A 23 años de la lucha contra el Combo ICE

El COMBO marcó un punto de ruptura en la situación política nacional, puesto que abrió una coyuntura de resistencia antineoliberal a nivel nacional que se extendería y profundizaría con la lucha contra el TLC.

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Este artículo fue publicado originalmente en ocasión de los diez años de las protestas.

Por primera vez en décadas el país vio aparecer protestas simultáneas en diferentes puntos del país y con participantes de extracción múltipleEl pasado martes el ministerio de Seguridad Pública reportó al menos 40 acciones de protesta.En la primera crisis social que enfrenta el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez, hubo un muerto, gases lacrimógenos, golpes, heridos y detenidosla policía disparó contra una protesta la madrugada del martes e hirió de bala a cinco personasAl menos 30 guardias civiles han recibido pedradas, más de 50 estudiantes han sido detenidos momentáneamente y decenas de manifestantes recibieron golpes en las acciones de limpieza policial. (1)

Esta era la imagen que manejaba el periódico La Nación –principal órgano de la burguesía costarricense- sobre la coyuntura nacional que se abrió a partir de las jornadas de lucha contra el COMBO ICE. Y no es para menos si se considera que por alrededor de tres semanas el país estuvo sumido en la más intensas lucha de los últimos cincuenta años.

Por medio del presente artículo queremos explicar la significación política que tuvo la lucha del COMBO ICE, o lo que es lo mismo, denotar hasta que punto fue una ruptura en la situación política del país y los aprendizajes políticos del mismo.

 

El contexto previo al COMBO ICE

Tras la guerra civil de 1948 y al calor de los nuevos reacomodos del ajedrez político internacional en el marco de la Guerra Fría, en Costa Rica el sector de la burguesía encabezado por José Figueres y Alberto Martén sentaron las bases del “estado de bienestar social” tico, el cual marcaría el desarrollo político, social e inclusive cultural del país durante los próximos cincuenta años.

Este modelo de estado benefactor hacía parte de un dispositivo político de la burguesía imperialista, que consistía en ceder “migajas de su tasa de ganancia para ser invertidas en el campo social, esto con la finalidad de mejorar las condiciones de vida en los países capitalistas y así contener los avances de los procesos revolucionarios que se estaban desarrollando en diversas regiones del orbe tras la segunda postguerra.

Para el caso de Costa Rica la implementación del estado de bienestar social tuvo además sus propios “matices”, los cuales hacían parte de los intereses estratégicos particulares de la nueva burguesía tica y los sectores medios que accedieron al control del estado a través de la guerra civil.

Entre éstos quizás el más importante consistió en el impulso de una burguesía industrial nacional, lo que se plasmó en un proyecto-país de corte desarrollista, donde el Estado y sus instituciones pasaron a jugar un rol trascendental desde toda óptica. En particular tenemos que mencionar el fuerte peso que tuvo el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que durante décadas se encargó de universalizar el acceso a la electricidad y telefonía fija a prácticamente el 100% de la población, pero que también fungió como la columna vertebral de la industrialización del país. Por este motivo, desde mediados del siglo XX el ICE se convirtió en un referente central del modelo de desarrollo costarricense.

Pero como indicamos líneas atrás, el nuevo estado que surgió tras la guerra civil no se limitó al plano de lo económico, sino que también tuvo un fuerte peso en la constitución o reconfiguración de la identidad costarricense, sobre todo con relación al papel central que llegaría a jugar la ideología reaccionaria de la “democracia costarricense” y el carácter pacifista de la población tica.

Esto tuvo como contraparte el desarrollo de un profundo sentimiento anti-comunista extendido entre amplias capas de la sociedad costarricense. Quizás la mejor forma de graficar esto, consiste en recordar que tras la guerra civil el Partido Vanguardia Popular –PC de Costa Rica- estuvo ilegalizado por casi tres décadas, y quienes fueran identificados como militantes de este grupo se exponían a ser encarcelados.

Lo anterior no se explica solamente como parte de la campaña anti-comunista posterior a la segunda guerra mundial, sino que ante todo se originó por el fuerte desarrollo que había presentado el movimiento obrero costarricense desde la década de los años veinte.

Las contrarreformas neoliberales: antesala del COMBO

Para finales de la década de los años ochenta tuvo lugar el desplome de los estados burocráticos del Este europeo y la URSS, situación que estuvo precedida por un envalentonamiento de la burguesía imperialista en todo el orbe, en particular con los gobiernos de Reagan en los EUA y Thatcher en Inglaterra.

Este terminó por modificar el orden político mundial surgido tras los acuerdos de Yalta-Postdam, dando pie a un reforzamiento del ataque de las burguesías mundiales contra la clase trabajadora, en particular por medio de la destrucción del estado benefactor cuya existencia ya no tenía justificación política.

En Costa Rica esto estuvo mediado por el desarrollo de la revolución centroamericana, sobre todo luego del triunfo de la revolución sandinista en 1979. Por este motivo, durante la década de los ochenta el ataque neoliberal en Costa Rica fue de baja intensidad, muy diferente a lo que ocurría en otras regiones del orbe –por ejemplo Chile, Estados Unidos o Inglaterra-. (2)

Pero tras la derrota de la revolución centroamericana la ola neoliberal no tardó en hacerse cada vez más fuerte en la política nacional. Ya para los años noventa con los gobiernos de Calderón y Figueres, el ataque contra los niveles de vida de las clases trabajadoras y demás sectores populares fue más categórico: reforma a las pensiones, ajuste estructural, recorte del gasto público, cierre de empresas estatales, etc.

