Ómicron y su impacto: las consecuencias del abandono de África a su suerte

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  • Decenas de países vuelven a las restricciones cuando parecía que comenzaban a dejar atrás lo peor de la crisis del coronavirus. La variante Delta hace estragos en Europa mientras la nueva cepa Ómicron enciende todas las alarmas.

Redacción

La nueva variante fue identificada por primera vez en noviembre y menos de dos semanas después ya se habían detectado casos en unos 30 países.

En Sudáfrica, país en el que se la identificó por primera vez el pasado 23-24 de noviembre, tuvo un salto en la incidencia relativa inmenso, desplazando rápidamente a todas las demás variantes del virus.

Luego, Ómicron fue identificada en Bélgica, Reino Unido, Alemania, Canadá, España, Países Bajos, Australia, Dinamarca, Botsuana, Israel, República Checa, Japón, Hong Kong…

Lo sucedido está claro. No es casual que la nueva variante haya surgido precisamente en África. El enfoque de tratamiento de la pandemia por parte de las potencias fue mezquinamente nacional imperialista: garantizar para el propio país (rico) la vacunación más rápido posible, que el resto se haga cargo de sí mismo.

Así, mientras en una serie de países la pandemia parecía ceder definitivamente, África seguía siendo una cocina de nuevas variantes. Con una cantidad muy baja de inmunizados por sus dificultades para acceder a las vacuna, el surgimiento de una nueva variante era cuestión de tiempo. Y era también una lucha contra el reloj y el calendario que finalmente se expanda a los demás continentes.

Para esta pandemia no hay enfoque «nacional» posible. Incluso restringiendo de manera total el turismo, la experiencia demuestra que el comercio internacional también promueve la expansión del Covid.

Fue noticia a principios del año que países como Estados Unidos y Reino Unido acapararon más vacunas de las que necesitaban. Mientras tanto, las negociaciones con los laboratorios, y la política de garantizar sus patentes y sus ganancias, no fue más que otra manera de hacer más difícil la vacunación en zonas como África Subsahariana.

Las medidas rápidas y preventivas fueron tomadas por decenas de países, fundamentalmente la limitación de vuelos de África. El G7 llamó a una reunión de emergencia ante el rápido avance de los contagios más allá de las fronteras africanas.

La nueva variante

En un documento redactado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado este lunes 29 se afirma que, teniendo en cuenta la alta cantidad mutaciones que presenta Ómicron (en apenas dos semanas de han detectado cerca de treinta), estas tienen el potencial de ser más resistentes a la inmunización y más contagiosas. Por lo tanto, afirma el organismo que el riesgo de que la variante se transmita en todo el mundo es «alto».

Sin embargo, todavía no se ha registrado ninguna muerte debida a la nueva variante. Hasta ahora, provisoriamente se sabe que lo que diferencia Ómicron de Beta y Delta es que la tasa de reinfección es significativamente más alta. Es decir, el principal problema es que es mucho más fácil contagiarse nuevamente teniendo ya anticuerpos.

La OMS pide a sus estados miembros que tomen determinadas acciones que consideran prioritarias, como «acelerar la vacunación contra la COVID-19 lo antes posible, especialmente entre población de riesgo que siga sin vacunar». Además, el organismo consideró a la nueva cepa como «preocupante». Desde el inicio de la pandemia en el año 2019, se registran más de cinco millones de muertes en todo el mundo.

Según se sabe hasta ahora, esta mutación del Covid implica síntomas más leves que otras. «Lo que estamos viendo ahora en Sudáfrica, y recuerden que estoy en el epicentro, es extremadamente leve» dijo en una entrevista la médica que identificó la nueva variante.

Un paciente de 30 años fue a tratarse diciendo que llevaba varios días de cansancio y con dolores. No presentaba ninguno de los síntomas claros de la variante Delta, hoy predominante en el mundo. «No hemos hospitalizado a nadie aún. He hablado con otros colegas y el panorama es el mismo» sostuvo Angelique Coetzee, la doctora citada más arriba.

Y continuó: «Sus médicos pueden estar enfocados en la variante delta y pasarla por alto, porque es fácil pasarla por alto. Si no fuese por el hecho de que nosotros en Sudáfrica no habíamos visto casos de covid en las últimas semanas, también la habríamos pasado por alto».

Los especialistas llaman, no obstante, la atención sobre algo: las nuevas restricciones impuestas en buena parte de Europa se deben fundamentalmente a la variante Delta. Y es sobre todo por el porcentaje de población aún no vacunada.

Además, desde un principio el problema con el coronavirus era su altísima tasa de transmisibilidad. Que ésta siga creciendo por las nuevas cepas, pese a que sean más leves, puede implicar el regreso a muchos de los problemas que parecían ser dejados atrás.

Actualmente, el epicentro de los contagios con predominancia de otras cepas se trasladó a Europa, cuyos países se debaten entre cifras récord de muertes, como es el caso de Alemania que registra casi 60 mil contagios diarios. El posible colapso de los sistemas sanitarios y, en medio, las marchas lideradas por ultraderechistas y antivacunas contra las restricciones que pretenden imponer los gobiernos.

En el caso de la Argentina, el gobierno a través de la Decisión Administrativa 1163/2021 de fue publicada este lunes en el Boletín Oficial, estableció una serie de requisitos obligatorios para las personas que ingresen al país desde África. Como realizar un aislamiento obligatorio, tener el esquema de vacunación completo 14 días antes de su arribo y exhibir un PCR con resultado negativo realizado en el país de origen 72 horas antes de la llegada.

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