a partir del 1 de abril.

Johan Madriz

En un nuevo ataque de ese peligro llamado regla fiscal, el servicio de emergencias 911 advirtió que podría dejar de operar a partir del 1 de abril por las limitaciones para ejecutar recursos en gastos de operación. En esta ocasión se trata de la imposibilidad de pagar una deuda de ₵77 millones con el ICE por el servicio de telecomunicaciones.

En 2021 la institución atendió 3,3 millones de casos, pero las restricciones presupuestarias le han impedido crecer al mismo ritmo. Se ha tenido que suspender el funcionamiento de una nueva aplicación o la contratación de mas operadores. Declaraciones de la directora del servicio, Elena Amuy Jimenez, a La Nación daban cuentas de esto: “La semana pasada llegamos a tener colas de hasta 40 llamadas a la espera de ser atendidas debido a que producto de la restricción no podemos crecer en plazas operativas, que son la esencia de esta institución”.

El sistema 911 se encarga de atender y coordinar las alertas de emergencias en el país, desde accidentes y emergencias naturales hasta violencia de género, atención a la niñez o maltrato animal y se financia a partir de un impuesto específico de 0,75% sobre los recibos de telecomunicaciones.

Al ser su presupuesto ligado a un impuesto específico no debería verse afectado por los límites de crecimiento instruidos por la regla fiscal, ya que no recibe una transferencia de recursos del gobierno central. Sin embargo, el criterio del Ministerio de Hacienda es que no importa la procedencia de los ingresos, deben ajustarse.

La regla fiscal es un mecanismo arbitrario de contención del gasto aplicado por el gobierno para asegurar la sangría de recursos hacia el pago de la deuda, a costa de sacrificar los servicios estatales necesarios para mantener unas mínimas condiciones de vida para los sectores populares. Hay que luchar para romper la regla fiscal e imponer un sistema tributario progresivo donde sean las grandes empresas y las fortunas las que paguen.