Un nuevo informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) elevó las alertas por la situación «irreversible o a punto de ser irreversible» del calentamiento de temperatura de la tierra.

El panel, dependiente de la ONU y creado en 1988, publica informes periódicos sobre la situación del cambio climático, advirtiendo desde entonces cada vez con más contundencia la necesidad de dejar atrás de manera urgente la quema de combustibles fósiles y otras actividades que emanan gases de efecto invernadero a la atmósfera.

En su última versión, publicada la semana pasada, el IPCC alerta que «la bomba climática está a punto de estallar» y que para contrarrestarla «hace falta un salto cuántico en lo referente a la acción climática».

Las publicación del informe coincidió con la ola de calor más extensa de la historia Argentina, superando los récords anteriores de temperatura.

El informe, del que participan científicos especializados de todo el mundo, indica que “Sin una acción urgente, efectiva y equitativa para reducir las emisiones y adaptarse, el cambio climático amenaza cada vez más los ecosistemas, la biodiversidad y los medios de vida y el bienestar de las generaciones actuales y futuras.»

Según la información recopilada por el informe, apoyándose en sus versiones dee años anteriores, actualmente la temperatura globall está 1,1 C° por encima de la era preindustrial. Es decir, muy cerca del objetivo ideal de 1,5 C° firmado en el Acuerdo de París de 2015.

De no tomarse acciones urgentes de manera coordinada, los 1,5 C° podrían alcanzarse o incluso superarse a principios de la década de 2030.

Para mantener el calentamiento dentro de los 2 C° (límite mínimo) por encima de los niveles preindustriales, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben disminuir alrededor de un 21% de ahora a 2030 y alrededor de un 35% de aquí a 2035. Mantener el calentamiento por debajo de 1,5 C° requiere una reducción aún mayor de las emisiones. En 2019, las emisiones fueron un 12% mayores a las del 2010.

Se trata de objetivos muy ambiciosos si se tiene en cuenta que, más allá de los dichos y las palabras, los gobiernos capitalistas y los grandes empresarios siguen guiándose de manera ciega tras la lógica de la ganancia.

Las acciones urgentes, que implica una coordinación de alcance global, de hecho requiere cuestionar la anarquía de la economía capitalista, que nos ha llevado en primer lugar a esta situación límite previa al desastre.