Desde este martes se ha reavivado el conflicto en la zona de la Franja de Gaza. Los bombardeos israelíes en el lugar han dejado ya 25 muertos y más de 60 heridos.
El país sionista comenzó un operativo militar dos días atrás, con bombardeos en la ciudad de Bani Suheila, al sur de Gaza, que dejó 15 víctimas fatales, entre ellos cuatro niños. Israel justificó el ataque aduciendo haber asesinado a tres líderes de la organización Yihad Islámica.
Este jueves ocurrió un nuevo bombardeo a cargo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), otra vez con la excusa de ‘descabezar’ la organización considerada terrorista por Israel, Estados Unidos, Reino Unido y aliados.
Los supuestos objetivos de la Yihad Islámica han sido la excusa clásica que ha utilizado Israel los últimos años para continuar su masacre contra el pueblo palestino.
La organización armada respondió con unos 200 misiles lanzados desde la Franja, la mayoría de ellos interceptados por la «Cúpula de Hierro», el sistema antiaéreo israelí. La cantidad de misiles involucrados hace suponer que en la «respuesta» también estuvo involucrada Hamás, que como organización tiene más poder y control sobre Gaza que Yihad Islámica. Sin embargo, Israel asegura que Hamás no está involucrada en los ataques.
En estos supuestos ataques «de precisión» contra miembros de la Yihad, Israel demuestra una y otra vez que está dispuesto a cobrarse los «daños colaterales» que sean necesarios, un cínico eufemismo con el que se justifica la matanza de mujeres y niños palestinos.
