La pandemia crece, la guerra social sigue

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  • Los capitalistas siguen avanzando con su agenda de recortes, ajustes, endeudamiento y aumento del costo de la vida, todo contra los de abajo. La guerra social no se ha detenido ni un minuto.
  • Debemos salir a luchar por la liberación de las patentes de las vacunas y para que se aceleren las campañas de vacunación para toda la población.

Deby Calderón Vega

El aumento exponencial de casos por Covid-19 en los últimos días está a punto de dejar el sistema de salud en colapso. La ocupación de las camas de cuidados intensivos alcanza el 95%. Los casos han escalado hasta los 2.781 el jueves 29 de abril, además de 15 nuevas muertes en las últimas 24 horas. Según el ministro de salud, a este ritmo en una semana tendríamos 4 mil contagios nuevos (1). La situación es tan preocupante que el país supera las tasas de contagios por cada millón de habitantes a países que han sido los principales focos de la pandemia como Brasil, Estados Unidos e India (2).

Ante el colapso sanitario el gobierno capitalista de Carlos Alvarado llama a las cámaras empresariales para “consultarles” sobre las medidas restrictivas que piensan implementar; no vayan a enojarse quienes les financian las campañas políticas en un año preelectoral. Mientras tanto, a los de abajo nos recetan más desempleo, hambre y pobreza, pues para el gobierno ni para los empresarios nuestras opiniones y problemáticas valen.

Los empresarios capitalistas hablan de “tener un balance entre la economía y la salud”, ¡vaya mentira! Sus intereses son la acumulación de riquezas a pesar de la pandemia, porque no se puede conseguir un “balance” cuando miles deben salir a la calle a buscar sustento diario ante la precariedad, el desempleo y el hambre. Ni al gobierno ni a los empresarios les interesa la salud de las mayorías, y a pesar de eso no llegaron a un acuerdo sobre las medidas dictadas por el primero (3).

Para ser honestos, los responsables del exponencial aumento de casos son los mismos capitalistas, quienes han presionado y decidido que la economía siga como si no atravesáramos una pandemia. El gobierno nacional ha impuesto un “sálvese quien pueda”, una respuesta individualista que no responsabiliza ni al Estado ni a las grandes empresas millonarias, y que asume que todas las personas poseen los recursos materiales y culturales para responder a la pandemia, nada más irreal.

Mientras tanto, la agenda de los de arriba avanza sin oposición en la Asamblea Legislativa ni en las calles. La Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa recientemente dictaminó positivamente el préstamo con el FMI por $1.778 millones, ahora queda en manos del plenario su votación. Asimismo, el proyecto de empleo público para atacar las condiciones de vida de la clase trabajadora avanza lento pero firme. En cuestión de unos meses podrían aprobar ambos proyectos.

Esto muestra claramente una realidad: a pesar de la pandemia los capitalistas siguen avanzando con su agenda de recortes, ajustes, endeudamiento y aumento del costo de la vida, todo contra los de abajo. La guerra social no se ha detenido ni un minuto. Por abajo la resistencia y organización no ha logrado responder a los ataques de los capitalistas, y con el miedo y la desmovilización hemos retrocedido la intensidad de las luchas.

Las burocracias sindicales y la “izquierda” adaptada del Frente Amplio no han sido referentes de oposición contra las medidas del gobierno. Por el contrario, contribuyen al miedo con sus posiciones derrotistas y desmovilizadoras. Si la guerra entre las clases no se ha detenido, ¿por qué detener nuestras luchas? Aprendamos de “los elefantes” autoconvocados de la salud en Neuquén de Argentina, que recientemente conquistaron un aumento salarial después de dos meses de dura huelga, pasándole por encima a sus dirigencias sindical burocráticas (4).

Por el contrario, deberíamos salir a protestar cada vez más, con todas las medidas sanitarias y sin miedo al aire libre, que las calles nos esperan para ser el terreno donde le oponemos al gobierno una agenda alternativa desde abajo, desde los sectores explotados y oprimidos de la sociedad. Hoy con mucha más razón debemos salir a presionar al gobierno patronal para que se posicione por la liberación de las patentes de las vacunas, consigna que levantan sectores crecientes en todo el mundo. Hay que presionar por la vuelta a la virtualidad de la educación mientras se controla el aumento de los casos y para que se apresuren las campañas de vacunación para toda la población.

Todo esto debe ser financiado con impuestos directos a las ganancias capitalistas, de las empresas millonarias y de los sectores productivos que, a pesar de la crisis, siguen aumentando sus ganancias. Que paguen las cadenas de supermercados, las fincas de monocultivos, los call centers, las zonas francas, las aplicaciones de reparto y transporte de personas, las grandes farmacéuticas… Que se les impongan impuestos solidarios ante la crisis para financiar programas sanitarios, de vacunación, de educación y alimentación para todas las personas de los sectores trabajadores y populares.

Notas:

1. Teletica. https://www.teletica.com/noticias/contagios-siguen-imparables_284705

2. Amelia Rueda. https://www.ameliarueda.com/nota/contagio-covid19-costa-rica-supera-brasil-india-eeuu-noticias-costa-rica

3. Monumental. https://www.monumental.co.cr/2021/04/29/empresarios-se-oponen-a-restricciones-anunciadas-por-el-gobierno-y-reprochan-falta-de-consenso/

4. IzquierdaWeb.com. http://izquierdaweb.com/ganaron-los-elefantes/

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