Tras varios años de ataque neoliberal en Costa Rica la sensibilidad política de amplios sectores de la población sufrió una importante transformación. De manera contradictoria, la idealización de Costa Rica como la “Suiza Centroamericana” que durante décadas le había permitido a la burguesía costarricense conducir tranquilamente al país, terminó por convertirse en un punto de apoyo para el creciente desencanto social producido por las políticas neoliberales y la consecuente caída en las condiciones de vida de las clases trabajadoras y demás sectores populares.

Fue justamente en este punto cuando el gobierno del entonces presidente Miguel Ángel Rodríguez se decidió por impulsar la privatización del ICE, que como dijimos anteriormente, era un “símbolo” del estado benefactor en Costa Rica. Así, el 20 de marzo del 2000 la Asamblea Legislativa –controlada por el bipartidismo del PLUSC- aprobó en un solo paquete o combo los proyectos de leyes para privatizar al ICE.

A partir de este momento, el país entró en tres semanas de las más intensas y radicalizadas movilizaciones en décadas. De acuerdo a un estudio posterior del periódico La Nación, el apoyo a la lucha contra el COMBO ICE era de un 67% de la población, lo que los periodistas burgueses explicaban de la siguiente manera: “Las manifestaciones contra la aprobación legislativa del proyecto de transformación del ICE –o “combo eléctrico”– en marzo, fueron una explosión de frustración acumulada y un síntoma de la disconformidad de una mayoría de la gente con políticos y gobernantes. (3)

 

La lucha contra el COMBO ICE

No es de nuestro interés hacer una descripción de las jornadas de lucha contra la privatización del ICE, sino que ante todo queremos resaltar las principales consecuencias y lecciones políticas que generó esta lucha a nivel nacional.

En primera instancia, hay que resaltar que el COMBO marcó un punto de ruptura en la situación política nacional, puesto que abrió una coyuntura de resistencia anti-neoliberal a nivel nacional que se extendería y profundizaría con la lucha contra el TLC. Las tres semanas de movilizaciones continuas por todo el territorio nacional no fueron meramente anecdóticas, sino que marcaron un cambio en las coordenadas políticas del país.

Una buena manera de ilustrar este punto es recordando el pape preponderante que tuvieron los bloqueos como método de lucha durante el COMBO, modalidad bastante más radical que la tradicionales marchas. De hecho, esto fue apreciado con temor por la burguesía, la cual a las pocas semanas de finalizada la lucha hizo pasar los bloqueos de una contravención a un delito.

Muy ligado a lo anterior, durante esta lucha cientos de miles de activistas sindicales, populares y estudiantiles de base hicieron una gran experiencia política, que posteriormente se transformaría en parte de la columna vertebral de la lucha contra el TLC. (4)

Pero aparte de estos elementos que podemos calificar como “saludables” para efectos de la experiencia que desarrolló el conjunto del movimiento de masas tico durante la lucha contra el COMBO, también tenemos que analizar los aspectos negativos que se presentaron y desarrollaron durante la misma.

En primer lugar, el sindicalismo del ICE tuvo un rol protagónico y se convirtió en un referente nacional de la resistencia anti-neoliberal, lo que quedaría más claramente expuesto con la lucha contra el TLC. Pero lastimosamente esto se dio a partir de una conducción ultra burocrática de la lucha, donde entre cuatro paredes algunos dirigentes sindicales acordaban las orientaciones de la lucha sin consultar con sus bases.

Muy ligado a lo anterior, el surgimiento de la figura de José Merino –en ese entonces en Fuerza Democrática- como un referente de la izquierda tica se convirtió en una distorsión política de lo que realmente debe ser la izquierda socialista y revolucionaria. Durante toda la lucha contra el COMBO, Merino no sólo no dijo nada ante la conducción burocrática de la lucha por parte del FIT-ICE, sino que era parte orgánica de esa forma de conducción.

En el plano político estos dos elementos fueron determinantes para cerrar la lucha contra el COMBO en la conformación de una “comisión mixta” con el gobierno y el congelamiento de la privatización del ICE. Debido al cambio en la situación política nacional la burguesía no tuvo margen para relanzar rápidamente sus intenciones de vender el ICE, pero tuvieron su oportunidad de oro con las negociaciones del TLC.

Otro elemento importante de carácter estructural y que tuvo fuertes repercusiones política, fue que la clase obrera industrial del sector privado no intervino en la lucha, lo que de entrada restó cualquier posibilidad de poner en cuestión a la conducción de la burocracia del ICE y del reformismo, esto por el fuerte control político de los aparatos sindicales y el espíritu conservador de la gran mayoría de los empleados estatales.


Notas

(1) “Descontento saltó a las calles”. Mauricio Herrera. Lunes 27 de marzo, 2000. www.nacion.com

(2) De hecho, es reconocido que durante toda esta década el imperialismo yanqui donaba un millón de dólares diario al gobierno de Costa Rica por medio de la Agencia Interamericana para el Desarrollo.

(3) “Combo” detonó la frustración”.Mauricio Herrera. Domingo 25 de junio, 2000. www.nacion.com

(4) Junto con esto, es importante señalar que esto también se manifestó en el crecimiento de la izquierda radical en Costa Rica. Por ejemplo el trotskismo en su conjunto se desarrolló de manera importante durante y posteriormente al COMBO.

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