• Cada vez más funcionarios republicanos exigen la renuncia de Trump antes de terminar el mandato en diez días. Los demócratas presentarán pedido de juicio político el lunes.

Redacción

Debilitado luego del asalto al Capitolio, Trump pierde más y más aliados en el establishment republicano. A los pedidos de renuncia se sumó ahora Patrick Toomey, senador por el estado de Pensilvania que hasta hace días seguía siendo firma aliado de Trump.

«Creo que lo mejor para nuestro país es que el presidente renuncie y se vaya lo antes posible» dijo Toomey en una entrevista televisiva. Fue aún más lejos y sostuvo que el impulso de Trump de las bandas de extrema derecha en Washington DC el pasado 6 de enero fue un «delito procesable».

La también senadora republicana, por Alaska, Lisa Murkowski también pidió la renuncia de Trump e incluso se sumó al pedido de juicio político y destitución impulsado por los demócratas.

Incluso Arnold Schwarzenegger, quien fuera gobernador republicano de California, denunció duramente a Trump y comparó el asalto al Capitolio con la Noche de los Cuchillos Largos del nazismo.

Entre los altos funcionarios republicanos, más orgánicos de los intereses de los grandes capitalistas, ha crecido el rechazo a Trump por ser simplemente demasiado impredecible y peligroso para su propia estabilidad. El asalto al Capitolio estaba dirigido también contra el ala clásica conservadora del partido de Trump, que prefiere manejar los asuntos del país sin la intervención de turbas reaccionarias en la calle que los condicionen.

En la Cámara Baja, los demócratas impulsan un juicio político contra Trump que parece tener más la intención de que Trump abandone el cargo con un golpe de efecto en contra que de ser llevado a sus últimas consecuencias realmente. De ser presentado el lunes, se podría votar en la Cámara de representantes recién el miércoles. Faltando diez días para la asunción de Joe Biden, es casi imposible que el proceso destituyente pueda llegar a hacerse efectivo.

Los cargos fueron elaborados por los representantes demócratas David Cicilline, Ted Lieu y Jamie Raskin y cuenta con la adhesión de 180 legisladores. Algunos senadores republicanos, como el proveniente de Nebraska Ben Sasse, ya han anunciado que apoyarán el pedido de Impeachment.

Un notorio preocupado por el posible juicio político es Joe Biden, que ha dicho que Trump ya debería haber abandonado el cargo. Sin embargo, teme que, de avanzarse en el juicio, éste absorbería la actividad de la Cámara Alta durante las primeras semanas de su mandato. De esa manera no podría apoyarse en el Congreso para darle impulso a algunas primera iniciativas políticas y económicas, haciendo de sus primeros días como presidente inocuos para darse impulso.

Aunque difícilmente el juicio político contra Trump podría avanzar antes de que concluya efectivamente su mandato, a la larga el juicio podría significar su inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos. En un borrador del proyecto de denuncia que circula entre los demócratas y que hizo pública la cadena CNN se puede leer que se resolverse encontra de Trump, implicaría la “descalificación para ocupar y disfrutar de cualquier cargo de honor, confianza o beneficio bajo los Estados Unidos”.

Dice además: “Amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió en la transición pacífica de poder, y puso en peligro una rama de Gobierno. Por tanto, traicionó su confianza como presidente, con los daños manifiestos consiguientes al pueblo de los Estados Unidos”.

Mientras tanto, Trump no ha tenido más opción que morderse la lengua y hacer silencio frente al claro aislamiento en el que ha quedado en el sistema político oficial del imperialismo norteamericano.