El gobierno va esbozando más delineadamente su camino que, en términos generales, sigue el trazo grueso del ajuste y la aplicación de la regla fiscal. A este respecto el ministro de Hacienda Nogui Acosta señaló que el próximo año habrá un presupuesto de ajuste: “el pago de intereses se comió la regla, entonces vamos a tener un presupuesto que es igual al de este año”.

Desde la aprobación de la regla fiscal en 2018 el presupuesto nacional viene disminuyendo de acuerdo con las disposiciones de esa normativa y muchísimos programas e instituciones han sufrido enormes recortes. En complemento al Plan Fiscal se han aprobado muchas disposiciones de “contención del gasto”, como la Ley Marco de Empleo Público que ataca los salarios y las condiciones de trabajo de las y los funcionarios.

Adicionalmente, el gobierno impulsa una reforma constitucional que pretende sobreponer el principio de estabilidad financiera por sobre los otros preceptos, de esta forma, en los hechos, se instaura una regla fiscal constitucional para pasarle por encima a todas las obligaciones del Estado, incluso el texto elimina el deber de garantizar la continuidad de los servicios que brinda.

La reciente decisión de modificar el reglamento de la regla fiscal para permitir un aumento en el gasto es solo una jugada precautoria. Con ello se incrementa mínimamente el margen de gasto y se cumple el objetivo político de contener un poco el malestar social que la severidad de los recortes está provocando. Esto le permite descomprimir a ciertos sectores para concentrarse en lo que Chaves considera esencial.

Desde la campaña electoral el presidente dejó en claro que pensaba profundizar el acuerdo con el FMI. Al respecto Acosta aclara que “esa ampliación significa ir más allá de un tema de ingreso y gasto, ir más al tema de eficiencia, a la reforma del Estado”. Este es justamente el objetivo primordial del gobierno: avanzar en contramedidas de enorme profundidad. Así, con el pragmatismo de un buen técnico burgués, el ministro acota que: “nos parece que es más relevante en estos momentos ser un buen francotirador, que una ráfaga de disparos al aire”.

La mirilla de ese rifle esta puesta en la inversión social que es uno de los sectores mas golpeados. Una de las áreas mas vulnerables es la educación que este año recibió un ajuste de más de ₵200 mil millones, a pesar de eso el planteamiento es que “nosotros hablamos de 8% en la educación, pero cada vez tenemos menos niños”. Indudablemente por ahí vendrán ataques.

A este gobierno no le basta con “socarle la faja” a los sectores populares, sino, que demanda más. Para hacerse una idea de la magnitud de los recortes adelantados por Carlos Alvarado incluso el FMI señaló que se están sobrecumpliendo las metas fijadas en el acuerdo. Esto se logró a costa de desempleo, pobreza, inflación, devaluación, desigualdad y precarización. Nada de esto importa porque para el ministro “con un poquito de dieta y ejercicio, no tenemos problema”

A contramano, el tema de la deuda continua como si nada. Es el único rubro del presupuesto que aumenta sin limites y que consume la mayor parte de todos los recursos. Acosta apuntó que “el otro año vamos a tener que hacer pagos muy importantes de deuda, el 26 de enero hay que tener $1.000 millones para hacer un pago de eurobono”. De la mano, en la Asamblea Legislativa transita un proyecto de ley para autorizar la emisión más de $12 mil millones en deuda externa.

El problema fiscal no es producido por los salarios o las pensiones, eso es pura ideología burguesa. El problema radica en un Estado que privilegia a los empresarios, en un sistema impositivo regresivo que tiene al IVA como principal generador de recursos, que endeuda al país, que exonera a los sectores más dinámicos como lo son las zonas francas, etc. La única forma de detener estas medidas de ajuste es mediante la organización por abajo y la lucha en las calles contra este gobierno y el FMI.