Polonia y Estados Unidos niegan que los misiles fueran rusos

Durante algunas horas, se temió que Polonia se viera involucrada en un ataque ruso. Pero mientras Zelensky provoca para impulsar la intervención de la OTAN, ésta toma distancia.

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La noche europea se sacudió luego de que se reportara que dos presuntos cohetes rusos cayeron sobre Polonia, causando la muerte de dos personas.

Según informó la agencia AP y medios locales polacos, se produjeron dos explosiones en la ciudad de Przewodow, a sólo 65 kilómetros de la frontera con Ucrania. Si al principio las fuentes indicaban que se trataría de misiles rusos perdidos, ya es casi unánime negarlo.

La OTAN convocó a una reunión de emergencia para evaluar la situación. Polonia podría haber invocado al artículo 5, que compromete a los miembros de la alianza a una respuesta militar común en caso de que sea atacado el territorio de cualquiera de sus miembros. Es eso precisamente lo que querían Zelensky y su gobierno con su insistencia en la responsabilidad rusa.

Pero hasta Estados Unidos, el principal aliado imperialista del gobierno ucraniano, tomó distancia de las acusaciones contra Rusia. “Es poco probable teniendo en cuenta la trayectoria que haya sido disparado desde Rusia. Pero ya veremos“ dijo Biden en el marco del G20. “Hay información preliminar que refuta eso. No quiero decir eso hasta que lo investiguemos por completo”.

Las explosiones se dan en el contexto en que Rusia lanzó una serie de ataques con misiles en diversas zonas de Ucrania, incluida Kiev, con el objetivo de dañar la infraestructura energética. Los ataque se dan luego de que Ucrania logre reconquistar la estratégica ciudad portuaria de Jersón, ocupada por los rusos desde marzo.

Se alivian las tensiones

El Pentágono tuvo desde el principio la orientación de descomprimir los niveles de tensión que significarían admitir un ataque ruso contra territorio de uno de sus aliados. Rusia, por su lado, habló de «provocación» para justificar una «mayor escalada».

Según indican los medios locales, lo más probable es que se trate de restos de misiles rusos derribados por las fuerzas ucranianas. Pero hay muy poca claridad al respecto.

Más allá de que cómo hayan sido los acontecimientos, lo sucedido alimenta aún más la inestabilidad política y económica europea.

La relativamente exitosa contraofensiva ucraniana ha abierto un debate al interior del imperialismo acerca de si profundizar la ofensiva hasta una derrota categórica de Rusia o aprovechar las condiciones favorables para forzar una mesa de negociaciones.

La cuestión no es menor, ya que una derrota de Rusia en toda línea podría tener consecuencias desconocidas, teniendo en cuenta las innumerables amenazas nucleares lanzadas por el Kremlin cada vez que se encontró en aprietos.

Por eso, algunos importantes miembros de la OTAN que son especialmente golpeados por las consecuencias económicas que acarrea la continuidad de la guerra -en primer lugar Alemania- comienzan a ver con buenos ojos la idea de establecer una mesa de negociaciones para un cese acordado y rápido del conflicto.

Ucrania no está dispuesto a negociar condiciones justo cuando el escenario le es más favorable. Hoy por hoy, Zelensky representa la política más agresiva contra Rusia. Pero las potencias de la OTAN siempre pueden forzarlo a negociar cortándole la enorme ayuda militar y financiera, sin la cual la continuidad de la contraofensiva sería imposible.

Por ahora, la posición dominante en el bloque imperialista occidental sigue siendo el apoyo financiero y militar a Ucrania, pero Zelensky intenta usar cada oportunidad para dejar sin margen a las posiciones «dialoguistas» y forzar el apoyo a una escalada. La suya es una rabiosa política pro-imperialismo occidental.

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