Construyamos la izquierda anticapitalista en Costa Rica

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Para enfrentar los ataques de los gobiernos y diputados que representan al empresariado, las cámaras patronales y los sectores conservadores, es fundamental impulsar a la izquierda anticapitalista. El Frente Amplio (FA) ya demostró que no es una opción para la clase trabajadora y los sectores populares. Durante los últimos gobiernos la cúpula de este partido demostró los límites de su proyecto reformista: electoralismo, adaptación al régimen y servilismo político.

Las diputadas y los diputados del FA no han colocado sus curules en función de denunciar y organizar la lucha contra el enorme plan de ajuste de la burguesía, por el contrario, se han asegurado ser una “izquierda propositiva” con lo cual terminan colaborando directamente con el gobierno y traicionando las banderas de la izquierda revolucionaria.

Esta orientación es manifiesta en las posiciones de sus dos principales figuras. Patricia Mora formó parte, durante dos años y siete meses, del gobierno de Carlos Alvarado, el más ajustador en décadas. A pesar de que cada tanto le realizaba alguna critica al gobierno, se mantuvo como ministra mientras se aprobaba el Plan Fiscal, que es un saqueo a los bolsillos de los sectores trabajadores. Asimismo, no avanzó ni un milímetro en la despenalización y legalización del aborto, supuesta reivindicación con la que justificaba su permanencia como presidenta ejecutiva del INAMU. Fue con la movilización de sectores feministas luchadores (de los que ella no formó parte) que se logró la aprobación del protocolo del aborto terapéutico.

Por su parte, José María Villalta, en su calidad de diputado, no rechazó la injerencia del FMI en el país, sino que simplemente se limitó a exigir más impuestos progresivos. Cuando se desataron protestas en todo el país contra ese acuerdo asumió una postura desmovilizadora llamando a deponer las protestas. Con la pandemia renunció a ser oposición apelando a la “unidad nacional”, de esta forma cerró filas con el gobierno votando medidas contra la clase trabajadora y en beneficio del empresariado, tal como la ley de reducción de jornadas, que precarizó a miles de personas.

A pesar del honesto apoyo que diferentes sectores luchadores le han conferido al FA, lo que les llevó a tener la tercera bancada legislativa más numerosa en el periodo 2014 a 2018, su estrategia es de confianza en el sistema. Un sistema manejado y en función de las clases poseedoras. 

La consecución de representación parlamentaria no debe estar en función de hacerle el juego a la democracia burguesa (democracia de los ricos), sino en ser una oposición constante y servir para desnudar la podredumbre del Estado, al mismo tiempo que se utiliza esta palestra para agitar y promover la organización y movilización de la clase trabajadora.

Por eso, desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) planteamos:

  1. Impulsar a la izquierda por una alternativa anticapitalista y luchadora, que plantee la pelea en las calles por los derechos de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. 
  2. Hacemos un llamado a las bases honestas y luchadoras del Frente Amplio a romper con su dirigencia y sumarse al proyecto anticapitalista y socialista del Nuevo Partido Socialista (NPS). Misma invitación le extendemos a los sectores trabajadores, estudiantiles, campesinos, indígenas, jóvenes, mujeres, etc. que deseen luchar para cambiar el mundo.
  3. Los representantes de la izquierda deben colocar sus puestos en función de las luchas sociales y por tanto deben rendirle cuentas periódicamente a los sectores en lucha.

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