Veinte años después, Israel construye un nuevo Muro en Palestina

El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, anunció la construcción de otro Muro para aislar aún más el territorio del norte de Cisjordania.

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Articulo de sinpermiso

El miércoles, mientras la atención pública se centraba en el primer paso dado en la Knesset hacia la disolución del Parlamento y otra ronda de elecciones anticipadas (en octubre), el ministro de Defensa, Benny Gantz, anunció la construcción de otro Muro israelí para aislar aún más el territorio del norte de Cisjordania.

Hace veinte años, la primera sección del Muro se construyó en esa misma porción de tierra palestina, por orden del difunto primer ministro Ariel Sharon. Y el miércoles, al igual que Sharon entonces, Gantz habló de un “muro de protección” y de “medios tecnológicos” de vigilancia supuestamente destinados a garantizar la seguridad de los ciudadanos israelíes.

El nuevo Muro (que costará más de 100 millones de dólares) substituirá y mejorará la barrera anterior. El primer tramo tendrá 45 kilómetros de longitud y nueve metros de altura, desde Salem hasta Bat Hefer. “Queremos reforzar la protección de nuestra retaguardia”, declaró Gantz, definiendo la “retaguardia” de Israel como Cisjordania, territorio palestino bajo ocupación militar desde hace más de 55 años. Destacó los ataques armados registrados en Israel esta primavera (17 muertos), llevados a cabo en su mayoría por palestinos que viven en Yenín y en los pueblos que rodean la ciudad en el norte de Cisjordania.

Los palestinos siempre han llamado a la barrera “Muro del Apartheid” y han denunciado los numerosos efectos negativos que su construcción ha tenido en la vida de más de tres millones de habitantes de Cisjordania y, en particular, de los varios cientos de miles sometidos a severas restricciones.

Según las afirmaciones de Israel, el Muro sirvió, y sigue sirviendo, para evitar ataques. Sin embargo, en 2004, el Tribunal de La Haya condenó su construcción por su flagrante violación de la ley. Según los jueces internacionales, era, y sigue siendo, obvio que el objetivo de las autoridades de ocupación era la anexión del territorio palestino, que pasaba por encima de los objetivos de seguridad. Lamentablemente, la sentencia de 2004 no tuvo ningún efecto práctico, al igual que las posiciones adoptadas por varios relatores especiales de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios ocupados. Y 20 años después, Israel está añadiendo otros 45 km de muro, desplegando las más avanzadas tecnologías de control y vigilancia de la población en un territorio bajo ocupación.

La construcción del Muro en Cisjordania comenzó el 16 de junio de 2002. Llegó después de dos años de gran tensión y violencia tras el inicio de la segunda Intifada palestina y el uso masivo de la fuerza militar israelí en los centros de población palestinos. Como represalia por los ataques de Hamás y otras organizaciones armadas, sobre todo en marzo de 2002, Sharon respondió con el lanzamiento de la Operación Muro de Defensa, una ofensiva militar que en cuestión de días hizo que las fuerzas israelíes volvieran a ocupar todas las ciudades palestinas convertidas en autónomas por los Acuerdos de Oslo (1993-94). Durante meses, el presidente palestino Yasser Arafat estuvo prisionero de facto en la Muqata, su cuartel general en Ramala, rodeado de tanques israelíes.

En el verano de ese año se iniciaron las obras de construcción del Muro -que sigue siendo la “obra pública” más extensa realizada por Israel hasta la fecha- en medio de las protestas, principalmente, de los agricultores palestinos, los más afectados por la confiscación de tierras, pozos de agua y otros recursos naturales por parte de Israel. Completada años después, la barrera tiene ahora 750 kilómetros de longitud y consiste en parte en un muro de hormigón de ocho metros de altura, así como en alambre de espino y una valla. También está equipada con torres de vigilancia, sensores electrónicos, cámaras, puestos de francotiradores y carreteras de patrulla.

Según las ONG palestinas e internacionales, el muro israelí ha perjudicado a cerca del 50% de la población de Cisjordania por la pérdida de tierras, recursos naturales y el aislamiento de zonas enteras. Se calcula que entre la barrera y la “línea verde” del armisticio que marca la “frontera” entre Israel y Cisjordania hay decenas de miles de palestinos sometidos a severas restricciones, incluso en lo que respecta al acceso al resto de Cisjordania.

“Este nuevo Muro tampoco tiene nada que ver con la seguridad”, declaraba el miércoles a il manifesto Jonathan Pollak, fundador de Anarquistas contra el Muro, una de las pocas organizaciones israelíes que ha luchado contra la barrera, codo con codo con los palestinos, en los años posteriores a 2002. “Su único propósito -añadió- es reforzar el control y la dominación de Israel sobre los palestinos y despojarles de sus derechos y libertades. La comunidad internacional debe actuar contra estas políticas de apartheid y no ayudar a aplicarlas.”

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