- Para el 2022 se estima que la deuda total alcanzará lo ₵29.85 billones, el equivalente al 74% del PIB.
Johan Madriz
El problema de la deuda no hace más que agravarse y Carlos Alvarado ajusta y ajusta para pagar cada centavo. Durante los próximos cuatro años (2022-2026) se vencen títulos del gobierno por ₵9,6 billones ($15.400 millones), ese monto no incluye los intereses. Esta cifra es semejante al total del presupuesto del gobierno central para el 2020.
Para el 2022 se estima que la deuda total alcanzará lo ₵29.85 billones (unos $48 mil millones), el equivalente al 74% del PIB, y se destinará el 43,2% del presupuesto en el servicio de la deuda. El 2023 tendrá una cifra histórica de vencimientos por $4.160 millones que incluyen una emisión de $1.000 en eurobonos realizada por el gobierno de Laura Chinchilla. Posteriormente en 2024 los vencimientos serán por $4.100 millones.
Los diferentes gobiernos de los últimos años han endeudado al país para mantener los privilegios de los sectores empresariales. Solo entre 2008 y 2018 el endeudamiento publico pasó de 24% del PIB al 54%, colocando al país como el segundo en América Latina con mayor porcentaje de pago de deuda.
Solo en el 2020 hubo un crecimiento nominal de 11,26% y alcanzando los ₵29,79 billones. La deuda interna creció un 10,02% a ₵22,19 billones y la deuda externa llegó a $12.335,53 millones con un incremento de 7,16%. Durante ese año se aprobaron cuatro préstamos externos por $1.401,69 millones.
Mientras esto sucede el gobierno solo avanza en una dirección, la del ajuste sobre los ingresos y las condiciones de vida de los sectores populares. Así, por ejemplo, se implantó el IVA que es un impuesto regresivo que grava el consumo, afectando mas a quienes menores ingresos tienen. También, se impuso la regla fiscal que es un mecanismo técnico arbitrario que pasa la guillotina sobre el presupuesto del gobierno llevándose por delante los gastos en inversión social.
Al mismo tiempo Carlos Alvarado firmó el acuerdo con el FMI que es una soga al cuello para la clase trabajadora. A cambio de $1.800 se empeñó el país con las exigencias de este organismo, lo cual implica un fuerte recorte en el presupuesto, ajustes en los salarios y las pensiones y, por supuesto, nuevos impuestos.
El gobierno y la burguesía en general quieren hacer ver que solo hay un camino, el del ajuste, pero eso no es cierto. Hay otra opción, una anticapitalista donde se suspenda inmediatamente el pago de la deuda externa y la que se encuentra en manos privadas. Es una vía en favor de los sectores populares para pararle la mano al gobierno que esta atacando la salud, la educación, la vivienda, entre muchas otras áreas.
