- Chaves afirmó que en su renegociación del acuerdo va a “añadir aderezos” y manifestó “la posibilidad de mejorar la Ley de Empleo Público”.
Johan Madriz
En su primer día como presidente electo Rodrigo Chaves dejó en claro que el acuerdo con el FMI sigue y se profundizará. Al respecto comentó que lo negociado por el actual gobierno fue “poco ambicioso”, por lo que, “con el Fondo vamos a mantener los objetivos. Queremos revisar el paquete y negociar para arriba”.
El acuerdo suscrito por Carlos Alvarado hace parte de una hoja de ruta en la reestructuración estatal y del sistema impositivo del país. Dentro de los proyectos que componen ese paquete el principal, sin duda, es el de la Ley Marco de Empleo Público (recientemente aprobada) que implica un ataque completo a las condiciones laborales y salariales de las trabajadoras y los trabajadores del sector público.
En el último informe de evaluación del programa de ajuste fiscal presentado el 25 de marzo el organismo señaló que a pesar de que “no ha habido suficiente consenso hasta la fecha para aprobar medidas de ingresos en la Asamblea Legislativa” los objetivos del programa “parecen estar cómodamente al alcance incluso sin estas medidas”. De esta forma, estiman que al 2023 se registrará un superávit primario de 1,3% del PIB, cuando el objetivo era de 1% del PIB.
Esto se sustenta en el enorme ajuste en el presupuesto nacional, con recortes al gasto y la inversión, producto de la aplicación de la regla fiscal, además, de los réditos del plan fiscal aprobado en 2018. El año pasado se alcanzó un récord de recaudación tributaria de ₵5,6 billones, cuyo principal componente son los impuestos indirectos, por ejemplo, solo el IVA aumentó en ₵730 mil millones con respecto al 2018. Es así como se reportó un déficit primario de 0,3% del PIB, sobrepasando la meta que correspondía al 1,7% del PIB.
Es pertinente apuntar que el acuerdo con el FMI tiene un componente de ajuste económico evidente, no podía ser de otra forma cuando se pacta con un ente que es agente directo del imperialismo y que tiene como objetivo aplicar las recetas neoliberales en el mundo. Sin embargo, también posee un elemento político, quizá más relevante por sus implicaciones en la lucha de clases, que tiene que ver con golpear la organización sindical y establecer una reforma regresiva ejemplarizante. Es así como se explica que justo después de la aprobación de la Ley de Empleo Público el Fondo anunciara que ya no hace falta avanzar con ningún otro proyecto.
Por supuesto, ese no es el animo del gobierno ni de Chaves. El ministro de Hacienda y la ministra de Planificación ya aseguraron que continuarán impulsando el paquete de medidas presentado, dentro de las que se incluye el gravamen al salario escolar. Por su parte, Chaves afirmó que en su renegociación del acuerdo va a “añadir aderezos” (sin especificarlos) y manifestó “la posibilidad de mejorar la Ley de Empleo Público”.
Es indiscutible que el próximo gobierno será un continuador de las políticas de ajuste y su discurso populista de “renegociar” o “replantear” políticas será en una sola vía, hacia la derecha, hacia profundizar los ataques a los sectores populares y recargarles la carga del pago de la deuda. Es por esto por lo que es indispensable organizarse contra el ajuste y el FMI, para lo cual una primera acción debería ser rechazar la toma de posesión de Chaves movilizando desde los sectores de izquierda, feministas, estudiantes, ecologistas, sindicales de base, etc. de forma amplia y unitaria el próximo 8 de mayo.
