• Varios países europeos endurecieron restricciones en los últimos días. A pesar de la creciente vacunación, los contagios crecen en los países que abandonaron medidas de prevención.

Agustín Sena

Austria lanzó ayer una medida que los medios calificaron de «polémica»: poner en cuarentena a la población que no se haya vacunado, con multas de 30.000 euros para quien no cumpla la restricción. En el país centroeuropeo, que ya tiene un 65% de la población vacunada, los casos crecieron vertiginosamente. El último sábado se registraron 13.000 casos nuevos (en un país que tiene menos de 10 millones de habitantes), número récord desde el inicio de la pandemia. A este ritmo, se estima que los servicios de terapia intensiva colapsarán en menos de 10 días.

En el resto de Europa la situación no es tan grave, pero se observa la misma tendencia al aumento de contagios. El gobierno holandés anunció medidas de confinamiento parcial, reducción del horario comercial y la vuelta al teletrabajo luego de superar los 16.000 casos diarios. En Bélgica aumentaron la cantidad de hospitalizaciones (más de 500 el último fin de semana).

Además, los especialistas del ECDC (Centro Europeo de Control de Enfermedades) advierten sobre posibles agudizamientos de la situación epidemiológica en el resto del continente. Polonia, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Grecia, Hungría, Austria y Eslovenia son algunos de los territorios que preocupan. En el continente europeo de conjunto, los nuevos casos aumentaron 7% en sólo una semana, y las muertes un 10%. Los especialistas han señalada a la Unión Europea como el nuevo epicentro epidemiológico del Covid – 19.

Nuevas medidas

Los gobiernos de las potencias europeas también parecen preocupados. En Francia, uno de los países menos afectados por el momento, Macron decidió endurecer las restricciones sociales, como el uso del pase sanitario y la entrada de extranjeros provenientes del resto de la Unión Europea. La renovación de restricciones a lo largo del continente parece anticipada, pero en realidad responde a que una nueva ola de contagios ya está en curso.

Respecto a las causas, los especialistas concuerdan en la necesidad de mantener vigentes las medidas de protección tipo barrera (barbijos, alcohol en gel, distanciamiento) como complemento de la vacunación. La apertura indiscriminada de la economía apenas se reduce el ritmo de contagios ha sido una constante a lo largo y ancho del mundo.

Pero, al mismo tiempo, hay que señalar que el nivel de vacunación en la Unión Europea no es demasiado alto. Los países con mayor vacunación son Francia y España, con el 75% y 79% de la población completamente vacunada. No casualmente, son los países menos afectados por la nueva ola de contagios. Pero los índices de vacunación bajan cuando nos alejamos de las potencias: en Austria, la vacunación es del 65%, 60% en Grecia, 57% en República Checa y tan sólo 53% en Eslovenia.

Liberar las patentes

¿Qué señalan estos números desiguales? Que no pueden reducirse de forma permanente ni controlarse definitivamente los contagios, si el problema epidemiológico no es abordado de forma internacional. Si se vacuna al 80% en las potencias, pero al 50% en los países periféricos que las rodean, los contagios terminarán extendiéndose a toda la región (aunque los daños sean mucho mayores en los países con menos recursos, obviamente).

Sin embargo, las últimas medidas tomadas en las potencias de la Unión Europea no se dirigen a producir más vacunas y a redistribuirlas de forma más igualitaria, sino únicamente a endurecer controles migrantes y reducir la movilidad de la población: cerrar comercios y actividades recreativas, volver al teletrabajo en varias ramas de la economía.

En última instancia, los constantes rebrotes de Covid en el mundo remiten a un único problema: los negociados privados alrededor de la producción y venta de vacunas. Largos meses han pasado desde la aparición de las primeras vacunas seguras, y aún hay regiones enteras del planeta sin vacunas. En África, por poner un ejemplo extremo, la vacunación con 1 dosis alcanza a tan sólo el 9% de la población.

Por más que los gobiernos del mundo pateen el problema hacia adelante y retomen medidas caducas (el teletrabajo, las cuarentenas selectivas, el cierre de fronteras), hoy en día sigue estando vigente la necesidad de liberar las patentes de todas las vacunas. No existe otra forma de garantizar el fin de la pandemia.