
Compartimos este video generado desde el Tercer Encuentro Nacional de Personas Afectadas por los Agronegocios acerca del cambio climático y el Plan Nacional de Descarbonización.
Del 8 al 10 de octubre se realiza en Costa Rica la PreCOP 25 una reunión preparatoria a la Conferencia de las Naciones Unidas cobre el Cambio Climático que se realizará en diciembre en Chile y que tiene como objetivo darle seguimiento a los Acuerdos de Paris sobre el cambio climático.
Las convenciones internacionales por el clima y el ambiente son un fracaso total, que después de varios acuerdos y tratados internacionales por el clima (Acuerdo de París, Protocolo de Kioto o el Acuerdo de Río), nada realmente importante han logrado revertir en términos de generación de gases de efecto invernadero, contaminación, destrucción ambiental, etc.
Por el contrario, son irrespetados por los intereses económicos que priman en la toma de decisiones de los estados funcionales a las grandes empresas, tal y como hizo Donald Trump en 2017 al anunciar el abandono de los Estados Unidos del Acuerdo de París que supuestamente pretende evitar que el incremento de la temperatura global sobrepase los 2°C (3). Este país es uno de los más contaminantes del mundo, por lo que su salida del acuerdo simplemente demuestra el fracaso de estos.
La crisis ecológica y climática es producto de un sistema económico enfocado en la explotación insostenible de la naturaleza, que prioriza la generación riqueza para las empresas y que socava el equilibrio del medio natural y humano. Un sistema en función del mercado y las empresas y contrario al bienestar del ambiente y de la sociedad.
El gobierno de Carlos Alvarado es parte de la misma problemática, pues busca presentar al país ante la comunidad internacional como “verde”, en función de un mercado de turismo extractivista y desigual. La realidad es otra: Costa Rica no es un país verde, se regala el agua a empresas para sus negocios, no se toman acciones contra las piñeras que talan ilegalmente áreas protegidas para sus cultivos, el tratamiento de aguas y residuos es un completo desastre en todo el país, somos el país que más consume agrotóxicos a nivel mundial, las áreas protegidas están en abandono y la complicidad con las empresas destructoras es lo normal.
Hay que construir un ecologismo anticapitalista, que se plantee la tarea de resolver la crisis ecológica y climática de la mano de la clase trabajadora, bajo criterios de producción ecológicos y que enfrente los intereses del capital.