
Este 12 de octubre no hay nada que festejar. Los españoles llegaron al continente americano en el año 1492. Hoy no se conmemora el día de las culturas, ni el descubrimiento de América. En centros educativos constantemente esta fecha se vacía de contenido político y se le ha mal llamado día de las culturas o se embellece la invasión de los europeos en tierras americanas. En diferencia con dicha situación, compartimos estas palabras para promover el pensamiento crítico.
En América ya existían civilizaciones que realizaron aportes valiosos a la humanidad en muchos campos. Por ejemplo, en la astronomía con el conocimiento sobre las estrellas y los planetas por parte de los aztecas, la arquitectura como la construcción de pirámides que aún están en pie, o ciudades como Machu Pichu en Perú y acueductos como el de Monumento Nacional Guayabo en Turrialba y la matemática como el desarrollo del concepto del cero por parte de los mayas. El conocimiento de la medicina basadas en plantas o insumos de animales también es otro legado indígena.
La llegada de los españoles al continente americano y a Costa Rica promovió la apropiación de los recursos naturales de manera violenta durante la conquista y la colonia por parte de los europeos como las tierras, el oro y la plata. La población indígena fue doblegada en trabajos forzosos, mal pagados e inclusive por medio de la esclavitud. Las violaciones a mujeres, niñas y niños aborígenes fue común también. Los europeos también promovieron las disputas por territorios entre algunos pueblos aborígenes, altercados de los que los ibéricos salían beneficiados de manera oportunista. La iglesia católica fue una herramienta para doblegar a los indígenas.
Se promovió el desplazamiento de los pueblos originarios a territorios alejados de las ciudades y con ellos su exclusión de la sociedad, que se les negaba participación. Por ejemplo, en Costa Rica fue hasta 1991 que se le brindó el derecho de tener cédula y por tanto de votar a la población aborigen.
La opresión que han vivido los pueblos indígenas persiste desde la conquista y la colonia. Los distintos gobiernos se han lavado las manos frente a los problemas que aquejan a los pueblos originarios. El estado costarricense carece de políticas para saldar la desigualdad vivida por los pueblos indígenas. Por ejemplo, se profundiza la desposesión del territorio indígena que debería estar exclusivamente en manos de las personas aborígenes. Se desprotege a los líderes indígenas que hoy luchan por el territorio ancestral en la zona sur y su vida corre peligro. Los crímenes de líderes como Jery Rivera y Sergio Rojas permanecen impunes.
En el país aún queda pendiente por saldar la explotación y opresión que han sufrido los pueblos aborígenes que aún persisten en medio de la pobreza, los malos caminos, el difícil acceso a servicios públicos como la salud, educación, agua potable, electricidad, la expropiación de sus tierras entre otros.
El plantear que hoy es una fiesta o una celebración evita que esta sea una fecha cuando se debería promover un espacio para la reflexión contra el racismo, la segregación y la explotación a los aborígenes. Hoy es un día para recordar la valiente resistencia de indígenas representados en la figura de Pablo Presbere (de la zona de Limón) y Esteban Yapirí (de Turrialba) que organizaron lucha frente al expansionismo de los españoles. Recordemos que así como ellos y las comunidades nativas resistieron la violencia española, hoy el pueblo también se puede unir para luchar contra quienes nos oprimen y explotan.
Se requiere brindar derecho legítimo a la autonomía de los pueblos indígenas y derechos plenos como habitantes del país. Tierra, paz, derechos y soberanía sobre los territorios aborígenes para los pueblos originarios de Costa Rica y el continente americano.