¿Negociar o luchar? El fracaso de veinte años de la estrategia de “negociación” de las burocracias

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  • El “modelo de lucha” burocrático de sentarse a dialogar con el gobierno no funciona, hay que salir a las calles contra el FMI.

Johan Madriz

Esta aseveración es contundente. La dirección desastrosa de las burocracias sindicales en las últimas décadas hace parte integral del revés que sufre la clase trabajadora del país en estos momentos, en ese sentido, se les debe atañer su parte de responsabilidad por el ajuste del gobierno.

El “modelo de lucha” burocrático que privilegia sentarse a dialogar con el gobierno no funciona y únicamente le permite a este institucionalizar las luchas, mientras por detrás continúan con los ataques, tal como sucedió con las movilizaciones contra el FMI; mientras las dirigencias tomaban café con los ministros, el presidente pactaba con el Fondo.

Mesas de diálogo convocadas por el gobierno

De esto da cuentas el Informe del Estado de la Nación (IEN) 2021: “el llamado al diálogo permitió, por un lado, des-escalar la curva ascendente de acciones colectivas a lo largo del territorio nacional, y por el otro, reorientar las acciones del nivel confrontativo hacia el plano institucional. Gracias a ello, la Administración recuperó capital para gobernar y, probablemente, mantuvo la viabilidad del acuerdo funcional”.

Esa estrategia lobista ha demostrado ser un fracaso. Las burocracias no confían en la fuerza de la clase trabajadora. Cualquier acción de lucha es arrancada por las bases y siempre tratan de contenerla para reencausarla hacia las vías institucionales. Este es un terreno de la muerte, no es el área de lucha de las trabajadoras y los trabajadores, sino la del gobierno que en formalismos, tecnicismo, consultas y reuniones maniobra, baja la presión y promete ambigüedades para finalmente continuar el ajuste.

El IEN señala que “en ese sentido, el diálogo se utiliza como estrategia de contención de conflictos de interés público, más que como repertorio para resolver problemas”. Para dimensionar aún más el asunto, el PEN realizó un análisis de los procesos de dialogo durante los últimos 20 años y concluyó que “no fue posible encontrar una experiencia de diálogo social que pudiera resolver un problema y atender los intereses de las partes”.

Es así como los distintos gobiernos han avanzado en la profundización del modelo neoliberal en Costa Rica. Durante las últimas dos administraciones este fenómeno se exacerbó aún más, de la mano con el acuerdo con el FMI, que sirve de garante para avanzar en las medidas que vienen a empobrecer y precarizar las condiciones de vida de quienes trabajamos. Por esto, luchar contra el acuerdo y sus proyectos de ley es una tarea central en lo inmediato. Desde el Nuevo Partido Socialista hemos intervenido en las calles y en las elecciones en este sentido, colocándonos como el único partido que sostuvo esta posición como uno de sus ejes principales durante la campaña electoral.

La receta de siempre no sirve. La única vía para detener los ataques es mediante la confianza en el poder de la clase trabajadora. Hay que limpiar los sindicatos de esas burocracias añejas que están paralizadas y temerosas. Hay que renovarlos con personas jóvenes y luchadoras, que asuman una conducción en representación de los intereses de su clase, tomando decisiones democráticas y no confiando ni un segundo en ningún gobierno de la burguesía. Hay que organizar una campaña con todos los sectores luchadores anticapitalistas para salir a luchar en las calles contra el FMI y el gobierno.

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