• La expansión de la cepa detectada en la India ha vuelto a encender las alarmas de muchos países por la mayor contagiosidad y letalidad del virus. Por los rebrotes de contagios, en muchos países comienzan a volver las restricciones y el “retorno a la normalidad” se pospone.

Renzo Fabb

Cuando muchos países creían que la pandemia comenzaba a ser parte del pasado, la nueva cepa detectada por primera vez en India vino a arruinar los planes de retornar a la normalidad en el corto plazo.

Luego de generar una situación trágica de colapso y muerte en el gigante asiático -llegó a haber más de 400.000 casos en un día- paulatinamente la cepa comenzó a extenderse al resto del mundo. Según la OMS, la nueva cepa ya fue detectada en al menos 90 países.

Más contagiosa y más mortífera que el resto de las variantes detectadas hasta la fecha, la «cepa india» ha encendido las alarmas de las autoridades sanitarias de todo el mundo nuevamente, y ya comienzan a verse rebrotes de contagios en países donde los contagios iban en descenso.

Los estudios hechos hasta el momento indican que la variante Delta es un 60% más contagiosa que la Alfa, mejor conocida como «cepa británica».

Uno de los casos más emblemáticos de los riesgos que acarrea esta nueva cepa es el del Reino Unido, uno de los países que más avanzó en la vacunación. A pesar de ello, los casos han retomado nuevamente una senda ascendente: en los últimos siete días, los contagios han aumentado un 59% con respecto a la semana anterior.

Hace unas semanas se esperaba que se adelante el fin de todas las restricciones, pero debido a la incidencia de esta nueva cepa finalmente el confinamiento se extenderá hasta el 19 de julio.

Esta situación en Gran Bretaña implica que muchos países restrinjan la llegada de viajeros provenientes de ese país. Empezando por los países de la Unión Europea como Alemania, Francia, Portugal y España, se están tomando distintas medidas restrictivas, como la cuarentena obligatoria por catorce días o un certificado PCR negativo. En el caso de Alemania, se está discutiendo que el ingreso de personas provenientes del Reino Unido esté directamente prohibido.

Las proyecciones del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) indican que la variante Delta podría representar el 90% de todos los casos de COVID-19 en el continente a finales de agosto, una situación similar a la actual en Reino Unido.

En Australia, uno de los países menos golpeados por la pandemia -pero también de los menos inmunizados-, una ola de contagios en la ciudad de Brisbane ha disparado los casos, a través de un brote proveniente de un vuelo de pasajeros que importaron la variante Delta al país. Debido a ello, en cuatro importantes ciudades que representan casi la mitad de su población rige actualmente una cuarentena estricta. Se trata de las ciudades de Sidney, Perth y Darwin, además de Brisbane.

En Rusia, se está viviendo una nueva escalada de decesos por Covid-19 también ligados a esta nueva variante del virus. En la capital, Moscú, se registró ayer el mayor número de muertos en un día, alcanzando los 144. El país ha aplicado un «pase sanitario» que certifique estar vacunado como requisito para ingresar a bares, restaurantes y otros lugares de concentración de personas.

Y a pesar de que regiones como el sudeste asiático están entrando una escalada de contagios muy vertical (principalmente Indonesia), la zona del planeta más afectada por la pandemia sigue siendo América Latina. Brasil encabeza actualmente las muertes diarias, seguido de India y luego, Colombia. Argentina, por su parte, limitó el ingreso de personas desde el exterior a sólo 600 personas por día.

La lentitud y la desigualdad de la campaña de vacunación a nivel mundial, producto de la propiedad privada de las vacunas, ha permitido que el virus siga mutando hacia versiones más peligrosas. De esta manera, se extiende la pandemia en el tiempo y el «retorno a la normalidad», aunque cada vez parece más cerca, sigue sin ser una realidad.