Triunfo del movimiento feminista y BLM contra Trump y los antiderechos

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  • La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos acaba de votar en contra de una restricción impuesta por el Estado de Louisiana al acceso al derecho al aborto.

Por Marina Hidalgo Robles

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos acaba de votar en contra de una restricción impuesta por el Estado de Louisiana al acceso al derecho al aborto. Esta legislación local imponía que los médicos y médicas que trabajaran en clínicas donde se practicara el aborto, debían tener un permiso especialpara trabajar en algún Hospital que estuviera a menos de 50km de la clínica. Esto fue declarado inconstitucional en el primer fallo dictado por la Corte Suprema desde la incorporación de dos jueces antiderechos. Los estrépitos de la rebelión antirracista le dieron fuerza a la pelea histórica del movimiento feminista por el derecho a decidir, imponiendo un fallo progresivo en una Corte conservadora.

El derecho al aborto en Estados Unidos se ganó en el año 1973 con el histórico fallo de la Corte Suprema “Roe vs Wade”, que fue apoyado y defendido conenormes movilizaciones por el derecho a decidir. Ese año se consagró el aborto legal en todo el territorio, dejando en manos de cada estado el dictadode sus propias normativas locales que complementen o restrinjan el acceso.

Abortar en Estados unidos no es fácil. En primer lugar, existen pocas clínicas que lo practiquen en todo el país. Esto significa que muchas mujeres deben desplazarse de un estado a otro invirtiendo tiempo y dinero (la mayoría de quienes se practicaron un aborto vivían a más de 150km de donde lo realizaron). Por otro lado, son muchos los estados que no incluyen esta práctica en el Medicaid (asistencia médica para personas de bajos recursos), haciendo excesivamente cara la realización de un aborto –hay que tener en cuenta que la salud en EEUU es totalmente privada y costosa.

Como quedó al descubierto con la rebelión antirracista Black LivesMatter, que está sacudiendo EEUU, las desigualdades sociales y económicas son tremendamente profundas. Esto impacta en el acceso a la salud (la población afroamericana tiene alrededor del 22% de las muertes totales por Covid, aunque sólo representa el 12% de la población total), y particularmente en el impacto que tienen las leyes restrictivas al derecho al aborto: las mujeres afroamericanas o latinas tienen tres o cuatro veces más probabilidades de morir durante el embarazo o el parto que las mujeres blancas.

Y aunque Estado Unidos no es la panacea del ‘derecho a decidir’el fallo que legalizó el aborto en todo el territorio nacional, ha vivido múltiples ataques.

Desde la llegada de Donald Trump al gobierno, estas embestidas se profundizaron. Un ferviente militante contra el derecho a decidir, a comienzo de este año, participó de La Marcha por la Vida en Washington declarando que “Los niños no nacidos nunca han tenido un defensor tan firme en la Casa Blanca”.

La estrategia de los antiderechos es dictaminar leyes estatales que restrinjan el acceso efectivo a la práctica (no se puede prohibir absolutamente todo porque eso sería ir contra un fallo de la Corte Suprema y, por lo tanto, inconstitucional). Así, por ejemplo, en Louisina, en mayo del 2019 se votó la “Ley de los latidos”, una restricción para interrumpir un embarazo desde el momento que se escucharan latidos del feto (algo en torno a la 6ta semana). Alabama por su parte, votó la ilegalidad casi completa del aborto (sólo se permite en casos de gravísimo riesgo para la mujer).

Si bien esas legislaciones no logran torcer el brazo del fallo de la Corte Suprema, puesto que la Justicia las detiene, la intención es lograr alguna demanda por inconstitucionalidad de grupos que defienden el derecho al aborto y lograr llegar a la Corte Suprema para que ésta resuelva. Hacia finales de 2018 y comienzos de 2019, el presidente Trump nominó y logró incluir en la Corte Suprema a Neil Gorsuch y BrettKavanaugh, dos jueces ultra conservadores. Esta era la carta bajo la manga que tenían los antiderechos y con lo que apostaron derrotar el fallo Roe Vs Wade.

De esta manera, este es el primer fallo dictaminado por la nueva composición conservadora, lo que lo convierte (si bien fue una votación ajustada 5 a 4) en un punto clave en la pelea alrededor del derecho al aborto.

Pero no es causal que una cámara tan conservadora votara así. El contexto que está atravesando Estados Unidos es el de la implacable lucha antirracista que ha movilizado a cientos de miles de jóvenes, personas negras, al movimiento LGBT y a sectores de la clase trabajadora. Una rebelión profunda que hermanó distintos sectores en lucha y que más allá de sus resultados va a dejar grandes conquistas;y ésta es claramente una de ellas.

Hace 2 semanas fue aprobada una ley que prohíbe los despidos discriminatorios, ampliando la categoría “sexo”, que ahora incluiría también la orientación y la identidad sexual. Además esta ley tiene alcance federal, escapando de las trampas restrictivas locales y a los litigios individuales. Se estima que la ley beneficiaría a al menos 8 millones de trabajadores LGBT.

Al mismo tiempo, Trump tuvo otro revés al intentar desarmar el programa DAC, un programa creado por Obama que garantiza algunos derechos básicos para los llamados “dreamers”: hijos e hijas de inmigrantes que ingresaron al país siendo menores de edad. En un intento de conseguir simpatía de su base votante conservadora, Trump prometió desmantelar este programa. La Corte Suprema también falló en contra por considerar la decisión de Trump como “arbitraria y caprichosa”.

La fuerza del Black LivesMatter cuestionó todas las instituciones opresivas, la desigualdad y la injusticia que viven cotidianamente las y los de abajo. Y puso en el centro la movilización: se derribaron estatuas, se enfrentó a la policía represora, ¡obligaron aTrumpa tener que esconderse en su bunker! Las movilizaciones masivas, la solidaridad internacional y la unidad de las luchas de los y las oprimidas; le dieron un vigor a la rebelión que está logrando enormes conquistas en el camino. Esta es la fuerza que conquistó el fallo, que sienta un precedente muy importante para las legislaciones estaduales y los próximos intentos de los antiderechos. Y será el ejemplo de lucha del BLM, de la unidad de los y las de abajo, la que marque el camino para seguir peleando contra este régimen de opresión y explotación.

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